Después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos decidió generar una alianza de países capitalistas que pudiera desafiar a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas: La OTAN. Representantes de 12 países y Norteamérica suscribieron en 1949 el Tratado del Atlántico Norte.

La URSS respondió – 6 años después- creando el Pacto de Varsovia. El acuerdo fue disuelto lentamente por la Doctrina Sinatra de Mijaíl Gorbachov, con la que cada país del acuerdo respondería a la defensa de su soberanía “a su manera”. Este pacto quedó sin efecto el primero de julio de 1991.

Para el momento en el que el Pacto de Varsovia llegó a su fin, la OTAN contaba con 16 miembros. Hoy alcanzan los 28 Estados. Algunos de los nuevos miembros fueron firmantes del Pacto de Varsovia. Algunos de sus miembros actuales y asociados fueron repúblicas soviéticas.

Sobra literatura que indica que la OTAN fue alguna vez una alianza política y omiten que al año siguiente de su creación se conformaron las Fuerzas Armadas Conjuntas de la OTAN: no resultó complicado mutar hacia la alianza bélica que engrasa su maquinaria para el crimen y el genocidio.

Citando al especialista francés en Comunicación Política, Cedric Housez, agregamos: “Presentada durante la Guerra Fría únicamente como un medio para garantizar la seguridad de Europa Occidental frente a la amenaza soviética, la OTAN fue también la estructura que permitió a Washington ejercer su influencia política en Europa sobre sus vasallos europeos. Esta injerencia política estadounidense no dio prácticamente muestras de escrúpulos y a veces llegó incluso a recurrir a métodos terroristas”.

 

El ejército en las sombras

Las operaciones militares de la OTAN, a lo largo de la historia, han contemplado tanto a acciones bélicas como operaciones clandestinas para desestabilizar gobiernos y eliminar enemigos. Estas redes clandestinas, agrupadas bajo distintos nombres clave quedaron al descubierto por las investigaciones del juez italiano Felice Casson.

La trama fue descubierta, casi por casualidad, al reinvestigar un caso de 1972 sobre un carro bomba que había estallado asesinando a un policía e hiriendo a otro de gravedad. Durante 10 años, se hizo creer a los italianos que el atentado había sido ejecutado por las Brigadas Rojas. En realidad, los autores pertenecían a una organización fascista al servicio de las Gladio, la denominación que se le otorgó en Italia a estas redes de inteligencia paramilitar bajo las ordenes de la OTAN. Gladio significa espada corta.

La OTAN, en colaboración con la CIA, el MI-6 británico y otros servicios secretos locales en los países donde operaba, ejecutó actos terroristas atribuidos después a organizaciones comunistas o de izquierda (atentados de falsa bandera),”intervino secretamente en la política de los países europeos al margen de los ciudadanos y de sus gobiernos supuestamente “democráticos”, organizó fraudes electorales y golpes de Estado”. Para ello, reclutaron a organizaciones políticas de corte fascista y de extrema derecha. En inglés, estas redes eran conocidas como “stay behind”.

En agosto de 1990, el Presidente del Consejo italiano de entonces, Giulio Andreotti, reconoció ante el parlamento la existencia de las GLADIO, bajo las ordenes de la OTAN.

En un comunicado que difundió en octubre de ese mismo año, calificó a las gladio como una forma de defensa no convencional cuya misión era “recoger información, cometer actos de sabotaje, propaganda y actos de guerrilla”.

El Parlamento Europeo emitió una resolución en el que reconocieron la existencia de este entramado, con más de 40 años en Europa, y definió a las Gladio como una “estructura de inteligencia paralela” y de “acción militar clandestina”, “fuera de todo control”, con “arsenales y estructuras militares autónomas”, “dirigida en conexión con la OTAN”. Reconocieron la comisión de “actos terroristas y de criminalidad”.

 
El origen

 
Thierry Meyssan en un artículo titulado “Las redes estadounidenses de desestabilización y de injerencia” rastreó los orígenes de este ejército clandestino.

En los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial, la Oficina de Servicios estratégicos de la contrainteligencia de Estados Unidos (precursora de la CIA), fue la encargada de localizar a los agentes nazis dispersos, que “se habían quedado atrás” -Stay Behind- decidieron reclutarlos, para “reutilizarlos” en lo que ellos asumían que sería la próxima guerra global del mundo “libre” a lo yanki: “La Guerra contra el Comunismo”.

Esta mega operación tuvo una organización interna para los servicios de inteligencia de los Estados Unidos, quienes definieron cinco grupos funcionales, según consta en un memorando redactado para el entonces Director de la naciente CIA al que Meyssan hace referencia en su artículo:

“1) El Grupo de guerra psicológica (prensa,radio, rumores, etc.)

2) El Grupo de guerra política (ayuda a la “resistencia” (oposición) en los países comunistas, ayuda a los “movimientos en el exilio”, ayuda a los movimientos anticomunistas, estímulo e incitación a los tránsfugas);

3) El Grupo de guerra económica(impedimento y trabas en la adquisición de materiales y de provisiones, manipulación de los mercados, mercado negro, especulación sobre las monedas,falsificación de monedas, etc);

4) El Grupo de acción directa preventiva(ayuda a movimientos paramilitares, sabotaje, contra sabotaje, destrucción, infiltración,agentes dobles, stay-behind),

5) El Grupo que denominaron «diversos»”.

Los documentos indican que esta red creció en paralelo a la OTAN y no se trató ni mucho menos de una “organización defensiva”.

