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Para la mayoría de personas es un cuestionamiento secreto, pero constante…¿tres veces por semana? ¿todos los días? ¿la frecuencia de mis relaciones de pareja será normal?. Según sexólogos no existe una cifra ideal y definitiva para todos…pero a medida que se formalizan las relaciones y se vuelven duraderas en el tiempo, la frecuencia sexual disminuye, cambia la líbido, se deja espacio a la rutina y comienzan en secreto los cuestionamientos.

 

Según los expertos, esta es una de las preguntas más comunes que hacen las parejas que acuden al sexólogo por problemas de alcoba, ya que también suele ser uno de los reproches habituales entre quienes comparten intimidad.

 

Lo cierto, según sexólogos; sicológos y distintos estudios, es que no existe un número específico de relaciones sexuales que una pareja deba sostener para que la relación funcione exitosamente.

 

Según la licenciada Diana M. Resnicoff, psicóloga clínica, sexóloga clínica y autora del sitiowww.e-sexualidad.com , existen parejas que tienen relaciones sexuales con mucha regularidad y que llevan una vida matrimonial cruel, mientras que otras son felices y tienen relaciones una vez al mes.

 

Pero si aún con estas explicaciones quedas con dudas o insatisfacción, debes tener en cuenta la Ley de Fisher que consiste precisamente en que si una persona mantiene, por ejemplo, dos coitos a la semana, cuando disminuye la frecuencia sexual (a una o ninguna) sentirá un deseo sexual intenso que lo llevará a la necesidad de satisfacerlo. Pero, si esa persona no retoma las relaciones sexuales a las que está acostumbrado, por un periodo más prolongado, el deseo disminuirá poco a poco y puede llegar hasta desaparecer. La ley también aplica a la inversa. Cuando una persona tiene una frecuencia sexual de dos veces a la semana (siguiendo el ejemplo anterior) y aumenta el número de coitos (siete veces a la semana o más), sentirá saciedad sexual, pero si continúa con ese ritmo, el cuerpo se adapta y pide más.

 

De qué hablamos cuando hablamos de “Normalidad”

 

Las estadísticas señalan que la frecuencia sexual depende de la edad y de los años en pareja, pero también de las situaciones por las que atraviesan los individuos y la relación. Al principio, las relaciones son diarias. Luego bajan a unas tres veces por semana, para promediar en dos veces por semana, disminuyendo a cada quince días o una vez al mes en etapas posteriores. Estas son cifras generales, basadas en estudios y estadísticas más o menos consistentes en relación a la población sexualmente activa, pero no hacen referencia a la satisfacción que producirían tales encuentros.

 

Otras investigaciones arrojan un dato interesante: un número significativo de parejas, con el paso de los años, disminuyen la frecuencia sexual pero aumentan la sensación de satisfacción en cada encuentro.

 

A tener en cuenta

 

La expresión fluida del deseo sexual une a las parejas, del mismo modo que la evitación sexual las distancia. Y es en este juego que existen factores que actúan como inhibidores psicológicos del encuentro y, otros, como incitadores.

 

Existe el mito de que una vida sexual muy activa puede desgastar física y mentalmente. Está comprobado científicamente que no es así, sino que activa tu cognición, tu sistema inmune, la creatividad y genera hormonas relacionadas con la felicidad y vitalidad.

 

(guioteca.com)