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La organización Environmental Working Group (EWG) de EE.UU. ha publicado un nuevo informe sobre los peores aditivos alimentarios que debemos evitar a fin de conservar una buena salud.

Entre los aditivos, según denuncia la organización, se encuentra una serie de sustancias potencialmente dañinas que podrían estar presentes en alimentos procesados como carnes, pan o dulces. La EWG advierte que hay que evitar los siguientes aditivos, que pueden contribuir a la alteración del equilibrio hormonal o al cáncer.


 

Nitritos y nitratos 

 

Los nitritos y nitratos (como E-249 Nitrito potásico, E-250 Nitrito sódico, E-251 Nitrato sódico y E-252 Nitrato potásico), son usados como saborizantes, conservantes y colorantes en perritos calientes, salame, panceta y jamón. Pueden reaccionar con las aminas, que se forman naturalmente, y originar nitrosaminas asociadas al cáncer.


 

Bromato de potasio

 

El bromato de potasio se utiliza como aditivo para aumentar el volumen en los panecillos y rollos de harina. Se sabe que causa cáncer en animales. Incluso pequeñas cantidades de pan puede significar un riesgo para los humanos.

 

Propil paraben

 

Conocido también como E-216, es usado como conservante en magdalenas y en conservantes alimentarios. Estudios en animales lo asocian a perjuicios en el esperma o al descenso en los niveles de testosterona, además de la alteración de la expresión de genes en células del cáncer de mama, o a la infertilidad femenina.

 

BHA y BHT

 

El Butilhidroxianisol y el butil hydrozyttoluene son utilizados para conservar alimentos y se encuentran en cereales, goma de mascar, papas fritas y aceites vegetales. Son oxidantes, por lo cual forman compuestos reactivos potencialmente cancerígenos en su cuerpo.

 

Galato de Propilo

 

Se trata de un aditivo utilizado como conservante en productos que contienen grasas comestibles, como salchichas y la manteca de cerdo. Estudios en animales han sugerido que podría estar asociado con el cáncer.

 

Teobromina 

 

Es un alcaloide presente en el chocolate, con efectos semejantes a la cafeína y que también se usa en una serie de alimentos como el pan, los cereales o las bebidas energéticas. El consumo de la sustancia afecta el desarrollo en animales.

 

Fosfatos 

 

Los aditivos alimentarios fosfatados se encuentran entre los más comunes y están presentes en más de 20.000 variedades de productos, sobre todo, en alimentos procesados. En personas con problemas renales crónicos, su elevada presencia en el organismo ha sido asociada a enfermedades cardíacas y muertes.

 

Aditivos de aluminio

 

Los aditivos de aluminio, como el sodium aluminum phosphate y el sodium aluminum sulfate, son usados como estabilizantes en muchos alimentos procesados. Estudios en animales los asocian a la exposición intrauterina, y durante el desarrollo, a efectos sobre el sistema nervioso.


 

(RT)