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Los palestinos van por primera vez a un cine comercial tras dos décadas de ausencia del séptimo arte en Gaza, un territorio marcado por las injerencias israelíes, que llevó a la quema de varias salas.

 

Las generaciones más jóvenes de la franja pueden experimentar una sensación inédita: la de ir al cine gracias a la reciente reapertura del teatro de la Media Luna Roja palestina (equivalente a la Cruz Roja).

 

“Nunca había estado en un cine, es la primera vez que veo una película con mis amigos en una sala de verdad. Todo es increíble y diferente, los efectos del sonido, las luces apagadas y cómo el público interactúa con la trama, solo faltaban las palomitas”, explicó a Efe Somaya al Hatab, una estudiante de 22 años.

 

El público entra expectante a la sala de doscientas butacas y a un coste de 10 shekels (2,50 dólares) la entrada, gracias al esfuerzo de un grupo de jóvenes palestinos que apostó por recuperar el cine.

 

Hussam Salem, productor audiovisual de Ain Media y promotor de la apertura de la sala contó a Efe que estaba habilitada desde 2002, cuando el Consulado francés la creó para proyectar películas en 3D y ahora la han recuperado.

 

En esos años el cine tenía un importante valor social y servía como plataforma para el visionado de películas sobre la Intifada, la cultura palestina, así como otras cintas de temática árabe.

 

La Media Luna Roja exhibía una película por semana y solía cosechar gran audiencia, pero con el tiempo la gente perdió el interés debido a circunstancias económicas, psicológicas y sociales, señala el productor.

 

“Pero ahora y tras un largo período el cine ha vuelto a Gaza”, se vanagloria Salem antes de señalar que el principal propósito de esta reconquista de la sala es la de entretener y dar la oportunidad a los palestinos de ver películas con un fuerte mensaje nacionalista.

 

Los cines comenzaron a proliferar en los años cincuenta, cuando el enclave estaba bajo dominio de Egipto y los residentes acudían a ver películas árabes, occidentales y asiáticas.

 

Pero con el estallido del primer alzamiento palestino contra la ocupación israelí, la Intifada, a finales de los ochenta, los cines fueron quemados, y pese a que ya bajo la ocupación militar israelí se rehabilitaron algunos, las proyecciones no duraron mucho tiempo.

 

Al término de ese período y en pleno proceso de paz con Israel en 1993, un grupo de intelectuales reabrió las salas de la franja hasta que la lucha interna entre seculares e islamistas hizo que la mayoría de estos espacios fueran nuevamente incendiados o destruidos en 1996.

 

Desde entonces la apertura de salas se había convertido en una quimera, por lo que el regreso del cine comercial a Gaza ha sido aplaudido por directores, expertos y amantes del séptimo arte.

 

“El cine tiene una importancia cultural y de entretenimiento que es muy necesaria para los gazanos” expresó a Efe el director palestino Jalil Almzyan, uno de los organizadores del I Festival de la Alfombra Roja “Gaza Dignidad”, que se celebró el pasado año para subrayar la necesidad de la presencia del cine en Gaza.

 

“En la zona de Shayaíe (barrio al este de Gaza), donde se violaron los Derechos Humanos y se vivieron las peores circunstancias de la guerra y la brutalidad, logramos dibujar una sonrisa en los rostros de la gente con una alfombra roja sobre la que les impulsamos a caminar”, comentó.

 

Las películas se exhibieron en una pantalla grande apoyada sobre los restos derruidos de lo que fue una vivienda.

 

Junto a los realizadores, el Ministerio de Cultura en Gaza también apoya el resurgimiento de este arte en el enclave costero.

 

“El cine en Gaza alivia la presión de los gazanos expuestos al bloqueo y a circunstancias económicas y políticas difíciles”, aseguró a Efe el director de Arte y Patrimonio Palestino, Atef Ascol.

 

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(Agencias / CO)