El ministro del Poder Popular para la Comunicación y la Información, Ernesto Villegas Poljak, conversó en exclusiva con La Iguana.TV acerca de los más recientes acontecimientos políticos. A su juicio, la estrategia “golpista, alocada y aventurera” de la oposición fue aplastada por los contundentes resultados de la gira realizada por el presidente Nicolás Maduro en la que cosechó numerosos éxitos, incluyendo un encuentro con el papa Francisco y otro con el secretario general designado de la Organización de las Naciones Unidas, António Guterres.

 

Villegas (Caracas, 1970), advirtió, sin embargo, que al plan macabro de la derecha solo le están faltando unos muertos para retomar el libreto de abril de 2002.

 

Sobre la polémica surgida en torno a la difusión a través de su cuenta Twitter (@VillegasPoljak) de una fotografía de Maduro con el pontífice, antes de que el encuentro se realizara, el ministro explicó lo ocurrido y respondió con un viejo adagio del periodismo: “llantén no cura tubazo”.

 

A continuación, una versión de la conversación completa de Villegas con el periodista Clodovaldo Hernández:

 

-Usted fue ministro de Comunicación e Información en los últimos meses del comandante Hugo Chávez. Le correspondió la terrible tarea de informar sobre su estado de salud. Ahora vuelve al cargo y se encuentra un país en conflicto, con un intento de enjuiciar al presidente en la Asamblea Nacional. ¿Será que Ernesto Villegas Poljak es “el hombre de las dificultades”  en materia de comunicación? ¿Esta situación es más difícil que aquella?

 

-Cada una tiene sus características, sus complejidades y sus desafíos. En la actualidad soy optimista. Creo que vamos a pasar este mes de octubre, pasaremos noviembre, pasaremos diciembre, y en enero habrá que ver el discurso renovado de la dirigencia política que hoy está con un cuchillo entre los dientes, que cree que va a lograr el ansiado sueño de acabar con la Revolución Bolivariana. Los veremos cambiando de discurso para sumirse de lleno en las campañas electorales que nos esperan a los venezolanos en 2017. A muchos de esos que hoy salen quejándose de la convocatoria del Consejo Nacional Electoral a las  elecciones de gobernadores y alcaldes, los veremos de candidatos.

 

-La responsabilidad de que el referendo no se realice este año es de la dirigencia de la Mesa de la Unidad Democrática, pero, al margen de eso, ¿no existía la posibilidad de que, con la necesaria voluntad política, se acordara hacerlo? ¿No hubiese sido esa una manera de satisfacer el deseo, la necesidad, de una porción significativa de la población venezolana que aspiraba a ver esa consulta este mismo año?

 

-Yo echo de menos las invocaciones que algunos políticos de oposición hacían al referendo antes de las decisiones judiciales que incidieron en la dinámica que se había iniciado. Algunos de ellos quedan en evidencia como proponentes del derrocamiento del presidente Maduro por cualquier medio, y el referendo era apenas una excusa para activar otra vez el libreto de abril de 2002. Como dice el respetado compatriota Alí Rodríguez Araque, la oposición tiene una dirigencia que además de tramposa es impuntual. La mitad del período de Nicolás Maduro se cumplió el 11 de enero, porque él fue electo para completar el período del comandante Chávez. Yo recuerdo muy bien esa fecha porque se cumplen años de la muerte de mi padre. Vale la pena “googlear” es fecha, como dicen los chamos, para ver qué estaban declarando los dirigentes opositores, y veremos que estaban hechos una galleta hablando de enmienda constitucional. Ramos Allup decía que esa era la mejor vía. También planteaban la renuncia, el abandono del cargo, la supuesta doble nacionalidad… Estaban engalletados en mil cosas, en lugar de hacer lo que tenían que hacer, que era ir al Consejo Nacional Electoral y activar el mecanismo del referendo. Ahora, después de que se les pasó el tiempo, no pueden echarle la culpa al CNE o al gobierno de que ellos mismos hayan sido impuntuales. Tuvieron a sus seguidores engalletados y los están engalletando otra vez, con un rosario de opciones, ninguna de las cuales va a cuajar.

 

-Pero, ¿no existía la posibilidad que, desde el punto de vista político, se llegara a un acuerdo para realizar el referendo este año, a pesar de eso?

