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En unas horas, Grecia vivirá unas elecciones legislativas que probablemente marquen un punto de inflexión para el país y un cambio en las políticas de austeridad aplicadas hasta ahora, por tal razón Prensa Latina reunió la opinión de algunos ciudadanos griegos.

 

Todas las encuestas predicen una victoria del partido de izquierda Syriza, aunque con un escaso margen y con una intención de voto que, en principio, no le permitirá gobernar en solitario.

 

La contienda electoral se desarrolló en medio de un intenso acoso mediático contra la formación de izquierda y con reiterativas amenazas por parte de ciertos dirigentes europeos en el caso de que Grecia deja de cumplir con sus obligaciones financieras y políticas.

 

En ciertos aspectos la campaña mostró una imagen anómala, especialmente en el paisaje urbano, debido a la práctica ausente de carteles y propaganda electoral en las calles y también porque no se celebró ningún debate televisivo entre los principales candidatos.

 

En medio de este panorama, Prensa Latina conversó con una pequeña muestra de ciudadanos griegos para recabar sus opiniones políticas de austeridad.

 

La sensación más generalizada es la duda, motivada tanto por la voluntad de cumplir las promesas electorales por parte de Syriza como también por la posibilidad de llevarlas a la práctica teniendo enfrente a los poderes financieros.

 

Así Vanguelis Nikolopoulos, arqueólogo del Ministerio de Cultura, expresó cierto pesimismo al considerar que “la Unión Europea, el sistema bancario y la oposición conservadora griega harán todo lo posible para boicotear el nuevo Gobierno y poder volver pronto al poder”.

 

Más optimista se mostró Apostolis Dimzas, ingeniero mecánico desempleado, para quien una victoria de la izquierda “sacará del tablero político a los partidos que arruinaron a este país y abrirá la posibilidad de saber clara y objetivamente qué ocurrió exactamente con la deuda y a qué se debe”.

 

Por su parte, Natassa Argyraki, una joven profesora añadió un matiz positivo a las dudas sobre Syriza. “Si hace al menos un 10 por ciento de lo que dice, la situación será mejor porque los trabajadores sentirán un cambio positivo y apoyarán al nuevo Gobierno, dándole el tiempo que necesite”, aseguró.

 

Natasha Terlexi, empleada en una compañía aérea, mostró sus reservas ante la posibilidad de que Syriza cumpla con lo prometido “si muchos se quedan tranquilamente sentados en su sofá, esperando que el nuevo Gobierno lo haga sin necesidad de movilizarse”.

 

En todo caso apostó por una derrota de Nueva Democracia, el actual partido en el Gobierno, pues “elevaría la confianza de los trabajadores y facilitaría sus luchas, que son las que podrían mejorar nuestras condiciones y abrir la posibilidad de verdaderos cambios sociales en favor de la mayoría”.

 

Crítica con un posible cambio fue Marina Papatzaki, doctora en un hospital público, quien apostó por “un cambio radical y un nuevo comienzo”, aunque “empezar de cero un nuevo tiempo, con una nueva esperanza para Grecia, es algo que no veo con Syriza”.

 

En todo caso, pocos de los entrevistados consideraron algún aspecto positivo en la gestión realizada por el gobierno saliente durante la pasada legislatura, debido fundamentalmente a los duros efectos que introdujeron esas políticas neoliberales en el ámbito familiar.

 

Los recortes en los salarios y las pensiones han sido un problema en casi todos los hogares, pero aún más grave fue el tremendo aumento de la presión fiscal, como muchos de los consultados no dudaron en señalar, y la amenaza del paro o la precariedad laboral, especialmente entre los más jóvenes.

 

A todo ello, uno de los consultados añadió “la perdida de los mejores años en la vida de miles de personas, y dejar de soñar y preguntarnos todos los días, sin respuesta, hasta dónde va a llegar la situación si continúa así”, dijo Apostolis Dimzas.

 

(Cubadebate/Prensa Latina)