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Sumergir a una persona en el agua hasta casi asfixiarlo, colocarlos a otros desnudos, en posturas degradantes durante horas y fotografiarlos para afectar su dignidad, amenazarlos con perros rabiosos, privarlos del sueño hasta que pierdan sus capacidades cognitivas y alucinen, someterlos al aislamiento total durante meses, alimentarlos e hidratarlos obligatoriamente por el recto cuando inician huelgas de hambre, violarlos con palos de escobas, orinar sobre ellos y luego utilizarlos como trapos humanos, son algunos de los vejámenes que aplican las autoridades estadounidenses a los prisioneros que mantienen en los centros de tortura que instalaron alrededor del mundo desde el año 2001, en su supuesta “guerra contra el terrorismo”.

Todas estas atrocidades, que eran un secreto a voces, quedaron constatadas el pasado 9 de diciembre de 2014, cuando la Presidenta del Comité de Inteligencia del Senado de EE.UU., Dianne Feinstein, presentó un informe parcial sobre las sistemáticas violaciones a los derechos humanos que se aplicaron durante la “era Bush”. De ese informe de 6 mil páginas, sólo se pudo conocer el 8%, es decir, 480 páginas, porque el resto fue censurado por la propia Agencia de Inteligencia de ese país, la CIA, que como dice Tim Weiner, sólo ha dejado un legado de cenizas en la historia reciente de la humanidad.

Ante este escándalo mundial, el presidente Barack Obama, se limitó a decir “ningún país es perfecto”. Es decir, borrón y cuenta nueva. Pero ¿Y los responsables? ¿Los culpables? ¿Las imputaciones? ¿Las sanciones? ¿Dónde quedan?

Las amenazas de sanciones surgieron un día después desde el Congreso estadounidense, pero no hacia los funcionarios de ese país que han aplicado las más brutales torturas, sino contra 56 funcionarios y militares venezolanos por supuestamente violar los derechos humanos de manifestantes opositores que intentaron derrocar al presidente Nicolás Maduro, entre febrero y junio de este año, y no lo lograron.

Para la Defensora del Pueblo de Venezuela, Gabriela Ramírez, quien figura en esa lista de posibles sancionados, “Estados Unidos lo único que busca es apoyar a los grupos más radicales de la oposición, fomentar la impunidad, reeditar esos hechos violentos cuando más le convenga y evitar a toda costa que se aplique la justicia a los responsables”.

El presidente Maduro asegura que estas sanciones buscan presionar a la justicia venezolana para que libere a Leopoldo López, uno de los protagonistas del golpe de estado de 2002 contra el presidente Hugo Chávez y quien aprovechó su plenas libertades para el pasado 12 de febrero llamar a toda su militancia a tomar las calles hasta lograr el objetivo final: derrocar al presidente Maduro. Fue tras ese llamado de López cuando se registró una de las peores y más extensas olas de violencia que se hayan vivido en los últimos 15 años en Venezuela, cuando se comprobó que la oposición infiltró a paramilitares colombianos, mercenarios de distintas nacionalidades para generar un baño de sangre y que provocó que 43 familias venezolanas perdieran a sus seres queridos; porque de las 43 muertes, 21 fueron producto de las barricadas violentas de la oposición, 6 atribuidos a los cuerpos de seguridad (ya los responsables están presos), 3 de forma accidental y el resto por acciones violentas de distinto signo.

Leopoldo López permanece detenido en la cárcel militar de Ramo Verde desde el pasado 18 de febrero, tras haberse entregado a las autoridades venezolanas. Está siendo juzgado por la Fiscalía venezolana por instigación pública y asociación para delinquir. Desde entonces, Estados Unidos no ha cesado de exigir su “libertad de manera inmediata e incondicional”.

Declaración de guerra por el petróleo

 

La Defensora de Derechos Humanos, Piedad Córdoba, considera que estas sanciones contra Venezuela “son absolutamente execrables, inauditas, inaceptables. Es una declaración de guerra contra un país hermano como lo es Venezuela, por parte de un país que ética y moralmente no tiene ninguna autoridad para ejercer este tipo de acciones ni de sanciones (…) ¿Con qué autoridad vienen ellos a atacar a Venezuela? ¿Simplemente porque no se deja quitar el petróleo? Quienes conocemos al Gobierno estadounidense sabemos que en lo absoluto tienen algún interés por defender los derechos humanos, aquí lo que hay es un interés por los recursos naturales que tiene Venezuela y porque quieren imponer un modelo político-económico como lo han hecho siempre: de manera imperialista, colonialista e irrespetando los derechos soberanos de todo el pueblo venezolano”.

