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Bancos y corporaciones estadounidenses encabezan la guerra financiera contra Venezuela. A continuación algunas precisiones claves sobre cómo se define el precio del dólar, motor fundamental del caos inflacionario que desde hace tres años desestabiliza al país.

 

Tres precisiones claves

 

No es Dólar Today la que calcula y define el precio del dólar paralelo. Así como ocurrió en la Chile de los 70s, el enemigo no actúa frontalmente sino a través de distintas organizaciones (tanques de pensamiento, grupos de presión, organizaciones empresariales nacionales y lobbys financieros) para promover procesos de desestabilización económica sin asumir mayores riesgos directos. Los documentos desclasificados de la ITT en Chile, que condensan los cables diplomáticos del sabotaje económico perpetrado antes y durante la presidencia de Salvador Allende, rezan lo siguiente en un memo confidencial que se enviara desde Buenos Aires al periodista colaborador de la CIA, Hal Hendrix: «Se realizan esfuerzos clandestinos para lograr la quiebra de una de las dos asociaciones de ahorro y préstamo más importantes. Se espera que esta desencadene en una corrida bancaria y el cierre de algunas fábricas conduciendo a mayor desempleo».

En este sentido es Dólar Today el punto terminal en redes sociales de un proceso conspirativo dirigido y planificado por la institucionalidad del capital transnacional corporativo de Estados Unidos y de sus subsidiarias en Europa. El problema no es Dólar Today ni su prohibición en redes sociales, sino toda la institucionalidad transnacional que soporta el proceso de sabotaje económico contra el país.

El precio del dólar paralelo poco tiene que ver con el control cambiario en términos de «proceso económico» o «restricción de la oferta y de la demanda de dólares», puesto que es una decisión política de estos capitales transnacionales presionar por su desmantelamiento en nombre del saqueo integral de las reservas internacionales y del ingreso petrolero. El control cambiario no atenta contra las ficticias «leyes del mercado» pero sí contra sus procesos de acumulación en Venezuela. El aumento descomunal del precio del dólar paralelo es un bypass para imponer el precio que a ellos les conviene en contraposición al que impone el Estado a través del control cambiario. Es un escenario de medición de fuerzas políticas, no de fallas o virtudes de las «leyes de la economía».

Los tres jinetes de Wall Street

 

La red de tanques de pensamiento (think-tanks), grupos de presión nacionales y organismos multilaterales del capital transnacional se pagan y se dan el vuelto en cuanto a encubrir el precio del dólar paralelo como un «proceso natural» generado por el control cambiario y no como una decisión política de los bancos y corporaciones estadounidenses para estrangular al país.

 

El tanque de pensamiento y empresa de asesoría financiera Inter-American Trends trabaja para los seis grandes bancos de Wall Street (Goldman Sachs, JP Morgan, Morgan Stanley, Bank Of America, Wells Fargo y Citigroup) según «sus» propios reportes sobre el «colapso» de la economía venezolana. La línea de comunicación directa que tiene su director Antonio de la Cruz con operadores, capas gerenciales e inversores corporativos de Wall Street quedó aún más en evidencia cuando en abril de 2015 escribió un artículo sobre cómo Pdvsa supuestamente maquillaba sus cifras para engañar a Wall Street y no pagar su deuda externa.

De esta forma los seis grandes de Wall Street contratan y utilizan a Inter-American Trends como una «organización autónoma» para definir el precio del dólar paralelo por vía indirecta, constituyendo el colchón discursivo y funcional para que empresarios nacionales y corporaciones transnacionales aprieten el alicate destruyendo los sistemas de precios traficando dólares a una tasa cambiaria especulativa. Cuando Inter-American Trends define a través de Dólar Today el precio del dólar, lo hace actuando en nombre de los seis grandes de Wall Street.

 

Quien fuera asesor de Ronald Reagan y uno de los planificadores tanto del desmantelamiento del Banco Central de Argentina junto a Domingo Cavallo como de la Agenda Venezuela de Caldera (1996), Steve Hanke, utiliza su poder de lobbysta financiero en condición de directivo del Instituto Cato (que financia al tanque de pensamiento venezolano Cedice, el cual a su vez recibe financiamiento de la oligarquía petrolera de los hermanos Koch) para solidificar internacionalmente la estrategia de legitimación del dólar paralelo asistiendo a eventos internacionales sobre la economía venezolana (y su «necesaria» dolarización) en países europeos, asiáticos, de la región del Golfo Pérsico y latinoamericanos, región en donde tejió relaciones de asesoramiento financiero de alto nivel durante los años 90.

