«No quiero más armas en mi vida», aseguró el actor Jerónimo Gil tras permanecer 55 días encarcelado en el penal El Rodeo por el incidente armado que protagonizó a mediados de enero de este año en las inmediaciones de una discoteca, ubicada en El Rosal, Caracas.

El artista narró su vivencia en una entrevista que ofreció al periodista Luis Olavarrieta, luego de quedar en libertad y dejar el Internado Judicial El Rodeo, en el estado Miranda.

«Le agarré pánico. No quiero más armas en mi vida ni pienso tomar así más nunca en mi vida, porque mira todo lo que me ha costado, mira todo lo que pasó, todo lo que me expuse, a mi familia, a mis hijos, a mis amigos, mi carrera, todo», manifestó.

En este orden de ideas, admitió que tiene problemas de ira, lo cual, a su juicio, es el elemento más importante que ha originado los hechos violentos en los que se le ha relacionado.

“Yo estoy seguro que es ira. Alcohol, no creo. Puede ser que cuando lo ingiera me afecte –y en eso estoy trabajando y haciendo conciencia–, pero yo creo que es un problema de ira, de drogas no. Estuve en exámenes tanto orgánicos como psicológicos y los pasé. Para mí es ira o rabia contenida por muchos años», declaró el artista.

Acotó que el caso en el establecimiento pasó cuando vivía situaciones muy duras como la finalización de una relación sentimental y diferencias con un socio de ese tiempo.

Sobre sus días en El Rodeo II, sostuvo que fue un momento de autoaprendizaje. Sin embargo, aseguró que se sintió «asustado y vulnerable».

“Asumí mi responsabilidad como un hombre que asume sus actos. Estuve 55 días preso en El Rodeo II», dijo. En su estancia carcelaria, Gil ofreció clases de dirección y actuación.

Entre otros puntos afirmó que hay situaciones específicas que no recuerda con exactitud, por ejemplo, por qué fue sacado de la discoteca ECO. No obstante, presume que obedeció a algún incidente en el lugar. Tampoco tiene explicación del por qué sacó y desenfundó el arma.

Detalló que su salida de la cárcel es preventiva. Durante un año no puede salir de la Gran Caracas y tampoco del país, debe presentarse mensualmente, realizar trabajo comunitario y no puede acercarse al lugar donde ocurrieron los hechos.

Por último, agradeció el apoyo de su familia, abogados y socios, entre otros. El actor se mantiene en tratamiento psicológico e indicó que lo ocurrido derivó en «un aprendizaje», puesto que ahora tiene «la conciencia de saber que no lo estaba haciendo bien». «Me siento fuerte, más sano; aprendí a valorar mucho, a no exponerme», añadió.

El pasado enero y tras el suceso que involucró al artista, el fiscal general de la República, Tarek William Saab, notificó que el Tribunal 39 de control del Área Metropolitana de Caracas acordó una orden de aprehensión contra Gil solicitada por el Ministerio Público por descarga de armas de fuego en lugares públicos y porte ilícito.

(LaIguana.TV)