 

-El referendo es un mecanismo que está en la ley, en la Constitución, y es necesario cumplir con los extremos legales y constitucionales para concretarlo. Si no se cumplen esos extremos, ¿cómo podría un acuerdo político sobrepasar esas reglas de juego? Aquí hay dos equipos de fútbol. Si trasladamos eso a un juego de fútbol, tú no le puedes echar la culpa al equipo contrario porque tenga buenos delanteros, buenos defensas y un buen arquero. No puedes emprenderla contra el arquero contrario porque no se dejó meter un gol… ¡Por favor! Yo quisiera ver en la misma circunstancia a los señores que hoy quieren derrocar al gobierno. Ya sabemos lo que hicieron históricamente y podemos suponer lo que harían.

 

-Ernesto Villegas también es uno de los grandes investigadores periodísticos de los sucesos de abril de 2002. Desde el punto de vista de los medios, en aquel golpe hubo mucho protagonismo. Casi puede afirmarse que fue un golpe mediático, con alguna influencia militar. Esto ha cambiado mucho en los últimos tiempos, en especial la correlación de fuerzas entre medios públicos y privados. Pero también hay cambios tecnológicos que le han dado mucho más peso a las redes sociales y los medios digitales. ¿Cómo ve el proceso de intento de derrocamiento de Maduro, en comparación con lo ocurrido en 2002?

 

-La Venezuela de hoy no es la misma que en 2002. Entre otras cosas porque no tenemos acá, físicamente, al comandante Chávez. Ese es un dato de la vida real, y el primero que está consciente de eso es el presidente Maduro. No solamente en el campo de la comunicación hay diferencias. Por ejemplo, en abril de 2002, los golpistas tenían un dominio sobre Pdvsa. Si hoy en día tuvieran ese control, ya la industria petrolera estaría parada. De modo que hay fortalezas que no existían entonces. Otra es una sólida unión cívico-militar, una Fuerza Armada mucho más cohesionada que aquella, que permitió no sólo el golpe de abril, sino luego los eventos de la plaza Altamira. En la comunicación hay variaciones, tecnológicas incluso. En el año 2002 no había tanta hernias cervicales, gente que se la pasa así (inclina la cabeza y simula escribir en el celular) y hay un efecto que tienen las redes sociales y la comunicación  digital que es distinto al que entonces podía verificarse. Eso también tiene sus bemoles porque hay una realidad real que no necesariamente es la realidad del Twitter. En nuestros tiempos, cuando nos formamos como periodistas, el mayor valor en la comunicación era la veracidad. Hoy, lamentablemente, es la viralidad. Una cosa puede ser mentira, pero si es viral, es real; y una cosa puede ser verdad, pero si no está retuiteada, supuestamente no es importante. Es una especie de mundo paralelo, que tampoco nos debe “emperiscopar” (suerte de nuevo verbo derivado de Periscope, nombre de una aplicación para la transmisión de video por redes sociales) porque hay unos políticos que están “emperiscopados”, que creen que el mundo comienza y termina en su conexión de internet, cuando debe comenzar y terminar es en las calles, con el pueblo. Lo que sí quiero advertir es que al guion del golpe solo le hacen falta unos muertos. Tú incorporas el factor de unos muertos, como los que estaban prefabricados, predeterminados en abril de 2002 y empieza a cobrar sentido mucho de lo que hoy parece una locura. Porque, que vaya Ramos Allup a Miraflores a pedirle la renuncia al Presidente por abandono del cargo, de momento se ve como una muestra más de fanfarronería, pero un episodio de esos, aderazado en forma macabra con unos muertos, cobra un sentido también macabro. Hay que estar muy alerta y aprender de nuestras viejas experiencias y saber quiénes están jugando con la vida de la gente. Yo recuerdo que (en abril de 2002) se grabó un mensaje de unos militares hablando de unos muertos en el centro de Caracas cuando todavía no había habido ningún muerto. Y eso lo dijo Otto Neustald, corresponsal de CNN en Caracas, no yo. Por cierto que frente a esa alocución de militares golpistas, hubo muchos aplausos. En cambio ahora, cuando aparece el general en jefe Vladimir Padrino López, que en aquel entonces era teniente coronel, por cierto, diciendo que él no va a dar ningún golpe, que los militares están defendiendo la Constitución, le caen encima y lo insultan y lo ofenden. Es algo verdaderamente llamativo.

 

-Con respecto al tema de la guerra económica, ¿qué se ha hecho bien y qué es necesario mejorar en el plano comunicacional?

