El candidato presidencial colombiano Gustavo Petro informó este lunes que se había visto obligado a suspender actos de campaña programados los días 3 y 4 de mayo en los departamentos del Eje Cafetero, pues su equipo de seguridad verificó que la organización paramilitar «La Cordillera» estaría planeando asesinarlo.
«‘La Cordillera’ es una organización paramilitar dedicada al narcotráfico y al sicariato que ha logrado un amplio control sobre las autoridades civiles regionales y políticos del Eje Cafetero, además de algunas instancias de la policía y del ejército, toda vez que algunos de sus miembros participan de esa organización criminal», se lee en un comunicado oficial difundido por la senadora María José Pizarro, miembro del Pacto Histórico y cercana a Petro
El el documento se alega que la campaña del aspirante «tuvo acceso a fuentes de alta credibilidad y a algunos miembros de la institución policial, los cuales manifestaron que un integrante de la Sijin –Policía Judicial– que habría participado en el asesinato del líder juvenil Lucas Villa también sería parte del plan criminal».
Villa era un líder social que fue asesinado en el marco de las protestas antigubernamentales de 2021 mientras manifestaba pacíficamente en un puente.
Largo historial de magnicidios en Colombia
El diario español El País recuerda que «Colombia tiene un largo historial de magnicidios». Pocas jornadas atrás se cumplieron 32 años del asesinato de Carlos Pizarro, líder histórico del grupo insurgente M-19.
Pizarro acordó con el gobierno la desmovilización de esa guerrilla, se reintegró a la vida civil y competía por la presidencia cuando fue baleado en un avión por sicarios.
En 1989, el narcotráfico asesinó, también a balazos, al liberal Luis Carlos Galán, conocido por su oposición a los cárteles de la droga y por su denuncia a los nexos entre el poder político y el tráfico de drogas.
En la misma campaña electoral en la que se asesinó a Galán y a Pizarro, el crimen organizado se cobró la vida del dirigente agrario Bernardo Jaramillo Ossa, quien representaba a la Unión Patriótica.
«Esa forma perversa de manipular la vida pública no paró ahí. En 1995 fue acribillado Álvaro Gómez, un político conservador que en la última etapa de su vida fue un creyente fervoroso de la paz. Las Farc se atribuyeron el año pasado su muerte, aunque la autoría no está del todo clara», se refiere en el trabajo de El País.
De acuerdo con esa fuente, si bien es cierto que «en las últimas décadas no ha ocurrido nada semejante», el hecho de que Petro figure como favorito en los comicios cuya primera vuelta está pautada para el próximo 29 de mayo, «ha revivido el tema» y se destaca que «sobre ninguno de sus adversarios pesa una amenaza semejante».
En particular, se especula que «o que le hace pensar a la gente que algo así podría volver a suceder es que un candidato abiertamente de izquierdas sea líder destacado en las encuestas» (…), puesto que «sería la primera vez que un político que viene directamente de la lucha social y la guerrilla llegue al poder».
La lista de magnicidios perpetrados en Colombia no estaría completa sin Jorge Eliécer Gaitán –referencia obligada para Gustavo Petro– a quien el trabajo periodístico recuerda como «un orador extraordinario asesinado en Bogotá en 1948, también durante una campaña electoral» y cuya muerte «desembocó en una época de violencia terrible entre conservadores y liberales que se saldó con más de 200.000 muertos».
De otro lado, El País advierte que «el jefe del Ejército colombiano también ha ayudado a enrarecer el ambiente». El comentario alude a las arremetidas proferidas en Twitter por el general Eduardo Zapateiro contra Petro, lo que causó cierta consternación dentro y fuera de Colombia dada la prohibición explícita a participar de la vida política que pesa sobre los militares de ese país.
Todavía menos apropiada resultó la respuesta del presidente Iván Duque, que optó por respaldar a Zapateiro aún cuando sus comentarios violaban abiertamente la constitución colombiana.
El País refiere que la revista Semana, de línea editorial favorable a Duque y al uribismo, publicó un reportaje que recoge testimonios de generales «de todo el país», al que calificó como «una sucesión de amenazas veladas contra Petro entre las que se insinúa un incluso un golpe de Estado».
(LaIguana.TV)
#Atención
— María José Pizarro Rodríguez (@PizarroMariaJo) May 2, 2022
Serios indicios de un atentado en contra de nuestro próximo presidente @petrogustavo, han obligado a suspender las visitas de los próximos días al eje cafetero. La tragedia de las elecciones de 1990 no puede repetirse. pic.twitter.com/iV84RkXPud