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El alarde de poder que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quiere demostrar al “exigirle” al gobierno del presidente Nicolás Maduro que libere a quien está acusado de ocasionar muerte y destrucción en el país, como es el caso de Leopoldo López, guarda relación con las presiones que vienen haciendo grupos económicos enquistados en el Departamento de Estado y que buscan mantener sus estatus a cambio de la desestabilización de Venezuela.

 

Según el investigador Erick Rodríguez los recientes pronunciamientos del magnate Trump sobre Venezuela, donde dice estar preocupado por la situación del país, tiene como fondo un juego de presiones internas en Estados Unidos que buscan hacer que el nuevo presidente haga un viraje en su oferta inaugural de dirigir un Gobierno que fomente la «amistad y buena voluntad con todas las naciones del mundo», en palabras de su discurso inaugural.

 

«No digo que Trump sea el bueno (de la película), se trata de presiones internas de las estructuras del Departamento de Estado, los organismos de seguridad y las fuerzas militares. No hay que desestimar que se hizo un ‘lobby’ muy intenso para crear una condición en la que Venezuela se volvió una amenaza para Estados Unidos. Ese tipo de charlas telefónicas se utilizan para eso», opina Rodríguez en entrevista para RT.

 

Para el investigador dichas «presiones» también responden a grupos de poder económico «interesados en mantener algunas políticas de la gestión anterior que le son muy convenientes».

 

Explicó que la orden ejecutiva firmada por el expresidente Obama que califica a la nación Latinoamericana como una «amenaza inusual y extraordinaria» se basa en la ‘doctrina de espectro completo’ elaborada por el Pentágono, «con la que se intenta llevar a Venezuela a una situación económica tan compleja que la haga colapsar e implosionar».

 

Así que la falsa sonrisa, acompañada por la mirada perdida, mostrada por Lilian Tintori en la imagen que salió tras el encuentro con el presidente de Estados Unidos, va más allá de una simple pose para mostrarse sumisa ante el jefe imperial. Es la cristalización del sueño de la derecha que aspira a que Trump voltee sus ojos hacia Venezuela, tal y como lo hizo su antecesor Barack Obama, a fin de seguir socavando la división entre los venezolanos.

 

(LaIguana.TV)