-Se han hecho muchas cosas bien. La imagen de la Navidad de este año está asentada en la que impulsó Jacqueline (Faria) cuando estuvo en el cargo. Es el mismo gobierno, aunque hay circunstancias que permiten la concreción de algunas iniciativas y circunstancias que no. Por ejemplo, mi antecesor inmediato, Luis José Marcano, tuvo las condiciones necesarias y el tino de impulsar el Estado Mayor de la Comunicación. En mi anterior ejercicio yo propuse la creación de una instancia parecida, con otro nombre, pero no cuajó. Ahora yo he tomado esa experiencia positiva y he hecho lo siguiente: con el  Estado Mayor de la Comunicación se dio lo que se llama un despliegue territorial, es decir, que integrantes de ese Estado Mayor han ido a los estados a hacer un levantamiento del mundo de la comunicación y establecer enlaces con Caracas. Ahora yo he dispuesto un despliegue sectorial, de modo que integrantes del Estado Mayor están asignados a las distintas vicepresidencias de gobierno. Así, los ministerios adscritos a esas vicepresidencias tienen un enlace directo con el Minci. Eso nos permite hacerle a la gestión de gobierno un “perfil 20”, esa es una prueba de laboratorio que permite saber cómo está la salud de una persona a través de la sangre. Muchas veces en nuestro discurso nos asentamos en la emoción, pero nos falta el dato duro, o lo tenemos pero no siempre está bien expresado. Por ejemplo, al ciudadano no le dicen mucho las grandes magnitudes, le dice lo mismo que haya llegado a un determinado estado cien toneladas, doscientas, quinientas o mil toneladas de algo. El esfuerzo de la comunicación debe ser traducir esas magnitudes a una idea significativa, procesable. En lugar de decir que arribaron 3 mil toneladas de harina de trigo, debemos decir que arribó una cantidad que equivale al consumo de la población durante tres meses en una región. Eso nos ha pasado con la entrega de Canaimitas, porque luego de entregar la número un millón, viene la dos millones, tres millones, cinco millones, diez millones y ya da lo mismo porque pasa todos los días, pero es algo extraordinario y hay que hacer un esfuerzo por aterrizar el mensaje. Por ejemplo, podríamos decir que una sola Canaimita vale 2 mil dólares, que en el mercado capitalista no se la entregarían a nadie que no la pudiera pagar. También debemos mostrar las historias humanas que están detrás de las cifras. Yo lo he denominado internamente “Misión Dato Duro”, y los compañeros del Estado Mayor Comunicacional están trabajando con los respectivos jefes de Prensa y los directores de seguimiento de Políticas Públicas para construir el catálogo de datos duros, comparables, medibles, históricos y con mucha pedagogía para que el recurso de nuestra vocería pueda alimentarse de ese valor. Son muchísimos datos porque este es un gobierno que se la pasa trabajando por todos lados y a veces no comunicamos lo suficiente o no lo comunicamos bien. El esfuerzo que se hace no está en proporción a los resultados comunicacionales. Tenemos que ponernos a tono con la magnitud del esfuerzo que se hace y nuestro pueblo lo valora.

 

-¿Cómo evalúa los acontecimientos de los últimos días, desde el punto de vista de la comunicación? ¿Quién ha ganado estos rounds?

 

