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Desde su larga trayectoria política y de combatiente guerrillero, Fernando Soto Rojas clama por evitar una guerra civil en Venezuela, cuyo protagonista terminaría siendo el pueblo “porque los poderosos se van”.

 

Cree que con la actual dirección de la Mesa de la Unidad Democrática no es fácil crear un conveniente clima de diálogo y de respeto, pero está convencido de la necesidad de dialogar y debatir con la Oposición un programa mínimo común enmarcado en la Constitución Nacional y orientado a definir el destino de la política petrolera, el control de las divisas, el desarrollo y la industrialización nacional.

 

Presidente como fue de la Asamblea Nacional, considera indispensable que el parlamento disponga de un canal oficial de televisión que dé cabida los diputados de todas las tendencias.

 

-¿A qué factores atribuye la derrota chavista del 6D?

 

-Esencialmente al descontento que ha generado este cerco que nosotros llamamos guerra económica, particularmente en los artículos de primera necesidad. Y a que la dirección del Polo Patriótico y del PSUV no fuimos capaces de entender este momento específico y realizamos una campaña electoral muy clásica, de mítines, de actos y no era así.

 

-¿Cómo debió ser esa campaña?

 

-Primero debimos reconocer ante nuestro pueblo que estábamos perdiendo las elecciones y llamar al chavismo a una reflexión. A la vez debimos designar por localidades a todos los cuadros fundamentales, a nuestros diputados, gobernadores y alcaldes, para explicarle directamente al pueblo cuál era el cuadro político, desarrollar una campaña pedagógica centrada en la cuestión económica y que la gente tomara conciencia de esa situación.

 

-¿Está herida de muerte la revolución chavista?

 

-No lo creo, porque no hay una derrota ideológica en los cuadros y en la militancia del chavismo, a diferencia de la década del ‘60, cuando sí hubo una derrota política e ideológica de la izquierda. Creo que el chavismo tiene capacidad de recuperarse de esta circunstancia histórica, pero hay que tomar conciencia. La Oposición logró un movimiento de masas electoral usando las formas de movilización. Nos dieron con la misma mandarria con que le dio el comandante Chávez al puntofijismo en 1998 mediante la participación en los procesos electorales. Yo creo que las formas de lucha de carácter electoral, pacífico y democrático están dominando en este mundo. Después de la victoria de los vietnamitas y de la Revolución Sandinista no ha habido ningún movimiento armado en el mundo que haya sido victorioso. Esta es la forma para enfrentar y derrotar a las políticas imperialistas y fascistas.

 

-¿Es imaginable la renuncia del Presidente?

 

-El Presidente está dispuesto a cumplir su mandato y nosotros luchamos porque se cumpla ese mandato plenamente y nos oponemos a cualquier golpe institucional que no esté enmarcado en la Constitución. Esta es una constitución sabia. Y los poderes públicos son una totalidad dialéctica. Ningún poder del Estado es independiente absoluto, hay una interrelación. El señor Ramos Allup ha planteado que en seis meses ellos deben resolver la renovación de los poderes públicos del Estado… Bueno, una cosa piensa el burro y otra el que lo está ensillando. ¿Cómo se va a hacer eso? ¿Violando los procedimientos? ¿Sin una Fuerza Armada Nacional Bolivariana, sin policías? ¿Sin un movimiento obrero fuerte, que no lo controlan, y una opinión pública que responderá?

 

-¿Sería conveniente que el presidente Nicolás Maduro convoque a la conformación de un gobierno de coalición, como le propuso Lula Da Silva?

 

-Creo que no está planteado. Primero no hay las condiciones subjetivas. Ahora, lo que sí podríamos iniciar tiene que ser una política de diálogo seria, sobre la base de tres elementos esenciales: Uno, respeto a la Constitución; dos, no injerencia de potencias extranjeras en los asuntos internos de Venezuela, y tres, no violencia. Yo siempre he creído lo que le dijo una vez Fidel Castro a Chávez: “Chávez, esos 4 millones que Votaron por la Oposición no son burgueses”. Yo digo ahora de estos 7 millones y medio: ¡Eso es pueblo, compadre! Y con ese pueblo hay que dialogar.

