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Cada día que pasa el gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles Radonski, se encuentra en una disyuntiva porque vive de ilusiones y divagaciones.

 

Según Capriles, siempre siente que lo persiguen, lo ven, lo graban, oye ruidos extraños y ha afirmado que lo agreden, sin tener pruebas de eso.

 

Durante la “cruzada” que emprendió para fomentar la proposición de un revocatorio y la enmienda constitucional, el excandidato a la presidencia de la República, se levantó tarde el pasado domingo 28 de febrero y no llegó a tiempo al terminal Ferry de Puerto La Cruz y le echó la culpa al Gobierno de tal impuntualidad, porque le provocaba mucho sueño.

 

Luego de no poder abordar el barco, realizó varias visitas por las poblaciones de Puerto Ordaz, Unare, Guasipati, Pariaguan, El Tigrito, Anaco y Porlamar. En estas actividades fue acompañado por simpatizantes del partido Primero Justicia.

 

A pesar de que el Gobernador insista en tener “aceptación” en el pueblo, muchos le gritaban y lo rechazaban, mientras otros se preguntaban qué le pasaba que tenía los ojos rojos.

 

(LaIguana.TV)

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