-Bueno, con la gira victoriosa del presidente Maduro por los países petroleros, su entrevista con el Papa, su entrevista con el secretario general designado de las Naciones Unidas, el plan de la derecha ha recibido una zaparapanda. Ellos no se esperaban que su plan golpista, insurreccional, alocado, aventurero se topara con un estadista que es recibido con toda la seriedad del caso en escenarios internacionales y que, además, está trabajando por la solución de los problemas del pueblo, ejerciendo plenamente sus facultades constitucionales. Ellos están tratando de construir un mensaje de abandono del cargo justamente en el momento en que Nicolás Maduro está más dedicado que nunca a trabajar en ejercicio de sus funciones por la superación del bache económico en el que estamos. Y todo el mundo sabe que la superación de ese bache tiene mucha relación con la recuperación de los precios del petróleo, por más esfuerzos que hagamos, y que tenemos que seguir haciendo, para construir una economía no petrolera  y no rentista, eso no va a ocurrir de la noche a la mañana, nuestro destino está atado umbilicalmente a los precios petroleros. Yo puedo dar fe, porque acompañé al Presidente en esa gira relámpago, que recibí mensajes de amigos de oposición que me decían “ojalá les vaya bien por allá”, porque  eso implica que nos irá bien a todos, y así lo siente la sociedad venezolana. Yo vengo de la gira del presidente Maduro y puedo decir que  el Papa no le abre la puerta a cualquiera que se la toque; y no a cualquiera que toca la puerta del nuevo secretario general designado de la Organización de las Naciones Unidas, se le concede una audiencia. No cualquiera logra cosas parecidas a las que en su momento hizo Chávez. Recuerdo que cuando la gira petrolera de Chávez, él visitó Irán y cruzó la frontera hacia Irak. Hoy en día hay divergencias entre países árabes y es Maduro quien hilvana un acuerdo que está en puerta para que países que están distanciados por diversas motivaciones se pongan de acuerdo en un mecanismo que permita la recuperación y estabilización de los precios del petróleo. Ese liderazgo tiene un valor que debemos ponderar. Tenemos fortalezas nacionales e internacionales. El presidente no estaba jugando carrito, sino trabajando por lo que tiene que trabajar. Está construyendo un consenso que va más allá de los países de la Opep y es muy importante. Yo  tuve ocasión de asistir a la reunión con el presidente Putin y la opinión que él expresó en el Congreso Mundial de Energía, en Turquía, fue distinta a la que antes tenía en otros foros internacionales. El presidente Putin hoy día cree, está convencido y ha puesto a Rusia a la orden de ese acuerdo en el que viene trabajando el presidente Maduro, al punto de que apenas habló Putin y subió tres dólares el precio del barril. Y la posición de Rusia no es cualquier cosa, es el principal productor. Lo mismo pasa con Arabia Saudita, que es el principal socio de la Opep y tiene una gran disposición a llegar a un acuerdo de esa naturaleza. Y todo esto, modestia aparte, está estrechamente vinculado a la diplomacia que el presidente Maduro ha desplegado. Claro, sus enemigos son mezquinos, terminan creyéndose sus propias leyendas que ponen a andar, esas que pintan a un Maduro que no tiene ninguna cualidad, tiene solo defectos. Está bien, sigan subestimándolo, pero allí está Maduro haciendo un trabajo extraordinario en el campo en el que más acompañó al comandante Chávez porque Maduro fue canciller de Chávez y todo ese entramado de relaciones internacionales que el comandante construyó tuvo como acompañante al entonces canciller Maduro, y ese legado que Chávez dejó está siendo utilizado por Maduro con mucho tino para enfrentar el contexto económico adverso que tiene Venezuela.

 

-En relación a la entrevista con el Papa, hubo polémica porque se dijo que usted utilizó una fotografía de un encuentro anterior, que fue un truco…

 

-Cuando se revisan mis tuits, lo que hice fue anunciar el encuentro. Está escrito: “El papa Francisco recibe hoy al presidente Nicolás Maduro”. Si hubiese estado manipulando y hubiese puesto que “lo recibió”, acompañando el texto con esa foto, hubiese sido un engaño. Pero si digo que lo va a recibir, es obvio, de cajón, que la foto corresponde a otro encuentro, pues este aún no se había realizado. Y eso pasa todos los días en todos los medios que anuncian algo y usan fotos de archivo. Después del encuentro, no usé esa foto. Puse la foto en la que reciben al Presidente, cuando se despide de él, y puse los videos. Nunca utilicé la fotografía para decir que había ocurrido. La han emprendido contra mí, recriminándome que traté de engañar, pero a eso le respondo como lo hacían los viejos periodistas: “Llantén no cura tubazo”. El hecho es que esa no fue una reunión entre Brad Pitt y Angelina Jolie, sino que Francisco interrumpió sus actividades y recibió a Nicolás. Si voy yo y toco la puerta, no me la abren, pero la tocó Nicolás Maduro y se la abrieron. Lo concreto es que el Papa recibió a Nicolás Maduro y fue confirmado además por una nota de la propia Santa Sede. Lo que les saca la piedra a ellos es que la construcción del Maduro tirano, dictador, se les vino abajo cuando el Papa lo recibe. Si fuera el demonio que ellos pintan, el Papa no lo recibiría. Ese es todo su llantén, pero “llantén no mata tubazo”. El protocolo vaticano es milenario y muy estricto. Cuando se trata de una  visita de Estado hay fotografías oficiales y toda la pompa protocolar, pero esta fue una audiencia privada, solicitada sobre la marcha por el presidente Maduro por intermedio del cardenal (Pietro) Parolin (secretario de Estado del Vaticano), quien tengo entendido que fue nuncio en Venezuela. El Papa la concedió en forma inmediata, fue una interrupción en la agenda normal del papa.

 

-¿Qué balance hace del episodio del miércoles (marchas opositoras y respuesta del chavismo)?

