lunes, 21 / 04 / 2025
– Publicidad –

Filtración de documentos gringos revelan la verdad sobre quién gana la guerra en Ucrania (+DDS)

Publicado el

La filtración de documentos secretos del Pentágono y la situación geopolítica en Medio Oriente fueron los temas centrales escogidos por Miguel Ángel Pérez Pirela para desarrollar en la edición 492 de su programa Desde Donde Sea, que se transmite cada jueves a las 7:00 pm, hora de Venezuela, a través de las plataformas virtuales de LaIguana.TV.

Antes de entrar en materia deslizó algunos comentarios sobre el significado del 13 de abril de 2002 para el pueblo de Venezuela, pues fue el día en el que el poder popular restituyó al presidente Hugo Chávez, quien había sido depuesto 48 horas antes en un golpe de Estado orquestado desde los medios de comunicación.

En ese orden enfatizó que si entonces los medios fueron capaces de derrocar a un gobierno legítimamente electo, sin que existieran las plataformas 2.0, su poder ahora es infinitamente mayor e imponen la versión que les da la gana, sin que exista una posibilidad real de ejercer derechos a réplica o avanzar denuncias por sus prácticas desinformativas.

Entrando en materia, el especialista apuntó que la publicación en las redes sociales de más de 100 presuntos documentos secretos del Pentágono y algunas de sus oficinas asociadas, trajo consigo abundantes revelaciones sobre la implicación directa de estadounidense en la guerra de Ucrania, sus planes contra China y sus acciones chantajistas sobre países aliados, por citar solamente los que han acaparado la mayor atención mediática.

La filtración de estos informes clasificados, algunos de los cuales aparecen fechados apenas hace un mes y medio atrás, ha obligado a Washington a explicar, matizar, manifestar preocupación por lo sucedido, reconocer un fallo en sus sistemas de seguridad e iniciar una investigación para dar con los responsables.

Destacó asimismo que grandes medios como The New York Times, The Washington Post o BBC se han encargado de difundir ante el gran público los detalles del contenido filtrado, aunque ello signifique abandonar el frecuente papel de caja de resonancia de la propaganda occidental, cuyo caso más evidente es sin dudas la guerra en Ucrania.

De otro lado, comentó, la nunca tranquila región de Medio Oriente está sacudida nuevamente una escalada del conflicto de Israel con Palestina, Siria y el Líbano, que tiene lugar en medio de la peor crisis sociopolítica del Estado israelí en sus 75 años de existencia.

Además, la reanudación de las relaciones diplomáticas entre Irán y Arabia Saudita por mediación de China, así como la posibilidad real de que se firme un acuerdo de paz para poner fin a la guerra que desangra a Yemen desde hace ocho años, son indicios de los profundos cambios geopolíticos que están aconteciendo en el mundo.

El escándalo de la filtración de documentos secretos en EEUU

Pérez Pirela recordó que el pasado 7 de abril, The New York Times anunció en la primera página de su edición impresa que en diversas redes sociales circulaban más de 100 documentos con presuntos secretos de seguridad nacional de los Estados Unidos.

«Uso la palabra presunto con toda intencionalidad, porque algunos países –ya veremos cuáles– han dicho que todo esto es un teatro montado por los Estados Unidos», advirtió.

De acuerdo con el medio, analistas habrían determinado que en Twitter y otras plataformas circulaban informes calificados como «Secret/No form», es decir, con veto para los extranjeros, prosiguió.

Siempre siguiendo lo expresado por el Times, relató que los especialistas calificaron la filtración como «enormemente perjudicial», porque además de contener documentos sobre el estatus de la guerra en Ucrania, también incluye detalles sobre China, las operaciones de Washington en Medio Oriente y el Indopacífico, así como respecto al terrorismo.

A su parecer, no puede dejar de mencionarse que en las primeras de cambio, analistas militares consideraron que lo sucedido dejaba en evidencia un fallo importante en las políticas de seguridad del Pentágono, que además tendría amplia resonancia en la estrategia planteada por los mandos estadounidenses para desarrollar la muy anunciada contraofensiva de primavera en Ucrania.

