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Un avión Cessna 404, con matrícula venezolana, que era habitualmente operado por un piloto que ya había sido capturado con otras aeronaves y aviadores relacionados con la CIA (inteligencia de EEUU), mientras transportaba drogas, les fue ofrecido a los primos Efraín Campos Flores y Franqui Flores para realizar un envío de cocaína a México en agosto de 2015.

 

El dato está contenido en un documento presentado ante la Corte del Distrito Sur de Nueva York en oposición a la solicitud de un nuevo juicio por parte la defensa de los venezolanos capturados ilegalmente en Haití en noviembre de 2015 y declarados culpables de conspirar para ingresar drogas en territorio estadounidense, según refieren medios como el Diario de Las Américas.

 

La información, que pretende desvirtuar los argumentos de la defensa en el sentido de que los dos venezolanos fueron víctimas de una trampa de la DEA, refleja sin embargo contradicciones y confirmaría la participación de actores que previamente habían estado conectados con organismos de inteligencia estadounidense.

 

En la moción, entre otras cosas, la Fiscalía menciona que durante las conversaciones halladas en los celulares confiscados durante el arresto en Haití, Mayweather Jr. (un supuesto asociado en el embarque) habría conseguido un avión Cessna 404 siglas YV-2708 para trasladar la droga.

 

Ese mismo avión fue capturado en marzo de 2016 en un aeropuerto de Santo Domingo (República Dominicana) con 359 kilos de cocaína. En el procedimiento policial, Gregory José Frías Urbina, Gerardo Antonio Díaz Barroso, Jean Carlos Díaz Polanco, el copiloto Jorge Luis Henríquez Villalba y el piloto Carlos Luis Justiniano Núñez fueron detenidos.

 

Justiniano forma parte de un grupo de pilotos que operaraba aeronaves pertenecientes a la compañías contratadas por la CIA (inteligencia estadounidense) y que entre 2006 y 2008 fueron identificados o capturados en México y Guinea-Bissau con cargamentos de droga.

 

Concretamente, este piloto fue reportado como detenido en Guinea-Bissau en 2008 durante una operación anti-narcóticos en la que resultó aprehendido el también aviador Carmelo Vásquez Guerra, involucrado en el transporte de más de 5 toneladas de cocaína en un DC-9, con siglas de EEUU, perteneciente a una compañía fachada de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en abril de 2006.

 

El incidente en el que está involucrado Justiniano ocurrió el 12 de julio de 2008, cuando un avión tipo Gulfstream 2 con matrícula N351SE aterrizó en el aeropuerto internacional de Guinea Bissau, en la costa occidental de África, reseñó la revista mexicana Proceso, en una nota publicada en septiembre de ese mismo año.

 

Transportaba media tonelada de cocaína procedente de Venezuela, según se desprende de una ficha informativa de la Policía Nacional de España basada en datos de la DEA, cuya copia dice poseer la revista.

 

La aeronave fue acordonada por militares de ese país, quienes protagonizaron un violento altercado con un grupo de policías que tenía órdenes de asegurar el avión.

 

Tres tripulantes venezolanos, Carmelo Vásquez Guerra, Carlos Luis Justiniano Núñez y Daniel Aguedelo Acevedo fueron detenidos, al igual que dos funcionarios de la torre de control del aeropuerto y tres policías, quienes, al parecer, eran cómplices de los narcotraficantes.

 

Sin embargo, poco tiempo después la droga desapareció y el 17 de agosto de ese mismo año el juez de procedimientos penales Gabriel Djedju, decretó la libertad de cuatro detenidos por el caso, incluyendo a los tres tripulantes supuestamente venezolanos.

 

La medida de libertad impidió que Carmelo Vásquez Guerra fuera entregado a México, cuyas autoridades lo requerían por su participación en el transporte de 5,5 toneladas de cocaína en un avión DC-9 que salió del aeropuerto internacional de Maiquetía y tenía como destino Ciudad del Carmen, estado de Campeche, en la nación azteca.

