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Este martes el vicepresidente de la República, Jorge Arreaza, resaltó que la nueva Ley de Semillas constituye una victoria del pueblo en Revolución, debido a que aporta un basamento legal para la consolidación de la seguridad y soberanía alimentaria del país.

 

Desde la sede de la Vicepresidencia, en el centro de Caracas, donde Arreaza sostuvo una reunión con trabajadores y representantes de los movimientos populares y de la empresa privada, celebraron la aprobación de la legislación revolucionaria a través de la Asamblea Nacional, que se logró tras un amplio debate de tres años con la participación de todos los sectores involucrados.

 

Asimismo, felicitó a los productores del campo, investigadores y movimientos ecologistas que dieron la lucha que culminó «en el diálogo social entre sus parlamentarios, voceros del pueblo y el poder popular organizado».

 

Subrayó que entre los principales logros de la normativa se encuentra la protección de la semilla indígena, afrodescendiente, campesina y local, así como la prohibición absoluta de la importación, producción o comercialización de semillas transgénicas, lo que valoró de vital importancia «para el futuro de los venezolanos, su alimentación y salud y para la capacidad productiva».

 

Destacó que la Ley «beneficia nuestra diversidad biológica y consolida nuestra seguridad y soberanía alimentaria».

 

Por su parte, Alfredo Miranda, activista de la campaña Venezuela Libre de Transgénicos, agregó que dicha Ley también contempla la prohibición de las patentes sobre las semillas autóctonas y el reconocimiento de la semilla como un objeto de derecho. «Sin duda alguna nos va a permitir potenciar la producción nacional de semillas», aseveró Miranda, quien trabajó en la creación del contenido de la normativa.

 

Reiteró que la nueva legislación «permitirá, ante cualquier escenario que nos plantee el imperialismo, tener nuestra propia producción de semillas, garantizar el abastecimiento de semillas a nivel nacional y por ende la soberanía alimentaria».

 

La ley, aprobada el pasado 23 de diciembre, cuenta con 71 artículos y está fundamentada en el Plan de la Patria 2013-2019, así como en el artículo 305 de la Constitución Nacional, que establece que el Estado debe promover la agricultura sustentable como base estratégica del desarrollo rural integral y, en consecuencia, garantizar la seguridad alimentaria.

 

La normativa –que deroga la Ley de Semillas, Material para la Reproducción Animal e Insumos Biológicos, publicada en Gaceta Oficial Número 37.552 de fecha 18 octubre de 2002– reconoce en su artículo 4 a la semilla «como ser vivo, y parte fundamental de la madre tierra, y por tanto como objeto y sujeto de derecho y de aplicación de las normas para la preservación de la vida en el planeta y la conservación de la diversidad biológica».

 

Por su parte, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, durante la transmisión de su programa semanal este martes, destacó que con la aprobación de la Ley de Semillas inicia un profundo proceso de transformación para tener un modelo productivo agro ecológico y agro socialista.

 

«Ahora es que empieza el trabajo», expresó en referencia a los movimientos sociales que promovieron este instrumento legal, y a quienes llamó a garantizar que se dicten políticas de acuerdo con su concepción y se «dicten los reglamentos necesarios para que Venezuela sea ejemplo de que sí se puede producir alimentos sanos y naturales».

 

Durante la emisión número 52 de su programa televisivo En Contacto con Maduro, indicó que esta nueva Ley que contempla la protección de la semilla indígena, afrodescendiente, campesina y local, así como la prohibición absoluta de la importación, producción o comercialización de semillas transgénicas, brinda las condiciones para producir alimentos «bajo un modelo agro ecológico que respete la pacha mama y el derecho de nuestros niños a crecer sano, comiendo sano».

 

Asimismo, el jefe de Estado convocó a los campesinos, movimientos sociales y al pueblo organizado a apoyar la revolución económica y agroproductiva del 2016, 2017 y 2018, que tiene como finalidad impulsar la soberanía alimentaria de la nación.

 

«No podemos seguir dependiendo de la semilla importada. Debemos producir lo nuestro, el alimento y la semilla aquí mismo, no hay otra opción», afirmó.

 

En el espacio televisivo, transmitido por Venezolana de Televisión, el Presidente planteó la necesidad de iniciar un proceso de creación de bancos de semillas en todos los liceos del país, para a aprovechar la voluntad y el esfuerzo de los jóvenes en la tarea de promover el modelo productivo agro ecológico, que es opuesto al uso de transgénicos que utiliza el capitalismo para su beneficio económico.

 

La ley de Semillas, aprobada el pasado 23 de diciembre, cuenta con 71 artículos y está fundamentada en el Plan de la Patria 2013-2019, así como en el artículo 305 de la Constitución Nacional, que establece que el Estado debe promover la agricultura sustentable como base estratégica del desarrollo rural integral y, en consecuencia, garantizar la seguridad alimentaria.

 

La normativa –que deroga la Ley de Semillas, Material para la Reproducción Animal e Insumos Biológicos, publicada en Gaceta Oficial Número 37.552 de fecha 18 octubre de 2002– reconoce en su artículo 4 a la semilla «como ser vivo, y parte fundamental de la madre tierra, y por tanto como objeto y sujeto de derecho y de aplicación de las normas para la preservación de la vida en el planeta y la conservación de la diversidad biológica».

 

(AVN/LaIguana.TV)