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Como lo explicó el alcalde Jorge Rodríguez en resientes días: “Da la impresión de que estos sectores -los que hemos llamado los heraldos negros de la oscuridad utilizando un verso de nuestro César Vallejo- tienen una compulsión permanente hacia la amargura, hacia la tristeza, hacia la angustia que sería digno del análisis de un psiquiatra”, aclaró para referirse a los dirigentes de la oposición venezolana.

 

Esta premisa es muy válida, sobre todo en la época decembrina, pues algunos sectores derechistas en vez de disfrutar de la alegría de pueblo, se han empeñado en intentar arruinar los días en los que la colectividad manifiesta sus más hermosas costumbres. Es or ello que este lunes el presidente de la República, Nicolás Maduro, catalogó a algunos derechistas como los “Grinchs” de la navidad, aunque en un inicio los había llamado “Gremlins”.

 

Los dos apodos encajan con la oposición, porque en ambas historias se maneja el terror, que es lo que busca auspiciar algunos dirigentes en el territorio nacional.

 

¡Memoria histórica!

 

Solo por citar algunos de los casos en los que la oposición se ha propuesto hundir la mejor época del año, vale recordar el paro petrolero de 2002.

 

El 2 de diciembre de ese año, como parte de una serie de maniobras emprendidas por la entonces organización de oposición llamada Coordinadora Democrática, que utilizó rutas antidemocráticas para dar un Golpe de Estado al presidente Hugo Chávez,  convocó a un “paro cívico”, que dejó como resultado un sabotaje a la industria petrolera.

 

Pero no solo eso ocurrió.  El pueblo venezolano tuvo que soportar un período en el que hubo carencia de combustible para el transporte, gas para la cocina, no se encontraban los productos de primera necesidad… en fin, fue una navidad empañada por los grupos empresariales, la Coordinadora Democrática y los ultraderechistas.

 

En cifras oficiales  expuestas por el Banco Central de Venezuela, el resultado fue una contracción de 9,2% del Producto Interno Bruto, la actividad económica cayó en un 27,7%; y los datos de Pdvsa indicaban pérdidas por $2 mil 598 millardos (crudo no exportado), $267 millardos (ventas internas no realizadas) y $841 millardos (importación de combustible).

 

Lo mejor fue que tras 63 días de resistencia, el pueblo venezolano salió al frente y derrotó aquel plan macabro.  Aunque el llamado de la oposición era a no tener navidad,  los venezolanos no se rindieron ante la guerra psicológica impuesta por los medios y progresivamente se logró la recuperación de Pdvsa por parte de sus trabajadores, la Fuerza Armada y el Poder Popular.

 

Ante este panorama, a la derecha más radical se le puede llamar gremlins o grinch, total su fin siempre es el mismo: generar miedo en la población. Pero, lo importante es que las historias de la oposición terminan de la misma manera: en fracaso.

 

Los que adversan al Gobierno podrán inventar campañas mediáticas para opacar las navidades, sin embargo, nunca han logrado desmotivar al pueblo venezolano, que ya ha superado pruebas como la del año 2002.

 

(LaIguana.TV)