 

-¿Y dialogar específicamente con la Mesa de la Unidad Democrática?

 

-Es bastante difícil por los últimos acontecimientos en la Asamblea Nacional bajo la conducción del señor Ramos Allup, que están al margen del reglamento y del texto constitucional y que no ayudan. En la historia son tremendos los ejemplos de cómo pequeñas cosas pueden conducir a una guerra mundial. En el caso venezolano, tenemos que evitar la guerra civil en este país. Eso sería fatal. El voto universal, directo y secreto es una gran conquista de la humanidad. ¡El que gane ganó, compadre, y hay que respetar esos resultados! Te lo está diciendo este viejo guerrillero que ha pasado por muchas circunstancias… Necesitamos una larga estabilidad política.

 

-¿Y no cree que justamente por eso sería conveniente que el chavismo gobernante se reúna con la MUD, que en este momento histórico es su interlocutor político natural?

 

-Nos hemos reunido más de una vez, pero no es fácil crear ese clima de diálogo y respeto con esta dirección de la MUD.

 

-¿Estamos cerca de la guerra civil que usted pide evitar?

 

-No. Todavía no, pero es un riesgo latente. Yo estuve en el Medio Oriente y sé lo que es estar en una trinchera bajo cinco aviones bombardeándote. ¡Eso es muy serio, compadre! Yo no quiero eso para mi familia ni para nuestro pueblo, porque a fin de cuentas quienes pelean en las guerras son los pueblos, los poderosos se van. Yo siempre he tenido diálogos con la Oposición y hay que tenerlos siempre. En política tú no puedes cerrar puertas jamás. Eso es fatal, fatal. Los diálogos hay que tenerlos y tenemos que estudiar este nuevo cuadro político, que es muy serio.

 

-¿Qué temas deberían ser debatidos con la Oposición?

 

-Creo que con la Oposición hay que discutir la política petrolera nacional. Yo la discutí desde la Comisión de Energía y Petróleo y dejamos un plan aprobado por unanimidad, por lo menos con la fracción de Acción Democrática y de La Causa R, que también suscribieron ese acuerdo. Tenemos que avanzar en la unificación programática del país. Debemos tener un programa común y el punto de partida es la Constitución. Nosotros tenemos el Plan de la Patria. ¿Cuál es el proyecto estratégico de la Oposición venezolana? Hay que discutir un programa mínimo. ¿Qué vamos a hacer con la política petrolera? ¿Qué vamos a hacer con el control de las divisas? ¿Cómo vamos a desarrollar este país hacia una agricultura moderna y la industrialización? Porque eso está en las tesis de todos esos partidos. Hay que revisar el Plan de Barranquilla y el Pacto de Punto Fijo, que planteaba el control por el estado de la industria petrolera nacional, y trabajar por una industria pesada nacional, ratificado por Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba y Rafael Caldera.

 

-¿Es partidario de que ANTV permanezca en manos de la Asamblea Nacional?

 

-Primero, no sé cómo fue el procedimiento y si se consultó a los trabajadores, que son los grandes afectados en su estabilidad laboral. Y segundo, se necesita un canal oficial de la AN que informe todo lo que allí pasa, como fue en la Constituyente que presidió Andrés Eloy Blanco en el año 1947, cuando el país se informaba a través de la radio oficial. El país necesita saber con exactitud lo que está pasando en el parlamento y no depender sólo de lo que informen los medios privados. Y, por supuesto, que se garantice que sean difundidas las intervenciones de los parlamentarios de todas las tendencias.

 

-¿Está de acuerdo con la proyectada Ley de Amnistía y Reconciliación Nacional?

 

-Estaría, pero no con estos personajes, que son reincidentes, como el señor Leopoldo López, con quien he hablado con mucho respeto y podría volver a hacerlo, pero él es reincidente. ¿Cómo quedan las víctimas? Y luego, también hay personas incursas en corrupción.

 

(Quinto Día)