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La pobreza extrema de su hogar natal, la ignorancia y violencia ejercida por su padre, Emilio Guzmán Bustillos, fueron detonantes para que el mexicano Joaquín Guzmán Loera, mejor conocido como el “Chapo” Guzmán, abandonará su casa siendo niño, para probar suerte y cumplir el sueño americano, que no es otro más que pasar de pobre a rico en poco tiempo, a costa de lo que sea.  

 

Pocos saben que este prófugo de la justicia mexicana, nacido el 3 de abril de 1957, con menos de 20 años de edad pasó de ser un campesino recolector de naranjas a liderar la organización internacional de droga llamada la Alianza de Sangre, también conocida como el Cartel de Sinaloa, que vende estupefacientes a Estados Unidos.

 

Cumpliendo su anhelado sueño, hoy día a sus 58 años de edad es multimillonario y poderoso gracias al pago recibido por los americanos, quienes no escatiman al momento de consumir drogas, yanquis sin valores ni escrúpulos. Crimen, estafas y mafia arropan la vida del “El Chapo” llamado así, por su baja estatura.

 

Es lamentable que muchos niños en México admiren al capo, les parece mejor arriesgarse que morir en la pobreza frente a la indiferencia de un gobierno que no garantiza seguridad humana ni derechos.

 

Es injustificable la vida de un sicario, por eso en los últimos años se ha fortalecido en América Latina los gobiernos socialistas, donde su punta de lanza es el humanismo y la igualdad social.

 

(LaIguana.TV)