El descubrimiento de un globo de exploración chino en el espacio aéreo estadounidense es el último capítulo de una ya larga sucesión de incidentes entre Washington y Beijing que han puesto de nuevo sobre la mesa un concepto geopolítico que se creía superado: la Guerra Fría, en la que el enemigo de Estados Unidos ya no es la Unión Soviética, sino China.
Esta fue una de las conclusiones del análisis realizado por Miguel Ángel Pérez Pirela en su programa Desde Donde Sea acerca del incidente que capitalizó la atención de los medios de comunicación estadounidenses en los últimos días. “Hicieron una película de espionaje y de acción con este asunto, mientras Biden lo usa para crear el clima de una nueva Guerra Fría”, aseguró el filósofo y comunicador político.
En la Estrategia de Seguridad Nacional de 2022, Estados Unidos se refirió a China como «un desafío» y este martes, Biden dio un paso adelante en su tercer Discurso del Estado de la Unión –una especie de rendición de cuentas y presentación de planes de gobierno–, al avanzar la posibilidad de confrontar directamente al gigante asiático.
Numerosos especialistas coinciden en que la aceleración de la conflictividad con China estaría obligando a la Casa Blanca a reevaluar prioridades y a poner fin a la guerra subsidiaria que tiene con Rusia en Ucrania antes de lo previsto, si bien no se vislumbran conversaciones de paz en el horizonte.
Los hechos
Para comenzar el recuento de los principales acontecimientos, presentó el Iguanazo, caricatura de Iván Lira exclusiva para LaIguana.TV, en la que el águila imperial estadounidense dice: “A mí me gusta la paz”, pero está comiéndose la paloma blanca que es símbolo de las actitudes pacíficas.
Explicó que la incursión de un globo aerostático chino al espacio aéreo de los Estados Unidos, levantó un huracán de reacciones mediáticas, teorías conspirativas y declaraciones cruzadas entre Washington y Beijing, que parecen anunciar una nueva escalada dentro de las ya importantes tensiones entre las dos potencias.
Según Bloomberg, el artefacto, tachado inmediatamente de «espía», fue detectado el pasado 28 de enero, pero el hallazgo apenas se comunicó el 2 de febrero, a la víspera de la visita a China del secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken.
«El gobierno de los Estados Unidos ha detectado y está rastreando un globo de vigilancia de gran altitud que se encuentra ahora mismo sobre el territorio continental de los Estados Unidos», se lee en el comunicado suscrito por el secretario de prensa del Pentágono, Pat Ryder.
En el mismo documento se indica que «el globo viaja actualmente a una altitud muy por encima del tráfico aéreo comercial y no representa una amenaza militar o física para las personas en tierra» y se subraya que estas actividades no son del todo novedosas, aunque también se desliza que las autoridades actuaron «de inmediato para protegerse contra la recopilación de información confidencial».
La catalogación del artefacto como vehículo de vigilancia, así como la frase en la que se sugiere que el vehículo no tripulado tendría como finalidad recopilar «información confidencial», abrió el compás para que empezaran a circular relatos de espionaje que se creían abandonados desde el final de la Guerra Fría, a inicios de la década de 1990.
“Insisto: Biden está jugando a la Guerra Fría con China y se está divirtiendo”, expresó Pérez Pirela.
De inmediato, cadenas y portales se encargaron de enfatizar la supuesta «gravedad» de la incursión del vehículo no tripulado –aunque el Pentágono expresó claramente que no representaba una amenaza– y desde el Partido Republicano se criticó al presidente Biden por no actuar con firmeza.
De su lado, las autoridades chinas pidieron prudencia y no avanzar especulaciones hasta tanto no se establecieran adecuadamente los hechos.
Según mapas divulgados por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos y medios de comunicación de todo el mundo, el globo salió de territorio chino e ingresó al espacio aéreo estadounidense por Alaska, cruzó Canadá y luego reingresó a Estados Unidos a través del estado de Montana.
Mostró una infografía de la trayectoria del globo desde China hasta el lugar de Estados Unidos donde fue destruido.
“Estados Unidos, que tiene a China rodeada de bases militares, y también a Rusia y a la República Bolivariana de Venezuela, con bases militares y gran cantidad de aeronaves listas para sobrevolar o invadir, hace este escándalo por un globo y arma una película para derribarlo. Es un refrito de la Guerra Fría. Es lo que le conviene a Estados Unidos para frenar a China, que le está pasando por encima en términos económicos, quitándole mercados a todos sus productos y geoestratégicos, con la Ruta de la Seda”, consideró el presentador.
Horas más tarde, China descartó por completo que se tratara de un dispositivo militar y aseguró que el cambio de rumbo se debió a las condiciones meteorológicas presentes en el Hemisferio Norte, así como a la escasa capacidad del vehículo para corregir su trayectoria.
