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¿Por qué consideramos «nuestra» una práctica sanguinaria que llegó a Los Llanos venezolanos en el siglo XVI de la mano de los colonizadores españoles?

 

Genios de la talla de Goya, Hernest Hemingway y Federico García Lorca escribieron, hablaron y representaron de forma positiva la tauromaquia que, según el Diccionario de la Real Academia Española (RAE), va desde el “arte” de un “torero” para “lidiar” con toros, a pie o a caballo, en un recinto cerrado conocido como la plaza de toros, hasta la confección de la vestimenta de estos hombres.

Los toreros se encargan de atacar al toro para lograr que traspase el “capote”, un instrumento pesado (entre 4 y 6 kilos) con una gran tela roja en forma de capa, hasta finalmente acabar con su vida mediante la utilización de una espada llamada “estoque de muerte”.

La corrida de toros o toreo es el “espectáculo de masas” más antiguo de España. Sin embargo, la mayoría de los teóricos coinciden al señalar que estos actos taurinos tuvieron su origen en la época grecorromana.

En la España medieval estas actividades se dividían en dos: “la suerte de cañas” y “la suerte de acoso”. La primera consistía en, desde un caballo, matar a un toro con una larga caña tipo lanza, mientras que durante la segunda se perseguía y derribaba a un toro en plena carrera mediante una vara clavada en el cuadril del animal. Ambas eran consideradas grandes fiestas de gala propias de la nobleza.

 

Venezuela colonial

 

La tauromaquia también se practica en Portugal (donde, a excepción de algunos municipios, no se le da muerte al toro en la plaza desde 1836, durante el reinado de María II), en el sur de Francia y en países de nuestra región como México, Colombia, Ecuador, Perú, Costa Rica y Venezuela.

 

En nuestro país, con la llegada de los primeros ejemplares de ganado vacuno, traídos a América Latina durante la segunda mitad del siglo XVI, las actividades denominadas “toreo a caballo” y “suerte del derribo” se incorporaron como elementos de práctica únicamente de la clase colonial dominante, es decir, los espectáculos fueron practicados exclusivamente por los colonizadores al servicio del rey de España.

 

Mientras, los peones de hacienda (nuestros esclavos indígenas, africanos y criollos pobres) tenían, como parte de las faenas de campo, el arreo y enlazado con ayuda de lanza y sogas como recursos para controlar el ganado, no como espectáculo. Entonces, ¿por qué algunos relacionan la tauromaquia con las faenas del campo, con nuestras costumbres?

 

“Si nosotros consideráramos que todas las tradiciones son buenas, en Roma todavía estuvieran echando esclavos a los leones”, expresa José Salaverría, presidente de la organización Matar no es Arte, quien agregó una descripción de lo inhumana que resulta esta práctica: “Agarran al toro más fuerte de la camada y lo apartan un rato. Luego de eso, lo meten en un camión a oscuras (el encierro) porque, de lo contrario, no va a embestir. Después de que el toro sale al ruedo, viene lo que llaman el picador, quien le clava unas lanzas de 50 centímetros en el lomo para que el toro baje la cabeza y luego vienen los banderilleros, que les clavan una especie de palo decorado con unos anzuelos que van desgarrando el lomo del animal”.

 

Un juego de intereses

 

Recordemos que en Venezuela la tauromaquia avanzó gracias a ciertos intereses empresariales. El escritor Carlos Salas cuenta en su libro «La fiesta brava en Caracas», del año 1978, que “uno de los sucesos que impulsó la historia de la tauromaquia venezolana fue, sin duda, la inauguración de la plaza de toros Nuevo Circo de Caracas, construida en el sitio donde antiguamente estuvo el Matadero Municipal de la ciudad, cuya iniciativa se debió al general Eduardo G. Mancera quien fundó, con un millonario grupo de empresarios, una sociedad que denominó Empresa Sindicato Unión. Luis Muñoz Tébar y Alejandro Chataing fueron sus arquitectos”.

La primera corrida de toros realizada en este espacio de Caracas fue el 26 de enero de 1919, con los toreros españoles Serafín Vigiola, Torquito y Alejandro Sáez. Y por la noche hasta pasaron la película «El conde de Montecristo», basada en la clásica novela de Alexandre Dumas (padre) y Auguste Maquet.

