Poco después del mediodía del 23 de noviembre de 1990, hace exactamente 25 años, Baudilio Díaz produjo la noticia que acabó con la rutina de las redacciones en la cobertura de la campaña de beisbol profesional, que en esa fecha tenía programados dos encuentros: Águilas-Leones en el parque capitalino de la UCV y Cardenales-Tigres, en el José Pérez Colmenares de Maracay.
Antes de las dos de la tarde las emisoras de radio interrumpieron la programación habitual para dar a conocer que en un absurdo accidente doméstico, en su residencia de la urbanización La Tahona, en Baruta: Díaz perdió la vida.
El catcher de 37 años de edad, quien luego de un mutis de tres campañas, había reaparecido en la liga local con el club Caracas, en un intento por regresar a las Grandes Ligas de las que había estado ausente ese año, subió al techo de la casa para tratar de hacer ajustes en la antena parabólica.
Pero la impericia en ese tipo de maniobra produjo el fatal y trágico resultado: resbaló y la base del gigante plato aplastó su cuello y cabeza, causándole la muerte instantánea.
Un cuarto de siglo después de su desaparición física, Díaz es recordado con mucho cariño por los seguidores del Caracas y la fanaticada del beisbol profesional en general.
Firmó con los Leones a los 19 años de edad en 1972 y se desarrolló en las filas de esa institución como uno de los mejores catchers criollos de todas las épocas.
En la temporada 1979-80 vivió su momento de máxima gloria en la pelota profesional venezolana al imponer récord de cuadrangulares para la liga, el cual permaneció vigente por 33 temporadas hasta que Álex Cabrera lo derribó en enero de 2013.
Díaz fue parte integral de la formación de los Leones que se proclamaron tricampeones de la liga a principios de los años ochenta y alcanzaron la cúspide en febrero de 1982 con el cetro de monarcas del Caribe en Hermosillo, México.
Su nombre fue inmortalizado en 1991 en el Salón de la Fama del deporte venezolano y en 2006 en el Salón de la Fama y Museo del Beisbol.
(Líder)