«Nosotros hemos hablado de todo esto aquí. En este momento, pareciera que no está pasando nada. Lo digo con toda ironía, porque las partes se están preparando para una contraofensiva de primavera y, según estos documentos, Ucrania no tiene cómo ganar», indicó.

A esto sumó que también –y de manera precipitada–, la necesidad de buscar un culpable hizo que los dedos y titulares apuntaran a la inteligencia rusa como autora de la filtración.

Empero, a su parecer, la evidencia que circula en redes sociales permite colegir, al menos por el momento, que el responsable es alguien de dentro, particularmente si se considera que las primeras imágenes de los documentos secretos aparecieron en una plataforma que congrega a aficionados a los videojuegos, en lugar de ir a parar a canales de noticias o redacciones de medios influyentes.

Trascendió asimismo que este incidente coincidió con una investigación en curso sobre otra filtración que describía el estado del Ejército ucraniano y los planes de la OTAN, con Estados Unidos a la cabeza, para reforzarlo y mejorar su capacidad de combate.

En criterio del presentador, este primer informe de The New York Times apunta que la difusión masiva de estos más de 100 documentos secretos fue recibida con escepticismo en Moscú y Kiev.

Funcionarios ucranianos y «algunos periodistas rusos» han puesto en tela de juicio la veracidad de los reportes, al punto de calificar la filtración como una operación de desinformación a gran escala.

«Si se dice que Ucrania va a perder la contraofensiva de mayo y eso lo dice Estados Unidos, evidentemente, Ucrania lo negará», señaló.

De acuerdo con esta posición, explicó, el objetivo terminal de la operación sería afectar el resultado de la contraofensiva de Ucrania en el Donbás, que según el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, tendrá lugar en las próximas semanas.

En cualquier caso, el hecho de que la historia haya salido a la luz pública a través de medios estadounidenses con alcance casi global, obligó a la administración Biden a ofrecer explicaciones a través del portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby.

El comunicador detalló que amén de manifestar «preocupación» por lo sucedido y decir que los documentos «no merecen ser del dominio público», Kirby aseguró que el Pentágono estaba tomando medidas, mientras que el Departamento de Justicia había iniciado una investigación penal para localizar y sancionar a los culpables.

Varias jornadas más tarde, el jefe del Pentágono, Lloyd Austin, precisó que los documentos están fechados entre el 28 de febrero y el 1 de marzo, al tiempo que advirtió que no dejaría piedra sin mover hasta descubrir al autor material.

«Los Estados Unidos están fúricos porque, entre otras cosas, se dice que ellos están penetrando a sus aliados a través de sus servicios de inteligencia», valoró el analista.

Por encima de las especulaciones sobre la autenticidad de las informaciones contenidas en los documentos filtrados, pareciera que al menos a ciertos sectores del ‘establishment’ estadounidense no les ha sentado nada bien lo sucedido, porque aunque se tratara de una operación de desinformación planeada, ello ha sido al precio de la confiabilidad de sus sistemas de seguridad.

A estos efectos refirió que un analista consultado por The Washington Post a propósito de las filtraciones, sostuvo que el incidente habría desatado «pánico» en el seno del Pentágono, noticia que fue recogida en LaIguana.TV bajo el título «Pánico en el Pentágono por filtración de documentos secretos: The Washington Post».

De acuerdo con esta reseña, en la cúpula del Pentágono sembró pánico la filtración de documentos clasificados sobre el estatus de la guerra en Ucrania, así como reportes sobre China, el Indopacífico y Medio Oriente, aseguró The Washington Post citando fuentes del Departamento de Defensa.

Dos funcionarios no identificados habrían dicho al rotativo que el pasado 7 de abril la dirección del Pentágono «restringió el flujo de información de inteligencia» en razón de la filtración y, por su nivel extremadamente estricto, ello indicaría «un alto nivel de pánico» en la defensa estadounidense.

