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La señora María Clementina Figueredo de 75 años, falleció el jueves 13 de octubre presuntamente intoxicada luego de consumir unas arepas hechas con una masa de maíz blanco de procedencia dudosa. 

 

Un nieto de María, llamado Andy Junior Rondón (23), también falleció por esa supuesta causa el sábado 8 de octubre, apenas cinco días antes.

 

Coralia Rondón, hija de la señora María, relató que once personas habían comido de ese maíz, y a ella le había dado malestar minutos después de consumirlo “fuimos once personas las que comimos de ese maíz. A mí fue la primera que me cayó mal. Casi 20 minutos después de comer empecé a tener dolor de cabeza, al poco tiempo estaba vomitando y luego me dio diarrea. Todos en la familia comimos y tuvimos una mala reacción en cadena”.  

 

Rondón explicó que su mamá murió en la Emergencia del Hospital Central Antonio María Pineda, en Barquisimeto, mientras que Andy murió horas después de comer. Toda la familia reclamaba la injusta muerte producto de ese consumo, y también por la falta de atención médica en la sala de urgencias del hospital.

 

“Mi sobrino estuvo en una camilla durante casi tres horas esperando que lo atendieran. 10 minutos antes de fallecer fue que llegó un médico de la Emergencia a verlo. Con mi abuela fue lo mismo, yo entraba cada hora a verla y cuando lo hacía la encontraba peor que la vez anterior”, denunció con impotencia Carolina Díaz, nieta de la fallecida.

 

Carolina acusó los malos tratos de la enfermera de turno: “Me dijo que hasta que no se pasara la revista no podían atender a mi abuela”.

 

El padre de Coralia, Simón Rondón (90) se encontraba hospitalizado con María desde el lunes 10 de octubre, y no fue sino hasta el 14 de octubre que decidieron sacarlo del hospital, pues deseaba estar en el velorio de su esposa, a pesar de sufrir un cuadro grave de sangramiento digestivo.

 

Los familiares denunciaron que María y Andy fueron tratados con negligencia, ya que no fue sino hasta que empeoraron sus cuadros clínicos que fueron atendidos.

Coralia informó que pidió a funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) que investigaran ambas muertes, porque presumen que el maíz estaba intoxicado.

 

Una comisión de funcionarios se fue con ella hasta la vivienda de las víctimas para colectar como posible evidencia la masa y el maíz que compró la familia, también le realizarán una necropsia al cadáver de María para determinar la causa de su muerte.

 

Estos lamentables hechos son otro motivo para que la población venezolana esté alerta con la compra de alimentos adquiridos a personas inescrupulosas y ruines que ven en la venta de comida dañada, alterada y vencida, un lucrativo negocio de alta demanda, sin considerar el mal que pueden causar a quienes adquieren sus productos dañinos.

 

(LaIguana.TV)