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Un entramado sistema de revendedores de productos regulados tienen en Catia. Quienes venden la leche, papel higiénico y harina de trigo, entre otros, no son los dueños, son contratados para ofrecer la mercancía.

 

Quienes distribuyen los productos, alrededor de la plaza Pérez Bonalde, pasan cada cierto tiempo para recargar a los empleados. En general utilizan mujeres para vender a sobreprecio.

 

De este grupo de revendedores en Catia dos o tres se ubican a distancia para avisar si viene una patrulla policial. Apenas visualizan la unidad corren a avisar o silvan para que los revendedores recojan y se vayan del bulevar.

 

La mañana de hoy se observaron en dos oportunidades como los bachaqueros corrían al ver a la policía. Se perdieron por las calles de Catia. Sin embargo, a los pocos minutos volvían a su esquina.

 

(ÚN)

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