De su parte, un funcionario adscrito a la inteligencia europea expresó sus inquietudes acerca de la posibilidad de que la inteligencia estadounidense limite el acceso de gobiernos aliados a sus informes.

Pérez Pirela consideró que no faltan razones para estas aprensiones. Un burócrata de alto nivel dentro del Pentágono dijo a The New York Times que la filtración era «una pesadilla para los Cinco Ojos», la alianza conformada por Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Nueva Zelanda y Australia, que estipula la circulación de documentos sensibles recabados por sus agencias de inteligencia.

Como se recordará, el diario neoyorquino señaló que una buena parte de los más de 100 documentos filtrados contenía el rótulo «no apto para extranjeros», aunque esta prescripción no suele aplicar a los miembros de los Cinco Ojos, indicó.

Desde su punto de vista, el gobierno de Joe Biden se ha enfocado mucho más en poner rostro a los culpables y «tomar medidas», que en el peor caso podrían sembrar desconfianza entre aliados estrechos e incluso comprometer la colaboración de las agencias de inteligencia de la OTAN, antes que en el contenido de las filtraciones.

Este jueves, el propio Biden dijo que estaba «preocupado» por la filtración de los supuestos documentos secretos del Pentágono aunque no su el contenido.

Asimismo, aprovechó la ocasión para reiterar que el Departamento de Justicia y las agencias de inteligencia de su país están realizando una investigación a gran escala y afirmó que si bien todavía no dan con los responsables, «se están acercando» a ellos.

¿Qué dicen los documentos filtrados?

Como cabía esperar, lo más reseñado ha sido la situación de Ucrania en el frente y las opciones que Washington estaría barajando para mejorar la posición de Kiev antes de las conversaciones de paz con Rusia y el eventual fin del conflicto.

El experto acotó que aunque todavía no están sobre la mesa, informes como el que publicara el pasado febrero el ‘think thank’ atlantista RAND Corporation hacen pensar que, micrófonos aparte, en Washington calibran la posibilidad de que la guerra acabe pronto por considerarla perjudicial para sus intereses, de cara a una confrontación más directa con China en el mediano plazo.

El mayor bombazo vino de manos del propio The Washington Post, que publicó sin reparos que en Washington desconfían del éxito de la contraofensiva ucraniana, reporte que fue recogido por LaIguana.TV bajo el título: «EEUU duda del éxito de la contraofensiva de Ucrania: Documentos secretos filtrados lo revelan (+WP)».

En detalle, Pérez Pirela señaló que Estados Unidos duda de que la contraofensiva que las Fuerzas Armadas de Ucrania han planeado para esta primavera se traduzca en grandes ganancias territoriales, refirió The Washington Post con base en los documentos desclasificados del Pentágono y de otras agencias publicados en las redes sociales.

Siempre siguiendo esta versión indicó que la inteligencia estadounidense habría calificado este reporte como «ultrasecreto» y en él se aseguraría que la falta de tropas, armas y municiones podría implicar que Ucrania «no logre» cumplir con el objetivo de recuperar el territorio que ha perdido en el desarrollo de la guerra.

De otro lado, El Times subraya que esta «sombría» valoración, aparentemente elaborada entre febrero y marzo de este año, contrasta con la versión casi cartelizada de la prensa occidental, según la cual Kiev estaría a un paso de revertir la complicada situación en el terreno cuando llegue el armamento de alto calibre prometido por la OTAN.

Fuentes familiarizadas con el asunto dijeron al Post que estas revelaciones explicarían por qué el secretario de Defensa de los Estados Unidos, Lloyd Austin, y otros altos mandos del Pentágono conversaron las últimas semanas con sus homólogos ucranianos para advertirles que sus ambiciones debían viajar de la mano con sus capacidades reales.

Además mencionó que según los documentos, los ingentes recursos destinados por la Casa Blanca y sus aliados para dotar de armas y equipamiento militar al ejército de Ucrania, no han sido suficientes para evitar la insuficiencia de tropas y pertrechos bélicos en el campo de batalla, algo admitido por el propio presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, una semana antes del escándalo.