Según ha confesado Roger Noriega, acérrimo opositor a la Revolución Bolivariana y quien como embajador de EE.UU. ante la OEA apoyó a grupos mercenarios para derrocar a la Revolución Sandinista, la ley de sanciones contiene disposiciones que: “obligan al Departamento de Estado a ser mucho más proactivo en asistir a los venezolanos a recuperar la democracia; suspender visas y congelar los activos en dólares dentro de Estados Unidos de los funcionarios chavistas acusados; bloquear a personajes claves del gobierno las transacciones que realicen en otros países con la moneda estadounidense; fortalecer la posición de quienes están a favor de tomar una postura más agresiva contra el gobierno; destinar mayores recursos a la oposición para que alcancen su deseo de “vivir en paz y bajo un sistema democrático representativo”.

Precisamente una democracia representativa es lo que no quieren los venezolanos, eso lo han demostrado en las 18 victorias electorales que han acumulado en estos 15 años de Revolución, porque ha sido a través de la democracia protagónica y participativa con la que han podido recuperar los derechos que durante décadas les fueron negados y construir una sociedad más igualitaria.

¿Quiénes impulsan las sanciones?

 

Si bien en varias ocasiones el presidente Barack Obama ha expresado su apoyo a López y a la extrema derecha venezolana, mientras descalifica al gobierno que les quitó el control de las principales reservas petrolíferas del mundo, han sido 2 personajes de la ultraderecha estadounidense quienes han redactado e impulsado con fervor esta ley de sanciones. ¿Quiénes son? El investigador canadiense, Jean Guy Allard nos tiene sus fichas:

Ileana Ros-Lethinen:

· “Hija del cubano Enrique Ros, un fiel servidor del dictador Fulgencio Batista, que participó en los cientos de ataques terroristas que se ejecutaron contra Cuba desde Miami y que provocaron la muerte de miles de personas.

· Vinculada a la CIA.

· Gracias al apoyo de Otto Reich, de los terrorista Orlando Bosch, Jorge Mas Canosa (líder de la terrorista Fundación Nacional Cubano Americana) y de Jeb Bush, Ilena logra llegar a la Cámara de Representantes en 1989.

· Gran amiga de los terroristas confesos Orlando Bosch (ya muerto, responsable de la voladura del avión de Cubana de Aviación en 1976 y vinculado al asesinato de John F. Kennedy), Eduardo Arocena (jefe del grupo terrorista de Miami Omega7 y responsable de varios atentados y asesinatos, entre ellos el del ex canciller chileno Orlando Letellier) y Rodolfo Frómeta (jefe del grupo terrorista de Miami Comando F-4 y dedicado al tráfico de armas).

· Preside el Fondo de Defensa del terrorista confeso Luis Posada Carriles.

· Amiga cercana del Primer Ministro Israelí, Benjamín Netanyahu y una de las principales vocera del sionismo dentro del Congreso estadounidense.

· Amiga de los hermanos William y Roberto Isaias, condenados en Ecuador por quebrar fraudulentamente el banco Filanbanco en 1999 y provocar la ruina de miles de familias e incluso el suicidio de varias de ellas.

· Fiel admiradora de Ronald Reagan a quien públicamente le agradeció por haber financiado a los grupos de exterminio en Nicaragua para hacer “retroceder el cáncer del comunismo”. 

· Su mentor y gran amigo fue Dante Fascell, agente de la CIA en el congreso estadounidense.

· El 29 marzo 2003 participo en Miami en la única manifestación que hubo en el mundo a favor de la guerra en Irak. Allí, al lado de Bosch, reclamó que Cuba fuera el próximo Irak.

· Apoyó golpe de estado en Honduras para instalar la dictadura de Roberto Michelletti en 2009.

· Fanática partidaria de la pena de muerte.

· Su esposo, Dexter Lehtinen, ex combatiente de Vietnam, tiene un bufete de abogados para enjuiciar a Venezuela por violaciones a los derechos humanos.

· Ileana recibe dinero de Bacardi, Enron, McDonald’s, Coca Cola y sectores favorables a Israel como (AIPAC) gran lobby sionista en Washington”.

Sobre Marco Rubio, Jean Guy Allard nos precisa:

· “Ligado a los fondos buitre. Paul Singer, dueño del NML capital, el fondo que más se beneficia de la decisión del juez Thomas Griesa de la Corte Suprema, también posee Elliot Management, el segundo mayor contribuyente a la campaña de Rubio entre 2009 y 2014.

· Hijo de un cubano que llegó a EE.UU. 1956, unos años antes llegada de la Revolución Cubana. Siempre dijo que su padre huyó de la persecución de Fidel, sin embargo, el ‘Washington Post’ lo desmintió con un reportaje en el cual revela que sus padres llegaron a EEUU más de 2 años antes de la llegada de la Revolución Cubana.
· Forma parte del ala más conservadora del Partido republicano, Tea Party.

· Contribuyente del Fondo de Defensa del terrorista confeso Luis Posada Carriles.

· Apoya fervientemente el bloqueo a Cuba.

