El colapso civilizatorio que está experimentado el capitalismo unipolar constituye un momento de oportunidad para el pensamiento descolonial del sur, que puede apelar a idea innovadoras inspiradas en los saberes ancestrales, planteó el sociólogo Ramón Grosfoguel en su conversación con Miguel Ángel Pérez Pirela, en el programa Desde donde sea.
Grosfoguel, natural de Puerto Rico y profesor de la Universidad de Berkeley (California), señaló que la decadencia imperial de Estados Unidos puede marcar el punto de partida para la segunda y más radical independencia de los pueblos de Nuestra América, que completaron la primera en el siglo XIX, pero sus élites fueron incapaces de marcar distancia de los imperios y volvieron a subordinarse ante las potencias de turno.
A continuación, parte del diálogo de Grosfoguel y Pérez Pirela, comenzando con las reflexiones del intelectual boricua sobre el aspecto económico de la crisis de Estados Unidos.
Ramón Grosfoguel (RG): Analistas de todo el mundo están pronosticando una depresión peor que la de 1929. Se unen el problema de la deuda de Estados Unidos y el problema de la moneda que está en crisis porque ya comenzó la desdolarización del comercio internacional, algo que está acelerándose cada vez más. Cuando eso pase, Estados Unidos va a tener que pagar una deuda real, sin poder imprimir dinero para hacerlo y entonces se va a tercermundizar. Por eso se habla de una guerra civil, no para dentro de 30 años, sino antes del 2030. Es un pueblo que está armado hasta los dientes y hay milicias supremacistas blancas organizadas. Eso lo están diciendo hasta analistas de derecha de Estados Unidos.
Miguel Ángel Pérez Pirela (MAPP): Ya los gobiernos europeos que aplicaron las sanciones a Rusia están cayendo. ¿Qué va a pasar en Estados Unidos?
RG: En un mes vamos a ver el castigo. El Partido Demócrata va a perder de manera aplastante las elecciones parlamentarias de mitad de período. Si dejan que Donald Trump sea candidato en 2024 (porque están haciendo todo para criminalizarlo por los actos del 6 de enero de 2021) arrasará. Ya lo haría si las elecciones fueran hoy, pero dentro de dos años será mayor la ventaja porque la situación será mucho peor. En Europa no hay una izquierda capaz de responder al avance de la ultraderecha, y los partidos socialdemócratas lo que han hecho, cuando han ejercido el gobierno, es ponerle alfombra roja a los extremistas de derecha. Por eso son las ultraderechas, tanto en Europa como en Estados Unidos los que están imponiendo las narrativas para las clases trabajadoras blancas. Les dicen que el problema no es la inequidad del sistema capitalista, sino el migrante que cruzó a nado el Mediterráneo o el que entró ilegalmente por México o el negro de la esquina que te está quitando tu empleo. Las clases trabajadoras, en lugar de enfocarse en los poderosos que les han impuesto todas estas nuevas restricciones, se enfocan en gente que está peor que ellos. En esto cuentan con el apoyo de los medios de comunicación, o de desinformación, que a los fascistas de Europa, como esos hijos de Mussolini que acaban de ganar las elecciones en Italia, los llaman centro-derecha. Es un ocultamiento con eufemismos. Y los que en verdad son de derecha, se empeñan en presentar programas de ultraderecha para disputarles el electorado. Así pasó con Macron, que prácticamente le robó la plataforma a Marine Le Pen. Incluso las enormes movilizaciones contra la guerra en Europa las está liderando la extrema derecha. Cualquiera pensaría que debería ser la izquierda, pero no, es la ultraderecha. En Europa hasta los dirigentes de la supuesta izquierda son de derecha. Ahí vimos a la alcaldesa de Barcelona, Ana Colau, que se dice de izquierda, recibiendo con honores al alcalde de Kiev, que es un pronazi que aparece en reuniones con la gente del Batallón Azov. Ucrania es, desde hace ya varios años, el centro de entrenamiento de los pronazis de todo el mundo, que forman redes de alcance global. Allí incluso estuvo fogueándose el hombre que intentó matar a Cristina Fernández. Va a pasar lo mismo que pasó con los yihadistas que comenzaron en Afaganistán y luego se regaron por todo el mundo.
MAPP: Este escenario es un laboratorio de prueba para las teorías descoloniales. Estamos ante un colapso planetario del capitalismo hegemónico por lo que esas ideas que hace diez años podían parecer ciencia ficción, ahora tienen su lugar y su momento. ¿Hay un horizonte, una esperanza epistemológica frente a todo esto?