El precio del dólar paralelo también lo define la cantidad de países que convengan con que ese precio es el verdadero. Esa es la función de Steve Hanke: un sicario financiero altamente relacionado con las capas directivas de Goldman Sachs, JP Morgan, Morgan Stanley y Bank Of America, ya que es el encargado de la formación de sus cuadros gerenciales futuros, además de tener su propio fondo de inversiones (Hanke-Guttridge Capital Management) en el que se gestiona la compra y venta de bonos de deuda pública y privada de mediano tamaño en la bolsa de Wall Street, dato que habla de su estatura como operador financiero transnacional. Además, es comentarista estrella y un factor clave en la imposición de opiniones económicas sobre Venezuela dentro de las principales agencias corporativas que se articulan en torno al asedio financiero contra Venezuela: Bloomberg Bussiness, Financial Times, The Wall Street Journal y The Economist.

 

En esta configuración de organismos mamparas para tercerizar el cálculo del dólar paralelo, el Fondo Monetario Internacional figura como la pata internacional que refuerza la especulación cambiaria diseñada en Wall Street. En el siguiente gráfico se puede observar cómo el FMI legitima y legaliza internacionalmente el precio del dólar paralelo en nombre de los intereses de bancos y corporaciones transnacionales que defiende a capa y espada. Vale recordar que el íntimo amigo de Ricardo Hausmann, Alejandro Werner, es quien dirige las operaciones del FMI en Latinoamérica.

 

La papa caliente

Esta red de organizaciones y lobbystas financieros juegan «la papa caliente» a la hora de definir el precio del dólar paralelo. Por ejemplo, el FMI legaliza internacionalmente el precio del dólar paralelo (puesto que todos los países utilizan las estadísticas del FMI para evaluar la «salud financiera» de los países que le pedirían préstamos) citando las desinformadas estadísticas de Inter-American Trends, quien a su vez cita las asesorías y proyecciones financieras de Steve Hanke (asesor de Dólar Today), el cual también se aferra a datos suministrados del FMI mediante las estadísticas que Inter-American Trends les vende a Dólar Today, lo que constituye un círculo vicioso, inercial, interminable, redundante en sí mismo, en el que el precio del dólar es triangulado con aparente «objetividad económica» entre estas organizaciones y no se ve como parte de una maniobra tercerizada de los bancos y corporaciones transnacionales: los verdaderos beneficiarios y acumuladores de capital de la renta petrolera sustraída directamente por la burguesía parasitaria local.

 

Todos los caminos de la guerra financiera llevan a Wall Street

 

Estas corporaciones (Procter and Gamble, Kimberly Clark, Pfizer, Cargill, etc.) que representan una buena parcela del sector privado en Venezuela, según el trabajo de investigación de la profesora Pasqualina Curcio, sobrefacturaron millones de dólares durante los últimos años, tienen el capital acumulado necesario para definir, a través de estas mamparas, el precio del dólar que les conviene en pro de sabotear los sistemas de precios del país sin arriesgar su perfil corporativo. Los bancos mencionados con anterioridad cumplen el papel de moldear y definir qué tanto aumenta el precio del dólar paralelo y con qué tanta intesidad lo hace con relación al contexto político del país.

 

Los seis grandes de Wall Street, cuando insistentemente elaboran proyecciones sobre el riesgo de la deuda venezolana y sobre la inestabilidad macroeconómica promocionada por ellos mismos, lo que están haciendo es emitir la orden primaria que el resto de la red antes descrita se encargará de ejecutar aguas abajo, de acuerdo al contexto político y en sincronía con otros frentes de la guerra. La decisión parte de esas alturas y la justificación econométrica farsante y deformada queda a cargo de los peones, quienes proveerán el sentido común bajo el cual la burguesía parasitaria comercializará los dólares sustraídos de la renta petrolera.

 

Todos los caminos de la guerra financiera llevan a Wall Street. No es casualidad que bancos como JP Morgan y Bank Of America hablen de «transición política» en Venezuela con la propiedad de quien ejecuta acciones para que la mentada «predicción» se haga realidad. Y para que esta se dé están sus peones de Dólar Today, Inter-American Trends y Steve Hanke haciendo la tarea encomendada.

 

(misiónverdad)