Estado Unidos, el mayor violador de DDHH

 

Con ese historial en sus hombros, estos 2 personajes del congreso estadounidense pretenden darle clases de moral y buenas costumbres a Venezuela y al mundo. Por esas y mil razones más, el ex presidente de la Asamblea General de la ONU, Miguel D’Escotto considera que es una doble moral de Estados Unidos querer acusar a Venezuela.

“Estados Unidos es el mayor violador de derechos humanos en el mundo, es la nación más terrorista de la historia, que comete guerras, genocidios, invasiones, una tras otra y en total impunidad. La humanidad está en peligro, incluso de extinción por primera vez en la historia. ¿Y por qué? Porque existe un país asesino como Estados Unidos, ese es el problema más grande de la humanidad”.

D’Escotto recuerda que precisamente Estados Unidos fue condenado en junio de 1986 por la Corte Internacional de Justicia por delitos de lesa humanidad al haber entrenado, financiado, infiltrado y dirigido acciones paramilitares y militares contra el gobierno de Nicaragua, provocando unas 38 mil víctimas fatales y 17 mil millones de dólares en pérdidas materiales por destrucción de la infraestructura del país; un fallo que Estados Unidos no acató.

“Cuando Nicaragua llevó a Estados Unidos ante la Corte y sufrió la más fuerte condena en la historia del derecho internacional, Estados Unidos se corrió de la Corte y ya no es parte del Tratado de Jurisdicción obligatoria de la Corte”, señala D’Escotto.

“Es hora de dejar el miedo frente a EE.UU.”

Tanto la defensora de derechos humanos, Piedad Córdoba, como Miguel D’Escotto consideran que ya es hora de pasar de las declaraciones y condenas verbales a los hechos, para así frenar las agresiones de Estados Unidos contra los pueblos del mundo.

“Primero que todo, Unasur, Celac, Alba, todas estas instituciones, los presidentes de la región tienen que pronunciarse en contra de eso. Yo creo que ya es hora de dejar el miedo frente a un imperio que lo único que ha hecho es regar el mundo de sangre y muerte” apunta Córdoba.

D’Escotto agrega: “Hay que tomar medidas más efectivas, coercitivas. Estados Unidos tiene que aprender a comportarse civilizadamente y si no aprenden tendrán que sufrir las consecuencias de un aislamiento total. Ellos impusieron un cruel y criminal bloqueo contra Cuba, es la hora de que el mundo bloquee a Estados Unidos”.

La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América rechazó en pleno esta nueva agresión de Estados Unidos contra Venezuela. Pero Nicaragua, ha ido más allá y prohibió el ingreso de Ileana Ros-Lethinen y Marco Rubio a su territorio.

Por ahora, el pueblo venezolano ha salido masivamente a las calles para rechazar estas sanciones, que como bien ha dicho Maduro: “Se sabe cómo comienzan, pero no cómo terminan”.

Mientras tanto, muchos otros se preguntan: Si Estados Unidos realmente es tan sensible al tema de los derechos humanos, ¿Por qué nunca ha entregado una sola prueba sobre la supuesta violación a los derechos humanos en Venezuela y sólo presenta fotografías falsas ante la comunidad internacional? Así lo hizo el senador Marco Rubio el 27 de marzo de 2014, cuando mostró una foto ante el Senado de Estados Unidos asegurando que Maduro apostó a francotiradores en el Estado Táchira para asesinar a opositores. Rubio sabía que estaba mintiendo y que esa foto fue tomada por el reportero gráfico de AFP, Juan Barreto, el 19 de noviembre de 2013 al personal militar venezolano que resguardaba el Palacio de Gobierno en Caracas.

¿Por qué Estados Unidos no sanciona a países que realmente violan los derechos humanos como Israel, que sólo en la última agresión a Gaza asesinó a más de 2 mil palestinos, en su mayoría niños, mujeres y ancianos inocentes? ¿Por qué no sanciona al ex presidente Álvaro Uribe Vélez por sus falsos positivos que le quitaron la vida a más de 3 mil colombianos humildes e inocentes? ¿Por qué no sanciona al Gobierno mexicano, que desde 2006 tiene un registro de más de 20 mil desapariciones forzosas y decenas de fosas comunes con cuerpos aún sin identificar?

Una vez más, el Gobierno estadounidense deja en evidencia que utiliza el tema de los derechos humanos como un instrumento político contra aquellos que no pasan por el aro, que no se doblegan, que no sirven a sus intereses. El razonamiento expuesto por Estados Unidos es sencillo: si no me das el control de tus recursos naturales, si hablas del mundo multipolar y pones en riesgo mi hegemonía mundial, si defiendes la autodeterminación de los pueblos, si no cedes….te sanciono por los delitos de lesa humanidad que cometo yo.

 

(Por Karen Méndez / RT)