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La confrontación de poderes vista desde los ojos de la socióloga y analista político, Maryclen Stelling es una guerra a muerte en la que se apuesta a la derrota del adversario expresada a través del poder.

 

En entrevista con PANORAMA, asegura que con tener mensajes distintos desde voceros del Gobierno confunde y complica el escenario.

 

—Recrudece la confrontación entre los poderes públicos ¿cómo encontrar un punto de acuerdo? 

 

—En el corto plazo me parece verdaderamente difícil, porque creo que la oposición está sufriendo de un triunfalismo que proviene del triunfo electoral del 6 de diciembre (…) y, en segundo lugar, tienen el Poder Legislativo. Ellos de alguna manera quieren desde allí, desestabilizar, confrontar y denunciar. Esa confrontación de poderes se está alimentando fundamentalmente de la Asamblea Nacional con un fin clarísimo que es la desestabilización y no destrancar el juego. El diálogo alargaría más el proceso, ellos no están jugando al diálogo. Su apuesta es el referendo revocatorio y profundizar la confrontación de poderes fundamentalmente con el Tribunal Supremo de Justicia.  

 

—¿Cuáles deberían ser las acciones de la oposición para no perder eso que ganó en diciembre? 

 

—Los sondeos dicen que cuentan con apoyo, dicen que hay un descenso en la imagen del Presidente, de la confianza en la gestión. Imagino que con el resultado de diciembre y lo que dicen los sondeos, ellos consideran que tienen un apoyo numérico importante. No creo que vayan a ceder, no creo que quieran entrar al diálogo, creo que quieren seguir en este juego trancado, de confrontar los poderes.

 

— Maduro ha convocado al diálogo, sin embargo la oposición se mantiene al margen ¿claudicar o insistir? 

 

—Creo que ninguno de los dos quiere claudicar ni ceder por eso veo la tarea de los mediadores de Unasur una tarea bien difícil (…) hay otro problema en el Gobierno y es que hay cuatro voces diferentes y eso también complica el panorama porque no hay un solo vocero de Gobierno. Hay voceros oficiales, algunos más radicales, otros más moderados y eso complica también el diálogo en sí y la posición del Gobierno. 

 

—Recientemente Diosdado Cabello aseguró que no habrá revocatorio y  que no hay acercamiento con la oposición y por otro lado está el Presidente convocando al diálogo.

 

—Son contradicciones en voces del alto Gobierno, eso confunde mucho más. 

 

—¿Es el referendo la solución?

 

—No. Es una medición de quién es el más fuerte en este momento. Va a ser muy difícil que en esa medición electoral se rescate inmediatamente la convivencia, el respeto y de alguna manera no se imponga la vendetta con el que ha sido derrotado, el juego que hizo la oposición, gané, te derroté. Lo que sucedió después del 6, creo que sería mucho más grave después del referendo, dificultaría en el corto y mediano plazo el diálogo, porque sería un diálogo entre un derrotado y un vencido. Debe haber un punto de encuentro, que sería el económico que permitiría el reencuentro de lo público a lo privado para el rescate económico del país.

 

—¿Cuál es el nivel de la política venezolana en este momento?

—Está centrada en esa confrontación de poderes, en la eliminación y destrucción del contrario, de alguna manera los ha alejado, aislado, de los problemas que tienen las bases sociales. Hay un divorcio entre las cúpulas políticas y lo que está sucediendo en las bases sociales que es una lucha por la sobrevivencia, donde para el pueblo la confrontación de poderes no es un problema, el diálogo tampoco. La política que se está haciendo aquí está centrada en el adversario político y quizás hay una suerte de aislamiento de los verdaderos problemas de las bases sociales (…). Aquí nadie está pensando en el país, sino en política para el propio beneficio. 

 

—¿Cómo se reflejaría ese divorcio en un referendo? 

 
—En un revocatorio probablemente se vote de manera semejante a la tendencia del 6 de diciembre (por eso el rechazo del chavismo al revocatorio), claro, porque la crisis, el desabastecimiento se ha agravado, la competencia que hay para el acceso a los productos básicos es muy grande. El Gobierno ha intentado mejorar, los Clap ahora la misión soberanía segura, pero los problemas continúan y lo demás es sobrevivencia. 

 

—¿Cuál sería su consejo al Gobierno y a la oposición?

—Encontrar puntos en los que haya un mínimo acuerdo. Comenzar el diálogo. Creo que (José) Zapatero dijo que debería ser el área económica el punto de discusión, porque si en realidad ambos están interesados en atacar la crisis económica y el abastecimiento, pues esa es un área donde se puede dialogar y es una necesidad. 

 

—¿La pérdida de valores de los venezolanos también forma parte de la crisis que vive el país?

 
—No hablaría de pérdida de valores, creo que hay un problema coyuntural, donde sobrevive el más apto y eso ha producido una suerte de ‘imperanomia’. El que bachaquea, el que corrompe, el que manipula las bolsas Clap, el que se apodere de bultos de comida, el que esconde la comida, y eso ha hecho que la estructura normativa en Venezuela se desdibuje. 

 

—¿Cómo promover el retorno de los valores?

 
—Sociológicamente hablando es una tarea tan ardua como la del rescate económico, es retomar estructuras jerárquicas de autoridad y el respeto a las normas y al otro. Después de este proceso donde se posponen valores que eran muy importantes para nosotros, viene un proceso de reeducación que es lento. Creo que ha ocurrido un proceso de des socialización, de resocialización y cuando esto se vaya superando debe comenzar un proceso de resocialización en la convivencia, en la paz, en el respeto al contrario, que es un proceso lento. Estamos viviendo una coyuntura que ha descalabrado en diversas dimensiones la convivencia. 

 

—¿Está vigente el modelo socialista?

 
—En este momento el país requiere del concurso del sector público y privado, ese modelo radical tendría que hacer concesiones por un modelo más próximo, quizás, al ecuatoriano. 

 

—En un escenario de cambio de Gobierno ¿los venezolanos podrían conciliar sus diferencias?

 

—Creo que la conciliación de diferencias va a ser larga, la polarización y ahora el desabastecimiento incorpora a la crisis económica otro elemento a la crisis multidimensional que estamos viviendo, yo creo que cualquier aproximación tendría que ser por las cúpulas, entre Gobierno y sector privado y a nivel de las bases siento que ha habido un reencuentro de la población porque te reencuentras con el desabastecimiento, con las colas y la dificultad para acceder al producto de subsistencia.

 

—¿Qué opina del desconocimiento absoluto que hay sobre las decisiones de la Asamblea Nacional?

 

—Esa es la expresión máxima de la confrontación de poderes y de que desde la confrontación de poderes la guerra es a muerte. Apuesta a la derrota del adversario que se expresa a través del poder.

 

(panorama.com)