El titular de LaIguana.TV al respecto fue: “¿Globo espía?: Sepa lo que dijo China sobre su aeronave detectada en territorio de EEUU”.
El pasado 3 de febrero, el Ministerio de Exteriores de China comunicó que el supuesto globo espía aerostático detectado en el espacio aéreo de los Estados Unidos despegó del país asiático y es de naturaleza civil.
«Se trata de un dirigible civil utilizado con fines de investigación, principalmente meteorológicos», aclaró un portavoz de la Cancillería china. Adicionalmente explicó que «se desvió mucho de su ruta prevista», por causa de los fuertes vientos y su capacidad limitada de autodirección.
Beijing aseguró que lamentaba «la entrada no intencionada de la aeronave en el espacio aéreo estadounidense» y sostuvo que continuará «en contacto con su contraparte» para manejar el «inesperado» evento.
Pero estas disculpas y aclaratorias no impidieron que Estados Unidos derribara el dirigible con un proyectil disparado desde un avión de combate, lo que acarreó duros señalamientos por parte de las autoridades chinas, que ratificaron el carácter accidental de la incursión.
China tachó de «exagerada» la reacción del Pentágono y advirtió que protegerá los intereses de sus compañías, sin descartar posibles respuestas futuras ante esta agresión. “Si esto no es un clima de Guerra Fría, díganme cómo se llama esto”, acotó Pérez Pirela.
Gran despliegue mediático
Entretanto, grandes medios como CNN, CBS o The New York Times, se dedicaron a alimentar la matriz de la «amenaza china» e incluso a mofarse en sus cuentas en las redes sociales sobre el ‘impasse’.
Valga, por ejemplo, este tuit publicado por la cadena CBS este miércoles 8 de febrero, donde incluso se permiten un nada original juego de palabras: “Los planes de acercamiento a China explotaron como un globo”.
Este intento de banalización de una crisis diplomática es, a no dudarlo, muy lamentable, pero mucho más preocupante resultan análisis como el aparecido en la edición en español de The New York Times de este martes firmado por el veterano corresponsal experto en temas de seguridad, David Sanger.
En su trabajo periodístico, Sanger ensalza el excepcionalismo estadounidense y presenta una recopilación de presuntas acciones de la inteligencia china dirigidas a socavar la seguridad nacional de su país.
Sobre el tema del supuesto globo espía, refiere que el espionaje a través de globos aerostáticos no es una práctica ni con mucho novedosa y admite que tuvo su apogeo en tiempos de la Guerra Fría, pero al mismo tiempo deja colar unas supuestas intenciones aviesas de China al resucitarla.
En primera instancia, su texto está dirigido a demostrar cómo China ha conseguido avanzar tecnológicamente en materia militar, gracias a acciones de espionaje sobre infraestructuras y sistemas estadounidenses.
«Hace unos 15 años se robaron los diseños del F-35, lo que permitió que la fuerza aérea china desarrollara un avión de combate características furtivas de imitación y con especificaciones chinas”.
En 2015, el principal grupo de piratería informática de China retiró los archivos de las autorizaciones de seguridad de 22 millones de estadounidenses de las computadoras de la Oficina de Administración de Personal.
Eso, combinado con los registros médicos que se hurtaron de Anthem y los registros de viaje de los hoteles Marriot, supuestamente ha ayudado a que los chinos cuenten con un plano detallado de la infraestructura de seguridad de Estados Unidos», asegura el periodista.
Por otro lado, a su parecer, este incidente con el globo aerostático dejó al descubierto la escasa comunicación que existe entre Washington y Beijing y la ausencia de protocolos para enfrentar crisis, así como un presunto secretismo del Pentágono, al no haber reconocido previamente que no era la primera vez que sucedía.
Sanger indica que «horas antes de que el gran globo fuera desinflado, el Pentágono informó que había otro que sobrevolaba en Suramérica. Y observó que había una larga historia de sondas que sobrevuelan Estados Unidos, algo que el Pentágono, por algún motivo, nunca antes había querido comentar hasta verse forzado por este incidente».
Adicionalmente asevera que el globo pudo ser detectado gracias a las modificaciones en las comunicaciones con los sitios que alojan armas nucleares que han hecho en los últimos años la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por su sigla en inglés) y el Comando Estratégico de Estados Unidos.
De esto desprende que «ese sería uno, pero solo uno, de los objetivos naturales del Ministerio de Seguridad del Estado en China, que supervisa muchos de sus ataques a la seguridad nacional».
Esta trama es deliberadamente rocambolesca. Es cierto que el globo transitó por el estado de Montana, donde se aloja una porción del arsenal misilístico intercontinental estadounidense, pero se le otorga a esa instalación militar un carácter excepcional que no es tal, pues como cabe esperar, las ojivas y otros misiles de largo alcance no están en un único lugar.
