domingo, 20 / 04 / 2025
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Reconstrucción de Ucrania: ¿Qué planea la OTAN? (+Rusia) 

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“El plan de Estados Unidos y de sus socios de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) es robar todos los activos de Rusia a los que puedan echar mano para pagar con ese dinero los altísimos costos que tendrá la reconstrucción de Ucrania”, señaló Miguel Ángel Pérez Pirela en la continuación de su análisis sobre el conflicto bélico, en el programa Desde Donde Sea.  

Expresó que se trata de una peligrosa historia que ya vivió Europa entre las dos guerras mundiales, cuando se hizo pagar a Alemania los costos del primer conflicto y se creó así el caldo de cultivo para el avance del fascismo y, con ello, el estallido del segundo. 

Dijo que, confiados en que van a poder ejecutar ese despojo a Rusia, las élites otanistas siguen alimentando una guerra proxy, mediante ingentes inyecciones financieras que no son dádivas a Ucrania, sino préstamos que ese país tardará varias generaciones en resarcir. 

Aseguró que es por esos intereses que Estados Unidos y algunos de los gobiernos europeos no quieren saber nada de negociaciones de paz, sino que, por el contrario, siguen forzando una escalada del conflicto. 

No quieren paz 

Presentó el segundo Iguanazo de la noche, en el que la figura emblemática de la muerte, con su guadaña, empuja a la Tierra entera a un abismo. 

“Desde otro ángulo, el belicismo ucraniano bien podría ser elocuente de lo que está detrás: la negativa del así llamado ‘Occidente colectivo’, liderado por Estados Unidos a entablar conversaciones de paz con Rusia para poner fin a la guerra –dijo el moderador-. Del lado estadounidense, el tramo final de la campaña por las elecciones legislativas de mitad de período y la casi inevitable derrota del gobernante Partido Demócrata parecen estar jugando un papel más que importante”.  

“Biden va a perder colosalmente estas elecciones. No tengan la menor duda de esa debacle”, puntualizó. 

Reseñó que un conjunto de congresistas del Partido Demócrata enviaron una carta a Biden exigiéndole que se sentara en la mesa con el gobierno ruso para hacer la paz en Ucrania

La misiva fue retirada un día después con el pretexto de que había sido redactada meses atrás y que su contenido no reflejaba la actual postura del Legislativo que, sin embargo, tiene matices e incluso abierta oposición desde las filas del Partido Republicano, que estaría a semanas de ser la nueva mayoría.  

Como se sabe, el gobierno de Joe Biden ha dicho que continuará enviando «ayuda» militar y dinero a Kiev. A diferencia de sus socios europeos, la Casa Blanca ha sacado provecho económico del conflicto y, de hecho, su déficit fiscal se redujo, como muestra un reciente informe del Departamento del Tesoro.  

A pesar de la muy debatible «bonanza» económica estadounidense, la prolongación de la guerra en un contexto de crisis económica y recesión de la mayor parte de las economías del norte global también impone desafíos para esas naciones. 

En la guerra no hay nada gratis” 

Mucho del dinero ofrecido a Ucrania no ha llegado a su destino y en ningún caso se puede asumir que se tratara de generosas donaciones, sino de deudas que amenazan en comprometer a varias generaciones de ucranianos con el Fondo Monetario Internacional, la Reserva Federal, el gobierno británico y el Banco Central de Europa.  

“En la guerra no hay nada de gratis. Cada bala la tendrán que pagar las siguientes generaciones de Ucrania”, enfatizó Pérez Pirela. 

Pese a ello, el presidente Volodímir Zelenski no cesa de demandar más y más fondos, amparándose en la cuestionable premisa de la derrota militar rusa en el campo de batalla y en la supuesta defensa de los valores occidentales.  

“Recordemos que Ucrania era considerada, antes de la guerra, como uno de los países más corruptos de Europa”, acotó. 

“En el seno de la Unión Europea, la posición de respaldo a Ucrania sigue siendo mayoritaria. No obstante, sus economías han resultado bastante más golpeadas por el conflicto que la estadounidense y lo estarán aún más el próximo año, cuando la recesión toque las puertas del bloque, por no hablar del invierno que está por comenzar”, observó el moderador. 

