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Apenas se instaló la nueva Asamblea Nacional mucho cambió en el hemiciclo. No se trata solo de la mayoría opositora en los curules, ni del talante claramente antipopular que han mostrado los diputados de la Mesa de la Unidad Democrática en sus propuestas, ahora símbolos que antes engalanaban la sede del Legislativo desaparecieron, condenando a la destrucción parte de la memoria histórica y simbólica del país.

 

Es comprensible, aunque no agradable para el pueblo chavista, que por razones políticas el material iconográfico que hace referencia al Comandante Chávez se haya retirado. Aunque lo intenten: persiguen el rostro de un hombre e ignoran que su idea floreció en muchos.

 

Sin embargo, resulta insólita la destrucción del  rostro de Simón Bolívar, sobre todo considerando que fue reconstruido a partir de investigaciones científicas que revelaban un secreto a voces: Bolívar no fue un blanco aguileño con rostro completamente europeo, su rostro reflejaba el cimarronaje de su espíritu.

 

Parece que a la oposición venezolana, a la parte más oscura de la derecha rancia de Venezuela, le escuece ver que el gran referente cultural, político e histórico del país tiene un rostro más parecido al pueblo que el que quisieron imponer en el imaginario colectivo con sus epopeyas mantuanas.

 

¿Venganza? ¿Invisibilización? Juzgue usted mismo.

 

(LaIguana.TV)

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