El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, de 65 años y un escéptico de la pandemia, dijo este martes a la prensa que la prueba de coronavirus que se realizó dio positivo.

La alarma sobre el estado de salud del mandatario saltó el lunes cuando Bolsonaro comentó a sus seguidores, a la llegada a su residencia, que se había realizado una placa en los pulmones y se iba a hacer un test del covid.

Según informó CNN Brasil, esta mañana, el presidente se sentía mejor y la fiebre había bajado a 36º, frente a los 38º que presentó el lunes. El presidente se está tratando con hidroxicloroquina, un fármaco del que es un fiel defensor a pesar de que no se ha comprobado su efectividad para combatir el virus. 

El pasado fin de semana, el presidente y varios de sus ministros almorzaron con el embajador de EE.UU. en Brasil, Todd Chapman. Todos posaron sin mascarilla y sin respetar la distancia social. 

Tres pruebas previas

El mandatario se había realizado tres pruebas previas de detención del coronavirus, pero no quiso hacer públicos los resultados. En mayo, el diario O Estadao de S. Paulo exigió conocer las pruebas y la Corte Suprema obligó presentarlas al Gobierno. Todos los resultados dieron negativos. 

Una de las pruebas realizadas a Bolsonaro se hizo en marzo después de un viaje oficial a EE.UU.. Durante ese mes, al menos 23 personas que participaron en el viaje e hicieron el test dieron positivo de coronavirus, entre ellos, el secretario de Comunicación de la Presidencia, Fábio Wajngarten.

La gestión de la crisis por parte de Bolsonaro, que ha calificado la pandemia de «gripecita», provocó la salida de dos ministros de Salud, uno fue despedido y el otro dimitió.

También ha protagonizado toda una serie de encontronazos con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y ha ignorado las medidas aconsejadas por el organismo internacional.

«No hago milagros»

Desde que comenzó la pandemia, el presidente ha dejado una buena colección de frases en las que ha menospreciado la situación. «¿Qué quiere que haga? Soy Mesías, pero no hago milagros. La vida es así», dijo al ser preguntado sobre las muertes por el virus y refiriéndose a su segundo nombre, Mesías

«Mañana seré yo. Lógicamente, uno quiere tener una muerte digna y dejar una buena historia», añadió.

Durante estos meses, Bolsonaro también ha asistido a numerosos actos públicos sin mascarilla, sin respetar el distanciamiento social y provocando aglomeraciones entre la población.

Con país 1.623.284 infectados y 65.487 muertos en el país, el mandatario ha flexibilizado la ley sobre el uso de la mascarilla en lugares públicos como medida preventiva para evitar los contagios. 

El hecho de que Bolsonaro nunca lleve mascarilla en Brasilia, donde su uso es obligatorio desde el 30 de abril, llevó a juez federal a obligarle a utilizarla en espacios públicos, pero otra magistrado anuló el fallo días después al considerarlo «innecesario».

La multa por incumplir la norma es de 2.000 reales (unos 380 dólares), pero el presidente nunca ha sido multado.

 

 

(RT)