Otros espacios fueron construyéndose de acuerdo con los requerimientos formulados en España, hasta que el 20 de enero del año 1933 se inaugura la famosa Plaza de Calicanto en Maracay, cuya construcción estuvo a cargo de los hijos del general Juan Vicente Gómez, Juan Vicente y Florencio Gómez Núñez, quienes atendiendo a las solicitudes del dictador, construyeron una mezquita cercana a la “función”, destinada como Palco Presidencial.

 

De Caracas fueron invitados periodistas, afectos y no afectos al régimen, entre ellos los escritores Francisco de León (Paco de Oro), Enrique Chaumer (Marqués de los Morrillos), Juan José Churión (Bachiller Mungía), Raúl Carrasquel y Valverde (Alonso Manchego), Arturo Uslar Pietri, Eliseo Delgado (Conde Federico) Oscar Villalba (Villafraile), Leoncio Martínez (Leo) y Ramón David León.

 

El diario «El Universal» del 21 de enero de 1933 publicaba: “Se ha celebrado la primera corrida de Feria, inaugurándose solemnemente la bella, coqueta y modernísima plaza de toros de la capital de Aragua. La plaza repleta en todas sus localidades y graciosamente adornada con banderolas tricolores, presentaba un aspecto imponente. Casi todas las damas que prestigiaron el espectáculo vestían a la típica usanza española, brindando un supremo y seductor encanto”.

 

Además, la primera ganadería de toros pura casta de lidia en Venezuela se llamó Guayabita, propiedad de los hijos de Juan Vicente Gómez y un selecto grupo de empresarios.

 

En la actualidad

 

Hoy hay varios estados donde se realizan corridas de toros, incluyendo Zulia (Maracaibo), Aragua (Maracay), Carabobo (Valencia), Mérida (Ciudad de Mérida) y Táchira (San Cristóbal), en especial, en las conocidas ferias. Sin embargo, años atrás se hacían las corridas de los periodistas, de los profesores, de la municipalidad, etc.

“En Venezuela se hacen corridas de toros en época de ferias y de vez en cuando intentan montar una plaza móvil, pero no son corridas con mucho éxito. Por lo menos en Maracaibo nosotros tenemos fotos del aforo y el primero de los dos días no se llena la plaza, ni siquiera 15%; el segundo día pasa un poco más de 40%, lo que quiere decir que las corridas han perdido popularidad en la zona zuliana con bastante rapidez”, expresó Salaverría.

 

Lo mismo ha ocurrido en Europa, donde la conciencia social, la apatía de los aficionados taurinos, la falta de dinero y la voluntad de algunos ayuntamientos también hacen que hoy la tauromaquia esté, más que nunca, al borde del precipicio. Por ejemplo: desde el año 2007 los actos taurinos han descendido 47% en toda España y, según las últimas encuestas, 73% de la ciudadanía está en contra o le es indiferente la tauromaquia.

 

¿Y qué dicen las leyes?

 

En Venezuela existen dos leyes fundamentales que deberían regular esta materia: la Ley para la Protección de la Fauna Doméstica Libre y en Cautiverio y la Ley para la Protección de Fauna Silvestre. Esta última establece que “no se le puede dar maltrato a ningún animal y en caso de tener que sacrificar a uno, debería hacerse bajo reglamentos y en presencia de especialistas para que los animales no sufran”.

Sin embargo, Salaverría explica: “La Ley para la Protección de la Fauna Doméstica, Libre y en Cautiverio regula, en su artículo 14, lo referente a la utilización de animales en espectáculos públicos; aparece todo lo relacionado con toros coleados, corrida de toros, peleas de gallo, etc. Pero lo que dice, prácticamente, es que permite todo tipo de espectáculos públicos con animales. Sin embargo, hace una salvedad: que el Poder Popular podría pedir a través de consultas públicas, o referéndum, en cada uno de los municipios o estados, la prohibición de estos eventos”.

 

Por su parte, la Ley para la Protección para la Fauna Doméstica, Libre y en Cautiverio también contempla que la regulación de este tipo de actividades “es competencia del Poder Público Municipal”.

 

En este sentido, más de 150 colectivos de defensa de los animales han entregado una serie de propuestas para reformar estas leyes, entre las que se encuentra la realización de un referéndum consultivo en los municipios Libertador y Campo Elías del estado Mérida, en el municipio Maracaibo y en el municipio Valencia. El nuevo defensor del Pueblo, Tarek William Saab, informó que presentará un anteproyecto de ley para prohibir las corridas. Y usted, ¿qué opina?

 

(Ciudad CCS)