“Según las estadísticas oficiales, entre el 1 de enero de 1969 y el 31 de diciembre de 1987 se registraron 14 mil 591 actos de violencia con motivos políticos”, según afirmó el senador Giovanni Pellegrino, presidente de la Comisión Investigadora Parlamentaria sobre Gladio y el terrorismo, al recordar la violencia del contexto político de aquel periodo de la historia reciente de Italia. “Quizás no resulta inútil recordar que aquellas ‘acciones’ causaron la muerte a 491 personas, así como heridas y mutilaciones a otras 1181”, dijo el senador.

Los investigadores hablan de “documentos secretos”, a los que han hecho referencia algunos interpelados, según los cuales, los países pertenecientes a la Stay Behind se comprometían a no investigar estas acciones terroristas.
 

A estas redes paramilitares se le atribuyen el Golpe de Estado en Grecia (1967), otro en Turquía (1980) y varias acciones de guerrilla; se estima que estuvieron involucrados en el franquismo español e infiltrados en todo el proceso de transición. También se les atribuye masacres en Bélgica, en Alemania, magnicidios en Mozambique. Se le podría considerar una especie de “Operación Cóndor” ajustada a la Europa de la Guerra Fría.

La Estructura

Tras la desintegración de la Unión Soviética, los objetivos tácticos y estratégicos de la OTAN quedaron subordinados –como siempre y como nunca- a los Estados Unidos.

La clase política de los Estados Unidos apostó por sostener su mando imperial a través de dos vías: la supremacía del dólar (como moneda de intercambio comercial entre países) y el poderío militar. La OTAN, desde entonces, y como brazo armado de ese imperialismo que controla intereses económicos, financieros y políticos, ha expandido su área de acción geográfica.

La OTAN está conformada por una estructura política, encabezada por el Secretario General de la Organización que dirige todos los comités del organismo.

Dentro de la estructura militar de la OTAN se encuentra el Comandante Supremo Aliado en Europa que, por norma, es un General estadounidense. Su función es repeler, mediante las “oportunas medidas militares, cualquier ataque que suceda o con riesgo de que suceda” y “planificar las campañas militares, incluyendo el reclutamiento delas fuerzas necesarias para llevar a cabo las misiones de la OTAN”. Tiene acceso directo a los representantes militares de cada país y todas sus autoridades. Esel portavoz del Cuartel de la Alianza en Europa. Queda más que claro que es cierto aquello de que “EEUU es el nervio y el músculo de la OTAN”.

La OTAN implica el 70% del presupuesto militar mundial y sus miembros están obligados a invertir por lo menos el 2% de sus PIB en gastos militares.

Yugoslavia: La Primera “Guerra Humanitaria” de la OTAN

En su fachada visible, a lo largo de las últimas décadas, la OTAN ha modificado el relato que da razón a su existencia. La primera modificación clave quedó en evidencia durante la serie de conflictos armados ocurridos entre 1991 y el 2001 en la antigua Yugoslavia entre las Repúblicas de Serbia, Montenegro, Bosnia y Herzegovina, Croacia, Macedonia y Eslovenia.

La OTAN construyó su relato desde la supuesta incapacidad de los europeos de mantener la seguridad en el Continente, dicho de otro modo: sin ayuda de los EEUU. Luego, aparecieron los conceptos de “Estado en disolución” y el “deber de injerencia” la conjunción de ambos busca inocular la idea de que si un Estado no protege a sus ciudadanos, sino que por el contrario organiza y ejecuta agresiones contra éstos, la comunidad internacional tiene la responsabilidad de actuar. Este concepto fue “evolucionando” hasta la Doctrina de la Responsabilidad de Proteger que sería aplicada contra Libia en una invasión a cargo de la OTAN (2011).

En 1995, la OTAN atacó Bosnia y Herzegovina y sin cambiar sus estatutos, actuó de modo extraterritorial por primera vez.
 
EL 24 de marzo de 1999 (violando la Carta de Naciones Unidas y sin la aprobación del Consejo de Seguridad), el gobierno de Bill Clinton, utilizando como instrumento a la OTAN, llevó el ataque contra la antigua Yugoslavia, bajo el pretexto de frenar un genocidio étnico que estaría siendo cometido por el gobernante de Serbia, Slobodan Milošević, al que se le acusaba de la masacre de 100 mil a 500 mil ciudadanos albaneses de kosovo. La Comisión de las Naciones Unidas mostró que los muertos fueron 2108 y que habían fallecido en un conflicto armado entre albaneses y serbios. La OTAN llevó a cabo su primera “guerra humanitaria”.

 

La alianza bombardeó durante 78 días el territorio de Serbia. Cometió crímenes de guerra como el uso de uranio empobrecido contra la población y ataques contra campos de refugiados. Las víctimas civiles, según distintas fuentes, oscilaron entre 1200 y 5700 personas. En Kosovo fue desplegado un contingente militar internacional bajo mando de la OTAN, que permanece hasta la actualidad.

 

No cesaban las bombas mientras se reunían los Jefes de Estado y de Gobierno de los países de la Alianza. Aprobaron el nuevo concepto estratégico de la OTAN. Argumentaron que la inestabilidad y la incertidumbre, en países aledaños a la Alianza, podían afectar sus intereses: por riesgos “distintos de carácter general”, en particular por actos de terrorismo, de sabotaje o de delincuencia organizada y por la perturbación del flujo de recursos vitales. Añadieron que “pueden plantear problemas para la seguridad y la estabilidad que afecten a la Alianza los grandes movimientos incontrolados de población”. En consecuencia, para el relato, el escenario amenazante demandaba “capacidades militares eficaces en todas las circunstancias previsibles”.

 

El artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte que circunscribía a la Alianza a la asistencia recíproca en el caso de un ataque militar quedaba en el pasado. No era más, por concepto, una organización defensiva exclusivamente. La OTAN se aseguró el monopolio de la violencia. Eso quiere decir que no necesitan ni el apoyo de la ONU o la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa.

 

(larissacostas.wordpress.com)

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