A propósito de la reciente sentencia de la Corte Internacional de Justicia sobre la controversia territorial entre Venezuela y Guyana sobre el territorio Esequibo, el periodista Clodovaldo Hernández conversó en su programa Alejandro Fleming, uno de los expertos nacionales en la materia.
Fleming aclaró que a contrapelo de lo que podría pensarse, la Corte –que es un tribunal de Naciones Unidas para dirimir conflictos entre Estados– no establecerá los límites territoriales.
«No es el caso. Guyana demandó a Venezuela (…) y pidió a la Corte que diga si el Laudo Arbitral de 1899 es válido o no. Guyana busca, evidentemente, que la Corte ratifique el laudo y Venezuela se opone a ello, porque siempre ha considerado que ese laudo es írrito y nulo», explicó.
El especialista apuntó que esto fue posible porque Guyana se colgó de una decisión del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en la que se indicaba que Caracas y Georgetown tendrían que acudir a las instancias judiciales del organismo, vista su incapacidad para resolver el diferendo por otras vías.
Esta decisión se soportó en un vacío dentro del Acuerdo de Ginebra, que aunque establece que en el caso de que las partes no consigan acordar la manera para resolver su controversia, el secretario general indicará cuál es el camino a seguir.
Y si bien en oportunidades anteriores, los distintos secretarios generales del organismo consultaron a las partes antes de pronunciarse, lo cierto es que la metodología no está especificada en el pacto jurídico de 1966.
Empero, acotó, las autoridades guyanesas intentan presentar la diatriba como «un asunto de interpretación», cuando la verdad es que el Reino Unido, antigua metrópoli colonial de Guyana, «se sentó en aquel momento para hablar con Venezuela sobre un problema territorial, que además lo dice claramente el Acuerdo de Ginebra», instrumento acordado para resolver la controversia.
«Reconoce que hay una controversia porque hubo un laudo que no respetó la imparcialidad», sintetizó Fleming.
A esto sumó que tras la ausencia de reconocimiento de la Corte Internacional de Justicia en este caso, del lado venezolano se está actuando de conformidad con «una posición histórica» según la cual «los problemas territoriales nunca los somete a terceros», sin que ello implique que «la Corte no exista» para Venezuela.
«Nosotros reivindicamos la integridad territorial y el Esequibo forma parte de la integridad territorial venezolana. Nosotros debemos, en cualquier contexto, nacional o internacional, que a los Estados-Nación no se les puede cercenar su territorio ni por la vía de la fuerza ni por arbitrajes o cualquier componenda fraudulenta», subrayó.
El diplomático manifestó que si bien en el caso de la disputa territorial con Guyana con el Esequibo, desde el punto de vista venezolano la Corte no tiene competencias para intervenir, en 2020, la Corte se declaró competente para hacerlo, lo que obligó a Venezuela a presentar una «contramemoria» que contraargumentara los alegatos presentados por Guyana, en tanto parte demandada.
Aunque la fecha de presentación de esta contramemoria estaba fijada para marzo de 2023, el tiempo se alargó en virtud de la excepción preliminar introducida por Caracas para tratar de frenar la demanda guyanesa.
«Venezuela dice que el territorio fue usurpado por el Reino Unido de Gran Bretaña y que sin la participación del Reino Unido, no tiene sentido la demanda presentada por Guyana. ¿Por qué? Porque es un acto fundamental que forma parte de todo ese entramado que nos arrebató el Esequibo.
Asimismo manifestó preocupación sobre esta trayectoria porque, al menos en su lectura, este proceder implicó que Venezuela abandonara su posición histórica, que consistió en abordar el problema directamente con Guyana en razón de su independencia del Reino Unido.
«Es Guyana quien heredó el robo del territorio Esequibo. Al nosotros pedir, sugerir que se incorpore el Reino Unido, al considerar que es un actor que forma parte de la controversia, estamos hasta cierto punto abandonado una estrategia histórica anticolonial» que incluso implicó el reconocimiento de Guyana como Estado independiente, con un frontera al este del río Esequibo, argumentó.
Fleming recordó que, chauvinismos aparte, a los venezolanos los acompaña «la razón histórica», porque consiguieron «sentar a los británicos, que ellos reconocieran que el laudo arbitral había sido un fraude y que Venezuela tiene derecho a ese territorio que reclama desde hace siglos y que nos fue arrebatado a través de una componenda que todos conocen».
Por ello indicó que aunque muchas personas afirman sin base que «ya perdimos el Esequibo», eso no es verdad.
«No, el Esequibo no lo hemos perdido. Debemos seguir luchando porque tenemos los argumentos históricos y, sobre todo, jurídicos, para demostrarle al mundo, a la Corte y a Guyana, otra vez, (…), que ese territorio es un territorio usurpado que nunca ha formado parte de la República Cooperativa de Guyana –aun cuando tenga posesión de él– y es 100 % venezolano.
No solo el territorio continental del río Esequibo –que es venezolano desde su nacimiento hasta su desembocadura–, sino, por el derecho moderno, todas las áreas marinas y submarinas que se proyectan sobre el Atlántico», abundó.
El diplomático insistió que en el «supuesto negado» de que la Corte falle en favor de Guyana –es decir, que reconozca la validez del Laudo Arbitral de 1899–, se acabaría la controversia territorial y restarían por delimitar solo las áreas marinas y submarinas.
A su juicio, para evitar esto, Venezuela debería presentar en su contramemoria, todos los alegatos que echen abajo la tentativa guyanesa.
«Ese es el paso fundamental para nuestro país, porque en esa contramemoria deben estar todos los argumentos jurídicos, todo el material que nosotros tenemos para demostrar que ese laudo es nulo e írrito», advirtió.
Una vez cumplido este paso, explicó, la Corte fijará el calendario de audiencias orales antes de emitir su sentencia definitiva.
«El otro escenario es que la Corte decida que el laudo arbitral es efectivamente nulo e írrito. ¿Qué significa esto? Que las dos partes deben sentarse a trazar su frontera», aunque esto no significa que Venezuela recuperará automáticamente el territorio que le fuera arrebatado, porque se vuelve al punto anterior al laudo.
«Venezuela debería aprovechar la contramemoria para denunciar que la componenda está presente en el Tratado de Washington de 1897 y ese tratado es el que establece las reglas del juego que iban a seguirse en el laudo arbitral. Son todas infames y nefastas para nuestro país. El contexto dice que Venezuela fue obligada a firmar ese tratado de Washington porque estábamos enfrentándonos a la primera potencia mundial», aconsejó.
En todo caso, al demostrarse la invalidez del laudo, con ello también quedaría demostrado que hubo una usurpación de territorio –como aduce Caracas, el Esequibo siempre fue de Venezuela– y ambos países tendrían que acordar los límites de las áreas marinas y submarinas, pues en el siglo XIX no se acostumbraba a hacerlo.
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(LaIguana.TV)