De acuerdo con los supuestos papeles secretos del Pentágono, pareciera que la obligación de financiar durante largo tiempo una guerra militarmente estancada e incluso con alto riesgo de derrota, podría resquebrajar la posición occidental sobre este tema a los dos lados del Atlántico y, en consecuencia, forzaría el alto al fuego y el inicio de las conversaciones para resolver el conflicto, interpretó el comunicador.

Siempre en apego a lo divulgado por The Washington Post, puntualizó que por ahora, la solución negociada tiene su principal obstáculo en el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, que empujado por la OTAN ha descartado –incluso a nivel legal– cualquier negociación de paz con el Kremlin mientras Rusia esté gobernada por Vladímir Putin.

«Esta guerra va a terminar con diálogos, con Ucrania sin una parte de su territorio y con Estados Unidos frotándose las manos con las colosales deudas que le ha hecho contraer a Kiev», añadió.

En continuidad con el informe del Post, destacó que como se sabe, Zelenski, amparado por declaraciones de voceros como el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, y el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ha prometido propinar una derrota «total» a Rusia en el campo de batalla.

Los documentos secretos revelan también otro asunto que no es para nada sorprendente: los mandos estadounidenses asumen abiertamente que la OTAN está librando una guerra subsidiaria contra Moscú e incluso refieren que hay más de 100 de soldados de la élite del bloque militar desplegados en el frente, como ha denunciado incesantemente el gobierno ruso incluso antes del inicio de la guerra.

«En estos documentos revelaron que hay soldados de la OTAN guerreando en Ucrania. ¿Qué pasa si matan a uno de esos soldados? ¿No sería eso un casus bellis? ¿No ocasionaría eso un enfrentamiento entre Rusia y la OTAN? Todo esto pasa por la irresponsabilidad de la OTAN y de esto no se habla. Están jugando con fuego», sintetizó.

The Washington Post refiere además que un mapa secreto filtrado muestra los límites establecidos por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos para que sus aviones espía sobrevuelen las proximidades de la península de Crimea.

A su juicio, lo llamativo no es que tal mapa exista, sino que la instrucción sea que los sobrevuelos de inteligencia se realicen mucho más lejos de lo que permite el derecho internacional, lo que ha sido interpretado por expertos y analistas como una previsión tomada por el Pentágono para evitar incidentes directos con Rusia, tras la caída de un dron estadounidense en aguas del Mar Negro a mediados de marzo.

Adicionalmente, Pérez Pirela comentó que los papeles sacaron a la luz otro tema espinoso: el espionaje de Estados Unidos sobre países aliados. En esta oportunidad, uno de los blancos fue Corea del Sur, que sin ser parte de la Alianza Atlántica, puede considerarse junto a Japón el principal aliado estratégico de Washington en el Este asiático contra la influencia de China.

Informes cuya fecha no ha sido especificada indican que altos funcionarios de Seúl se estarían debatiendo entre abandonar su política de no enviar ni vender armas o municiones a países donde se desarrollan guerras y ceder a las presiones de la administración Biden para hacerlas llegar a Ucrania.

Uno en específico afirma que el gobierno de Yoon Suk Yeol acordó vender proyectiles de artillería para ayudar al Ejército estadounidense a reponer sus reservas e insistió que ellos deben ser el «usuario final». No obstante, los altos mandos coreanos estarían preocupados ante la posibilidad de que los cargamentos finalmente sean enviados a Ucrania.

De hecho, indicó, un portavoz de alto nivel surcoreano calificó la especie como «falsa y manipulada», pero Reuters publicó el pasado domingo que Seúl discutiría con Washington «las cuestiones planteadas» en el reporte.

«Estados Unidos frente a este escándalo, que lo hace quedar mal frente a sus aliados, está tratando de hacer ‘control de daños’ tras las filtraciones.

Como se recordará, Corea del Sur fue uno de los puntos visitados a finales de enero por el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, como parte de su gira por el este de Asia.