 

De acuerdo con los datos recabados por el periodista Daniel Hopsicker, quien se ha dedicado a investigar los nexos de la inteligencia estadounidense con el narcotráfico, la conclusión a la que se llega es que el DC-9 con las 5,5 toneladas de cocaína no puede sino ser de la CIA.

 

El avión arribó a Maiquetía el 5 de abril de 2006, según los testimonios ofrecidos por los funcionarios de la compañía de servicios aéreos que lo recibió, registrados por el juzgado tercero del estado Vargas que tuvo a cargo la investigación en Venezuela.

 

Los gastos fueron pagados por el piloto Carmelo Vásquez Guerra y la facturación fue hecha a nombre de la compañía Royal Sons Inc., domiciliada en Clearwater, estado de Florida, y propietaria de la aeronave según el registro de la FAA (autoridad federal de aviación).

 

Royal Sons está dirigida por Frederic J. Geffon, persona que contrató al piloto venezolano Alberto Damiani para traer la aeronave desde St. Petersburg a Maiquetía y entregarla a Vásquez Guerra, según su testimonio ante el CICPC.

 

Entre los datos que destaca Hopsicker para vincular el DC-9 con la CIA están los nexos públicos de Brent Kovar con importantes líderes del Partido Republicano, incluyendo el senador Tom Maley y el gobernador del estado de Florida, Jeb Bush.

 

Kovar encabeza un conglomerado de compañías denominadas Sky Way Comunications Holding, de la cual fue accionista fundamental Geffon. Entre esas compañías figura Sky Way Aircraft, cuyo nombre fue estampado en el DC-9 imitando el emblema de los aviones del gobierno de EEUU.

 

El avión incautado en República Dominicana es propiedad de un abogado y empresario, Iván Martinez Hernández, de 69 años, quien alegó: “Uno pierde el control del avión, los que tienen el control son los pilotos”, en una entrevista con el diario El Nacional.

 

Por el caso en Venezuela han sido procesados tres sargentos de la GNB, un agente del CICPC asignado a Interpol en el aeropuerto de Barquisimeto y un empresario que habrían financiado el envío.

 

Justiniano actualmente está detenido en Santo Domingo, aunque solo tres días después de su captura en marzo una juez ordenó su libertad, lo cual fue impedido por los organismos de control del poder judicial.

 

Intentan vincular caso con el vicepresidente Tareck El Aissami

 

En el mismo documento atribuido al fiscal Prett Bharara se hace referencia a una serie de conversaciones, a través de la aplicación WhastApp, entre los primos Flores y otro asociado apodado “Pepero”, donde supuestamente se refieren a un plan para “comprar” la libertad del capo Hermágoras González Polanco, condenado a más de 15 años de cárcel en Venezuela.

 

González era el jefe del llamado cartel de La Guajira y había sido capturado en marzo de 2008 por agentes de la Disip, en una finca fronteriza del estado Zulia. La acción estuvo bajo el mando del capitán de navío Ramón Rodríguez Chacin, quien era el ministro del Interior, y el general Néstor Reverol Torres, jefe de la Oficina Nacional Antidrogas (ONA).

 

Para la fecha el actual vicepresidente, Tareck El Aissami, no estaba a cargo de los organismos de seguridad, pero medios digitales como Tal Cual han intentado vincularlo con dicha captura y establecer una relación con el caso de los primos Flores.

 

Por otro lado en el supuesto escrito de la Fiscalía se intenta establecer el vínculo con el capo González Polanco, quien desarrollaba su actividad delictiva apoyado por las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Pero al mismo tiempo indica que la droga que supuestamente planeaban enviar a EEUU los venezolanos era suministrada por la FARC, lo que implicaría una alianza impensable entre fuerzas históricamente enfrentadas.

 

(latabla.com)

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