“Así las cosas, desde la Comisión Europea se ratificó la disposición del grupo en dotar a Ucrania de recursos económicos, pero se advirtió que no serían donativos sino ‘compromisos internacionales’. Traducción: deuda que el Estado ucraniano debe cancelar en algún momento”, aseguró.

A inicios de semana, el canciller alemán, Olaf Scholz, destacó que esta labor tomaría una generación entera y comparó el esfuerzo con el recordado Plan Marshall, con el que Estados Unidos y otros países financiaron la reconstrucción de Europa tras la Segunda Guerra Mundial.  

“Y tengamos en cuenta que ese Plan fue uno de los grandes negocios de Estados Unidos que catapultó a su economía como potencia hegemónica mundial”, aseveró el filósofo y comunicador político venezolano. 

Sin embargo, conviene apuntar que aunque Scholz haya aludido a la autodenominada «comunidad internacional», Bruselas no planea correr con los costos del nuevo Plan Marshall o al menos no con una buena porción de ellos, si se considera que ya sus ciudadanos y economías están padeciendo los efectos de la política de sanciones contra Moscú.  

Reconstrucción con dinero robado 

Explicó que, de una parte, el dinero saldría con cargo a la enorme deuda pública que está asumiendo Kiev, pero de otra, serían fondos incautados al Estado ruso para financiar los costos de la «reconstrucción» y «modernización» de Ucrania, requisitos impuestos a Kiev por el grupo de los 27 para ingresar en sus filas.  

“Una vez más el norte global va a robar, en este caso a Rusia, como robó el oro de Venezuela, el petróleo de Irak, Libia y Siria, como lo han venido haciendo esos países al menos desde el Renacimiento”, comentó Pérez Pirela.  

Según expresara en declaraciones públicas la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, los Estados miembros de la Unión trabajan en un mecanismo que revista de legalidad la apropiación de activos rusos en el extranjero. “Ella habla como si fuera la representante electa de toda Europa, pero es una persona perteneciente a las élites más adineradas de ese continente”, subrayó el conductor de Desde donde sea. 

Lo manifestado por Von der Leyen es inquietante por varios motivos. En primer lugar, aunque Europa cuenta con un largo y sangriento historial de expolios, en tiempos contemporáneos se ha cuidado de mantener las formas y de no hacer demasiada alharaca sobre esos temas.  

La apropiación irregular de las reservas internacionales de Libia y más recientemente, la confiscación de activos venezolanos en bancos europeos, son ejemplos elocuentes en ese sentido.  

De ahí que el anuncio de una normativa jurídica concreta que «legalice» el robo de las riquezas de un Estado soberano –algo proscrito por el Derecho Internacional que la funcionaria invocó en sus dichos–, siente un muy mal precedente y abra el compás para que el norte global saquee a diestra y a siniestra a terceros países, sin tener que preocuparse por señalamientos.   

“Por otra parte, la actitud de Bruselas en este caso recuerda las injustas condiciones que se le impusieron a Alemania en el Tratado de Versalles tras su derrota en la Primera Guerra Mundial, que, entre otros aspectos, obligaban a Berlín a correr con todos los costos de la contienda –prosiguió su análisis Pérez Pirela-. Los resultados de aquella deriva son ampliamente conocidos, pero Von der Leyen y el resto de la élite gobernante parecen haber olvidado la terrible lección histórica y el alto precio que pagó el continente por haber humillado a una nación entera. El Resultado fue: Hitler en el poder y la Segunda Guerra Mundial”. 

“Con esto no quiere decirse que la historia se repetirá, pues corren otros tiempos, pero si se miran globalmente todas las acciones del así llamado ‘Occidente colectivo’ destinadas a estigmatizar lo ruso, y no solo a cuestionar a su gobierno, vemos que no resulta exagerado aventurar que el país agraviado reaccionará en algún momento y no hay manera de proyectar cuán seria puede ser su respuesta”, añadió.  

En Noruega, nación miembro de la OTAN pero no de la Unión Europea, parecen haber advertido el riesgo de esta pretensión de aislar a Rusia en un escenario de creciente conflictividad, donde la amenaza nuclear ya no luce solo como un asunto de retórica belicista.  

En ese orden, el primer ministro noruego, Jonas Garh Store, alertó sobre los riesgos de haber reducido los contactos con el Kremlin al más bajo nivel, pues ello se traduce en una prolongación de la guerra, con los inmensos daños que entraña.   

(LaIguana.TV) 

 
 

 
 

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