En todo caso, esto ha servido para validar el derribe del globo con un proyectil disparado por un caza F-22, así como la creación de una atmósfera de suspenso e intriga cuando se informó que un segundo dirigible sobrevolaba por países latinoamericanos.
“Los medios de comunicación gringos hicieron una telenovela, una serie, una película, un espectáculo con este tema del globo, casi Armagedón”, resaltó el conductor del programa.
«La presencia del globo de China en el espacio aéreo de Estados Unidos viola la soberanía y el derecho internacional. Es inaceptable», argumentó el Pentágono para justificar el derribo.
China responde fuerte
Estas declaraciones colmaron la paciencia de China, que a través de su portavoz, Mao Ning, subrayó la exageración de la respuesta estadounidense y ratificó que lo sucedido fue un accidente «inesperado» y «aislado».
En la misma línea, la funcionaria acusó directamente a Estados Unidos de violentar permanentemente el derecho internacional y violar reiteradamente la soberanía de otros Estados.
Del mismo modo, China exigió la devolución de los restos del artefacto, aunque no hay indicios de que Estados Unidos vaya a conceder esta demanda.
Otra nota de LaIguana.TV indica: «No pertenece a EEUU»: China advierte que quiere de vuelta su globo.
El gobierno de China advirtió a Estados Unidos que el globo aerostático de investigación civil que sobrevoló territorio estadounidense y que fue derribado días atrás por un caza, no es propiedad de Washington y sus restos deben ser regresados.
En una rueda de prensa, la portavoz de la Cancillería china Mao Ning, recalcó que «la aeronave no pertenece a Estados Unidos, pertenece a China. La nave china no tripulada es de naturaleza civil. No fue motivado su ingreso al espacio aéreo de Estados Unidos, sino enteramente inesperado y causado por fuerza mayor».
El largo y bien conocido historial de intervenciones estadounidenses en países de los cinco continentes otorga la razón a China, pero si ello no fuera suficiente, bástese con observar la cantidad de bases militares estadounidenses establecidas en las fronteras chinas, para echar abajo la idea de un eventual ataque de China a Estados Unidos.
El Global Times, diario chino editado en inglés y que goza de una amplia lectoría distribuida por todo el mundo, se permitió burlarse de la sobrerreacción estadounidense con un meme, que a su vez sirvió como memorial de los últimos agravios perpetrados por la Casa Blanca contra China.
En el meme se dice que Estados Unidos es el maestro en hacerse la víctima.
Hasta ahora, el efecto más visible de este incidente fue la posposición del viaje a China del secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, donde sería recibido por el presidente Xi Jinping para tratar temas de interés bilateral.
Aunque no se divulgó una agenda explícita, Blinken acudiría a Beijing pocos días después de la gira por Corea del Sur y Japón que hiciera el secretario de la OTAN, Jens Stoltenberg y de la renovación de la alianza militar entre Estados Unidos y Filipinas, los que hizo suponer que los temas de seguridad y defensa dominarían las conversaciones.
Tormentas peligrosas a la vista
De su lado, Xi advirtió en una reunión interna con altos funcionarios del Partido Comunista Chino que el país debía prepararse para «tormentas peligrosas».
Aunque no aludió directamente al incidente del dirigible, sus palabras se interpretaron en términos del evidente –y rápido– deterioro de las relaciones sinoestadounidenses y de la manera en la que el gigante asiático responderá a ese desafío.
Tras el derribo del globo, el vicecanciller chino Xie Feng aseguró que «el gesto de Estados Unidos daña los esfuerzos para estabilizar las relaciones» entre China y ese país.
En la Casa Blanca parecen haberle tomado la palabra, pues este martes, el presidente Biden se refirió en un tono decididamente beligerante a la cuestión china, en su Discurso sobre el Estado de la Unión pronunciado ante la Cámara de Representantes del Congreso, hoy en manos del Partido Republicano.
Biden advirtió que si China «amenaza» la soberanía de los Estados Unidos, su administración actuaría para «proteger» a su país, aunque también dijo que Washington apuesta por la «competencia» y no por el «conflicto».
Sostuvo asimismo que Estados Unidos se encontraba «en la mejor posición de las últimas décadas» para confrontar a China o a cualquier otra potencia, con lo que dejó claro que la competencia será tolerada solo si su país puede dominar.
“La verdad es que Estados Unidos apuesta tanto por la competencia que cuando le están ganando a sus corporaciones, bloquea al adversario y le impide acceder a su mercado -ironizó Pérez Pirela-. Lo que ocurre es lo que ya hemos dicho varias veces: Biden ha encontrado con este globo la excusa perfecta para ir a la Guerra Fría con China”.