-Pudiera decir muchas cosas, pero solamente haré una comparación cuantitativa: como con quince días de antelación, ellos convocaron una manifestación el 1º de septiembre y dijeron que había allí un millón de personas. Eso fue lo que dijeron. José Vicente Rangel dijo que habían 30 mil nada más, pero ellos dicen  que fue un millón. Bueno, en el libro de Pedro Carmona Estanga, que yo me leí completico, él dice que en la marcha del 11 de abril, que convocaron en apenas unos días, había habido más de un millón de personas. En el supuesto negado de que ambas cifras fueran ciertas, que no lo son, pero aún en ese supuesto, están admitiendo que son el mismo millón que movilizaron hace 16 años. Yo no creo que haya habido un millón ni aquella vez ni esta, pero de lo que sí puedo dar fe es de que en los alrededores de Miraflores, tanto el 1º de septiembre como esta semana ha habido infinitamente muchísima más gente defendiendo el palacio de la que hubo en abril de 2002. Cuantitativamente hablando podemos hacer la comparación del número de gente que se moviliza a defender la Revolución, presta a defender la Constitución, a defender su derecho a un futuro independiente, soberano, de igualdad para todas y todos. Y yo atribuyo esa disposición a altos niveles de conciencia. Tenemos muchos problemas. De verdad, ¿quién los puede negar? Yo no los niego. Pero al lado de esos problemas hay unos grandes niveles de conciencia de un pueblo al que no pueden despachar así, como si son cuatro pelagatos. La oposición peca de tener una dirigencia que lo quiere todo y ya, como los niñitos. No es ni todo ni ya. Ese inmediatismo le ha salido mal en anteriores ocasiones y les va a volver a salir mal porque se olvidan de que en el tablero hay dos jugadores y, de lejos, el jugador del chavismo es la primera fuerza política del país, considerada independientemente. Ninguna de las facciones opositoras es más grande que este pedazo del país que es el chavismo y que tiene una capacidad de recuperación tan grande como la economía venezolana. Ese es el temor que tienen: que tanto la economía como el chavismo tienen una gigantesca capacidad para recuperarse.

 

-Los ministros de Comunicación e Información han durado poco en el cargo, tanto los del presidente Chávez como los del presidente Maduro. Usted lo ha sido de los dos. ¿Esa brevedad no atenta contra la posibilidad de resolver los problemas de un sector como este, con tanta complejidad?

 

-Tú me hiciste la misma pregunta cuando salí la primera vez del Ministerio, y yo te decía que el tiempo es relativo. Bernard Shaw decía que no era lo mismo media hora con una muchacha muy bonita que con un tipo muy feo. En tiempo cronológico uno puede estar acá mucho o poco, unos meses o unas semanas más, pero en tiempo político pueden pasar siglos. En los pocos días que llevo en el Ministerio ha pasado de todo. Creo que fue Carola Chávez que puso un tuit en el que decía que uno medio se descuida o se duerme y pasan un montón de cosas. De modo que lo importante no es el tiempo que pases en el cargo, sino cómo desde esta posición se puede contribuir a que el país pueda comunicarse mejor. Al final lo que pienso es que asistimos a un coro polifónico y tú debes, como actor, tratar de influir en las voces que más se escuchan. Ahorita hay una gran cantidad de voces levantadas desde la irracionalidad y la locura. El deber nuestro es incidir para que haya una dosis de racionalidad en el debate público. Pongo un ejemplo: un juez puede estar de acuerdo con el matrimonio homosexual, pero no por eso puede ponerse a casar personas del mismo sexo, porque la Constitución no lo contempla. Esos actos serían recurribles ante su instancia de alzada. Si aquí hay gente que está en desacuerdo con decisiones judiciales, la única manera de expresarlo es recurrirlas en instancias judiciales. Por ejemplo, las decisiones de los jueces que han fallado sobre el asunto de referendo son recurribles todas, pero si tú te las das de machito y empiezas a decir que desconoces las sentencias de la Sala Constitucional, no se entendería que acudas a recurrir la sentencia de un tribunal. Todavía estamos a tiempo de que prive la sensatez y de que entren por el carril de la racionalidad. Ese golpe que están montando, les va a salir por la culata. Sería la estocada final para una dirigencia que todavía tiene mucho futuro, una cantidad de jóvenes que no tienen por qué lanzarse por el barranco de algunos desesperados que ven en esta la última oportunidad. Son gente que por razones vitales, cronológicas, creen que estos son los últimos meses, es más, el último mes, porque tienen apenas días para concretar ese sueño. Nosotros creemos que vamos a superar esta circunstancia adversa y vamos a comernos unas hallacas en familia. El gobierno está haciendo todo lo necesario para garantizar los productos de la mesa navideña y vamos a desarrollar una hermosa campaña de Navidad. Vamos a disfrutar de lo que nos merecemos, de lo que nos ganamos, porque el pueblo venezolano se ganó con todos sus sacrificios de este año, el derecho a tener una feliz Navidad.

 

Por: Clodovaldo Hernández ([email protected])

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