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Más que un lema se trata de una conducta a seguir, en una situación como la venezolana envuelta en una crisis de hegemonía que se ha venido agravando con el pasar del tiempo.

 

Resistir con fortaleza significa la capacidad del ser humano individual y colectivo de ser libre ejerciendo una crítica constructiva, de conocer el mundo que a uno le rodea y a la realidad tal cual es, el ser capaz de apropiarse de ese mundo donde si bien uno es a su vez producto de las circunstancias también está en capacidad de modificarlas, sobre todo en aquellas relaciones con los otros seres humanos, particularmente en las relaciones de poder y las que se establecen con la naturaleza misma.

 

Resistir con fortaleza implica una lucha por parte de la clase trabajadora venezolana por neutralizar, paralizar, combatir y vencer a aquellas fuerzas que se oponen a la construcción de la transición hacia una sociedad socialista para Venezuela.

 

Hemos venido sosteniendo, en esa dirección, a lo largo de este año 2016, para tratar de comprender la gravedad de la situación actual en el contexto de lo que fue la experiencia de gobierno con el Comandante Chávez a partir de febrero de 1999 hasta finales del año 2012; a través de un grupo de artículos, una serie de cuestiones que ahora nos toca enumerar, recordándolas, entre ellas: la oposición a una decisión del gobierno bolivariano que no dudamos en calificar de suma gravedad, como es la entrega de más del 10% de nuestro territorio a las empresas transnacionales en busca de un oxígeno que no va a resolver los problemas fiscales, sino a agravar el futuro de las próximas generaciones de venezolanos, como lo es la entrega del ¨Arco Minero Orinoco; observando la conducta de la oposición política después del triunfo del 6 de diciembre del año 2015, con la conquista de la mayoría en la Asamblea Nacional, y la pretensión de gobernar desde ese espacio a través de continuas amenazas a la paz pública; hemos planteado la necesidad de asumir por entero la crisis de parte de un gobierno ensimismado en sus mieles de un supuesto poder, después de haber perdido su legitimidad y el no haber alcanzado nunca la autoritas necesaria para gobernar; alcanzamos igualmente a caracterizar la anomia que sufre el país con cada vez un mayor distanciamiento de la función pública, sin una eficacia por parte del gobierno mismo y de la mayor organización política del país; alertamos hasta la saciedad y el cansancio sobre el problema cambiario y el problema de los precios relativos con su impacto devastador sobre la economía y particularmente sobre el nivel de vida de los sectores que viven de un salario, cuyos niveles de vida se hacen cada vez más difíciles y precarios. Todo ello en el contexto de unas medidas que cada vez con el paso de tiempo se hacen también más difíciles de tomar por la recesión económica, la elevada inflación, la escasez de bienes de primera necesidad, y como contraste a ello la pretensión asumida y esperanza de la llegada de nuevos precios petroleros y la continuación del modelo rentista petrolero; planteamos igualmente de manera reiterada la urgente necesidad de declarar una ¨Emergencia económica revolucionaria bolivariana¨, como forma de enfrentar la grave crisis que tiene Venezuela; así como ante el desmoronamiento gubernamental bolivariano la ilusión de un supuesto y efímero ¨pacto salvador¨, dejando de lado, ignorando la presencia de las fuerzas que realmente apoyan y piden profundizar el proceso social emprendido desde 1999; y ante la suspensión de las elecciones de gobernadores y la recurrente presencia de más de un candidato sin programa y la obligación de rendir cuentas de la gestión realizada, la permanente conducta de poner primero la ¨carreta delante de los bueyes¨ en cuanto a propuestas y cierre de los períodos correspondientes de gobierno a dichos niveles, junto al ¨coqueteo¨ de algunos personajes, como salvadores de la Patria, al estar dispuestos a suplir eventuales ausencias de darse el revocatorio a nivel nacional en el período en que se vaya a convocar de acuerdo al cumplimiento de la norma constitucional.

 

Temas estos y muchos más que hemos venido planteando a lo largo del año 2016 y que nos permitimos hacerlos de nuevo, hasta la saciedad si fuese necesario, y el poner en discusión medidas como las siguientes:

 

Asumir la crisis ante el país decretando un período de ¨Emergencia Revolucionaria¨.

Remoción y reestructuración inmediata del Gabinete Ejecutivo del Gobierno Nacional.

Sustitución de la Dirección Nacional del PSUV y convocatoria a un Congreso Extraordinario del mismo, organizado desde la base del partido y no desde las cúpulas que han sido deslegitimadas a partir de la derrota electoral de diciembre de 2015.
Nacionalización del sistema financiero y del Comercio Exterior.

Reorganización total de las empresas estratégicas: PDVSA, Electricidad, Telecomunicaciones, Empresas de Guayana, Alimentación y Suministros.

Alcanzar una unificación cambiaria.

Reforma fiscal progresiva y radical.

Atención y mantenimiento de las conquistas sociales alcanzadas durante el período 1999-2012, con medidas de protección a los sectores más vulnerables de la población.

Lucha frontal contra el «burocratismo» y sus secuelas deformadoras del modelo socialista. Reestructuración del aparato estatal y sus deformaciones.

Decretar una Ley draconiana contra la corrupción.

Movilización de todas las fuerzas a favor del proceso revolucionario bolivariano.

Llamado a la solidaridad internacional ante la arremetida imperialista del gobierno USA y de sus representantes del fascismo criollo.

En consecuencia reiteramos la necesidad de: Resistir con fortaleza, consolidando lo avanzado, refundiendo el Estado, la República, el gobierno, el pueblo y la Fuerza Armada Bolivariana, junto a las organizaciones políticas y sociales revolucionarias, bajo un liderazgo político colectivo, como la vía necesaria para poder construir un bloque hegemónico que permita salir del laberinto en que nos encontramos.

 

NB. Para concluir queremos recordar un pensamiento de Albert Einstein, planteado en un Congreso Nacional de Científicos, a propósito de la responsabilidad social, y el dar la pelea contra ciertos peligros que no se pueden dejar pasar por alto, cuando afirmó, que,

 

…»Existe una ley no escrita, la de nuestra propia conciencia, que es mucho más obligante que cualquiera de las que puedan ser ideadas en Washington»…

 

Reflexión aplicable en la actualidad, a raíz de la llegada del próximo presidente norteamericano, a la Casa Blanca, en enero del año 2017.

 

(Aporrea)