Un día más tarde, en un comportamiento claramente provocador, el mandatario estadounidense descalificó en una entrevista al líder chino Xi Jinping en una entrevista, asegurando que tenía «muchos problemas» y recibió una durísima respuesta, no de Xi, sino de una portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores.
«Irresponsable»: Biden dice que Xi Jinping «tiene enormes problemas» y así respondió China, según reseñó LaIguana.TV.
La vocera del Ministerio de Exteriores chino, Mao Ning, dijo este jueves que las declaraciones del presidente de Estados Unidos sobre su homólogo chino «son altamente irresponsables y violan protocolos diplomáticos básicos». «Nos oponemos firmemente a eso y lo condenamos», destacó.
Para ratificar que las tensiones con China no van a disminuir en el corto plazo y que el incidente con el globo aerostático no está superado, Blinken declaró este miércoles que compartió la información que supuestamente recabó el artefacto «con decenas de países en todo el mundo».
A la víspera había dicho a la prensa que la administración Biden adoptará una «postura firme» contra China por su supuesto rol en la producción y exportación de fetanilo, lo que ha derivado en «una crisis urgente de salud pública» en los Estados Unidos.
“Ya no saben de qué culpar a China”, enfatizó Pérez Pirela.
Aunque no es posible determinar si el globo aerostático de fabricación china que sobrevoló territorio estadounidense tenía fines militares, es poco probable que Beijing se haya arriesgado a emplear un método fácilmente detectable para espiar a su adversario, menos cuando estaba en puertas la visita de un alto funcionario estadounidense a China por primera vez en cinco años.
El contexto global: el tema de Taiwán
El evento, claramente infortunado, también se inscribe en los más recientes movimientos de la OTAN, encabezada por Estados Unidos, para aumentar su presencia militar en la región del Asia-Pacífico.
De estos destaca particularmente la alianza AUKUS, un bloque del que participan Reino Unido, Estados Unidos y Australia, a quien Occidente trata de apuntalar como socio estratégico de las naciones insulares de Oceanía frente a China.
La semana previa, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, intentó conseguir apoyos en Corea del Sur y Japón para la guerra en Ucrania, advirtiendo que lo que hoy sucede en Europa podría replicarse en el este asiático, pero de la mano de China, a la que presentó como una alumna aventajada de Rusia.
Entre otras acusaciones, Stoltenberg aseguró que el gobierno de Xi Jinping planea hacerse del control de instalaciones de la OTAN y apoderarse del Mar de China Meridional.
Prácticamente hay consenso entre los especialistas de que el detonante de una confrontación abierta entre China y Estados Unidos sería alguna acción a gran escala que involucre a Taiwán.
En el Pentágono estiman que China podría controlar militarmente el territorio taiwanés sin ayuda exterior tan pronto como en 2027 y en esa dirección parece ir el abandono de la política de «una sola China» que signó las relaciones entre los dos Estados desde 1972, cuando iniciaron los primeros acercamientos entre Henry Kissinger y el primer ministro chino de entonces, Zhou Enlai.
Pese a que la llamada Diplomacia del Ping-Pong establecida por el líder chino Mao Zedong y el entonces presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, fue beneficiosa para las partes, dejó sin resolver el asunto de Taiwán, a quien las sucesivas administraciones estadounidenses han continuado apoyando militarmente.
Como se recordará, la complicada negociación le devolvió a China su sitio en el Consejo de Seguridad de la ONU y frenó el cerco occidental sobre el gigante asiático. Eso, sumado a reformas económicas posteriores, hizo de China una potencia a la que Washington subestimó inicialmente pero que ya no puede seguir ignorando, porque, además, está dispuesta a responder.
De allí que en medio de esta crispación, China ratificara este miércoles su soberanía sobre Taiwán y subrayara que la isla «nunca ha sido un Estado» ni va a convertirse en uno.
Desde Occidente se interpretó que la vocera encargada de ofrecer las declaraciones respondía a lo expresado por el nuevo líder taiwanés un mes atrás, cuando aseguró que, en la práctica, Taiwán es una nación independiente, pero lo tardío de la reacción y los sucesos de la última semana, ponen en cuestión esta versión.
El relato también deja de lado que Occidente, esta vez por medio de Suiza, envió una delegación a Taipéi este 6 de febrero para que se reuniera con la presidenta Tsai Ing-wen y otros altos funcionarios.
El reporte que elaborara EFE a propósito de esta visita destaca que esta comitiva se suma a «las decenas» de parlamentarios europeos que han visitado a Tsai los últimos meses para respaldar la causa taiwanesa, en medio de crecientes tensiones entre China y los Estados Unidos por la isla.
(LaIguana.TV)