En el recorrido, que también incluyó Japón y que tenía como propósito conseguir apoyo militar para Ucrania, Stoltenberg presentó a China y a Corea del Norte como amenazas reales para Corea del Sur y Japón, al tiempo que aseveró que la situación que hoy vive Ucrania –guerra con un vecino más poderoso– podría replicarse en aquellos parajes.

Pero si esas palabras consiguieron el anhelado respaldo en Tokio, no sucedió lo mismo en el caso de Seúl, que se mostró mucho más cauteloso en anunciar compromisos y arreglos militares, en función de su política de no alimentar conflictos armados.

En todo caso, para el experto está claro que las revelaciones del espionaje de Estados Unidos a funcionarios surcoreanos aparecieron pocas jornadas antes de la visita de Estado que realizará el presidente Yoon Suk-yeol a Washington, la primera que hace un líder de Corea del Sur a ese país en 12 años.

Sobre esto comentó que este lunes, la agencia oficial Yonhap compiló declaraciones de voceros que intentaron quitarle hierro al asunto, aunque también admitieron que hay quienes piensan que la visita debe ser reconsiderada hasta tanto no se aclare lo del espionaje, pues en criterio de estas personas, todavía no se ha establecido la veracidad de los informes pero tampoco se ha demostrado fehacientemente su falsedad.

Los reportes también refieren espionaje al presidente ucraniano Volodímir Zelenski, así como al gobierno de Israel encabezado por Benjamín Netanyahu.

Pero si el espionaje a Zelenski pasó casi por debajo de la mesa y no ha sido particularmente comentado por portavoces o medios afines a Kiev, no ha sucedido lo mismo con las interferencias estadounidenses en la administración de Netanyahu, que por sus implicaciones en Medio Oriente abordaremos más adelante.

Los documentos secretos también aluden a China. Según CNN, China podría usar los ataques perpetrados por el ejército ucraniano al interior de Rusia como «una oportunidad para presentar a la OTAN como agresor», por lo que el gobierno de Xi Jinping podría «aumentar su ayuda a Rusia si considera que los ataques son significativos».

En opinión del presentación, lo reseñado por CNN parte del principio de que Beijing está suministrando armamento a Rusia –otro reporte filtrado asegura que Egipto, aliado de Occidente en el norte africano, también lo hace–, una aseveración que ha sido desmentida una y otra vez por las autoridades chinas.

La especie fue resucitada otra vez a propósito de estas filtraciones. En los documentos se indica que, según escuchas de Washington a los servicios de inteligencia rusos, China habría aprobado enviar armamento letal a Moscú.

No obstante, el analista considera que a pesar de la estrecha cooperación con el gobierno ruso en diversos ámbitos, China ha subrayado su papel neutral en el conflicto y ha apuntalado su eventual rol como mediadora, al punto de presentar un plan de paz que fue visto con buenos ojos en el Kremlin –a pesar de que uno de los puntos indica que debe respetarse la integridad territorial de Ucrania–, pero no así entre los países de la OTAN y sus aliados.

En el caso bajo análisis, el gobierno de Xi exhortó a Estados Unidos a explicarle a la «comunidad internacional» lo contenido en las filtraciones, pues la documentación demostraría no solo la implicación directa de la Casa Blanca en la guerra que se libra en Ucrania, sino que también daría cuenta de espionaje y otras prácticas que contravienen los supuestos «valores democráticos» del Occidente colectivo.

Wang no se limitó a comentar abstractamente las implicaciones de las filtraciones de presuntos documentos secretos del Pentágono, sino que acusó a la parte estadounidenses de socavar las relaciones bilaterales con su política de injerencias sostenidas sobre los asuntos internos de otros países.

El comunicador explicó que el diplomático se refería a la reciente visita de la presidenta taiwanesa a California, en la que se reunión con el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy y a los apoyos militares que obtuvo durante la visita, donde voceros del Partido Republicano llegaron incluso a asegurar que Estados Unidos debía enviar tropas a la provincia rebelde de China para «defenderla».