RG: Desde una mirada descolonial puedo decir que es un momento de oportunidad porque los paradigmas que se han planteado hasta ahora para cambiar el mundo, están en crisis. Son paradigmas que subestimaron el tema del racismo y tienen un fuerte sesgo eurocéntrico, inflaron demasiado a Europa, un continente del que hoy en día no sale ninguna alternativa. La misma gente de la izquierda europea admite que allá no hay nada que mirar, que la utopía viene del sur. En Europa solo afloran pesadillas, distopías globales. Eso nos da una oportunidad para la descolonización radical del mundo, que es un proyecto inacabado, inconcluso porque la primera independencia nuestra, de los países del sur, fue truncada por las élites criollas y por los imperios. Estamos hablando de una segunda independencia, la que anuncia Fidel Castro en la Segunda Declaración de La Habana, a la que Hugo Chávez le da continuidad. Ellos plantearon que esa segunda independencia debe ser más radical que la primera, debemos tomar control de la soberanía de los pueblos. No es ya soberanía de Estados, sino del poder popular, del poder comunal. Tenemos que romper la subordinación militar, económica y política de nuestros países como periferias de los centros metropolitanos. Tenemos que romper con la subordinación de nuestras élites a los imperios neocoloniales. Los aspectos eurocéntricos de nuestras mentalidades nos llevaron a subordinarnos a los mismos amos que habíamos echado de nuestros países. Entonces, tiene que haber una producción de pensamiento propio, crítica, que nos permita pensar en nuevas formas de Estado, de economía y de relaciones humanas y con otras formas de vida. Si no nos independizamos de las formas de producción que siguen el dualismo cartesiano, que separa la vida humana de otras formas de vida y terminamos produciendo tecnologías destructivas de la vida; si no nos independizamos de las formas de dominación económica de los Estados modernos hacia modalidades más comunales de dirección y autodeterminación de los pueblos; y si no nos descolonizamos mentalmente de las formas eurocéntricas de pensar, tendremos los días contados en el planeta Tierra y vamos a ser subordinados de peor manera. Tampoco habrá descolonización sin despatriarcalización, porque los modelos que nos impusieron sometieron a dominación atroz a todas las mujeres. Estamos en un momento de oportunidad porque hay un colapso civilizatorio y estamos obligados a dar respuesta innovadoras, retomando la sabiduría ancestral de nuestros pueblos para empezar a construir otro mundo posible. En el mundo del unipolarismo, solo es posible el mundo impuesto por el hegemón, y los demás son imposibles. Con el colapso civilizatorio podemos movernos a un mundo en el que haya varias opciones, varios mundos posibles y que este, el que está en decadencia, se haga imposible. Tiene que ser así porque si no hacemos que el mundo decadente sea imposible, no vamos a poder lograr que esos otros sean posibles.
MAPP: Me gustaría que nos informaras sobre la próxima edición de la Escuela Descolonial de Caracas y, yo te doy la buena noticia de que vamos a inaugurar el sello La Iguana Editores con una obra llamada Conversaciones Descoloniales, en la que recogeremos las entrevistas y tertulias que hemos tenido con el maestro Enrique Dussel, contigo, con Karina Ochoa, Katia Colmenares y otros pensadores.
RG: Es una excelente noticia la creación de esa casa editorial y, desde ya, cuenten con todo nuestro apoyo. En cuanto a la Escuela Descolonial de Caracas estará en su VII edición a partir del lunes 24 de octubre, durante toda esa semana estaremos trabajando con pensadores, incluyendo al maestro Dussel y a los que tú has mencionado. Se hará presencial por primera vez después de dos años de pandemia, que fue virtual. Invitamos a todas y todas a que estén presentes. Los que no estén en Caracas podrán ver los encuentros en vivo a través de las redes sociales.
MAPP: Aquí los estamos esperando con ansias. Ximena González Broquen ha estado realizando las coordinaciones necesarias para tenerlos a todos ustedes acá. Te dejo el espacio para una reflexión de cierre.
RG: Yo creo que hay iniciativas diplomáticas, empezando por López Obrador, en México, pero también en otros países, para llamar a las Naciones Unidas a que hagan su labor, porque la verdad es que no la están haciendo, de promover las conversaciones de paz en la guerra de Ucrania. Entonces, hay que poner presión de parte de los pueblos del mundo, de la diplomacia de los pueblos, como la boliviana y la venezolana, para llamar urgentemente a negociaciones de paz para evitar que esta guerra ponga en peligro la existencia misma de la humanidad. Las empresas armamentistas y energéticas estadounidenses han hecho tanto dinero con esta guerra que están embriagados a un punto que ya no pueden ni siquiera pensar y estamos en una deriva suicida que puede poner en jaque la vida en el planeta de la humanidad y de otras formas de vida. Hay que reunir en un bloque de países que fuercen esta negociación.
(LaIguana.TV)