A su parecer, otro asunto a considerar es que a pesar de que los papeles filtrados parecen confirmar la tesis rusa de la «guerra híbrida» de Estados Unidos contra su país, altos cargos del gobierno de Vladímir Putin como el viceministro de Relaciones Exteriores Serguéi Riabkov, no descartan que todo cuanto se ha revelado con respecto a la guerra en Ucrania no sea más que desinformación.

«Dado que Estados Unidos está implicado directamente en el conflicto y, de hecho, está librando una guerra híbrida contra nosotros, semejantes trucos se usan para desorientar al enemigo, es decir, a la Federación de Rusia. No afirmo nada. Solo digo que varios tipos de escenarios y de modelos son bastante concebibles en este contexto», manifestó el diplomático ante la prensa.

En su criterio, las suspicacias del Kremlin no suenan descabelladas, si se toma en cuenta que cadenas como CNN anunciaron con total normalidad que tras la filtración, Ucrania –es decir, el Pentágono y los organismos de Defensa de los países de la OTAN– está reestructurando su ofensiva de primavera.

De ser cierto el contenido de los presuntos documentos secretos, es claro que los mandos militares ucranianos estarían forzados a producir un «plan B» en un lapso breve, pero aunque así fuere, vale la pena preguntarse por qué CNN y otros medios similares lo presentan como una novedad, en lugar de señalar que es lo menos que cabría esperar en tales circunstancias.

A lo anterior agregó que tampoco queda suficientemente claro por qué una operación militar a gran escala, como una contraofensiva, no contaría con un plan de respaldo, cuando lo habitual en estos casos es que se consideren diversos escenarios, dado que no es posible controlar variables relevantes como la respuesta del enemigo, contingencias logísticas o particularidades en el terreno.

«Hay cosas que no terminan de encajar en todos estos documentos filtrados», redondeó.

Lo que dice la reanudación de las relaciones entre Irán y Arabia Saudita

En un cambio radical de tema, Pérez Pirela abordó las implicaciones de la difícil reanudación de relaciones diplomáticas entre en Irán y Arabia Saudita.

Más allá de la noticia puntual, en las últimas semanas se han venido desarrollando en Medio Oriente un conjunto de movimientos que, aisladamente considerados podrían parecer más de lo mismo dentro de una región azotada por guerras y conflictos casi interminables, pero que vistos más de cerca, dicen mucho más acerca de los cambios en las configuraciones de poder entre potencias globales y regionales.

Si se atiende a lo más estructural, este restablecimiento de relaciones, que se encontraban en suspenso desde enero de 2016, pese a sus implicaciones recibió escasa atención en los medios occidentales.

A este respecto puntualizó que la recomposición de lazos entre Teherán y Riad fue posible gracias a la mediación directa del gobierno de Xi Jinping y la participación de Irak y Omán, que fungieron como sede de las conversaciones en los años 2021 y 2022.

En su criterio conviene recordar que los intereses chinos en la convulsa región no han hecho más que crecer en la última década, al punto de que Beijing se ha convertido en el destinatario del 25 % de los más de 8,5 millones de barriles de petróleo por día que produce el reino, mientras que con Irán, China ha hecho frente común contra Occidente, además de apuntalarse como uno de los socios comerciales más importantes de la República islámica y de invitarla a incorporarse al bloque BRICS, una propuesta que fue acogida positivamente por el gobierno de
Ebrahim Raisi.

A su parecer, un primer subtexto que se desprende de lo anterior, es que, a diferencia de lo que sucedía hasta hace no mucho, Estados Unidos ha perdido influencia sobre la política exterior saudí, un aliado clave contra Irán.

Sobre esto indicó que los indicios de esta pérdida de influencia no son del todo nuevos, porque en los últimos años y especialmente desde que inició la guerra en Ucrania, a través del bloque OPEP+ –del que también participa Rusia– las autoridades de Arabia Saudita se han negado en redondo a seguir políticas petroleras que beneficien exclusivamente a los intereses de Estados Unidos y han privilegiado la estabilidad del mercado de los hidrocarburos.

Para desmontar la idea de que esos sucesos no tienen efectos en la vida cotidiana de las personas, precisó que los recortes acordados por el bloque como respuesta a las restricciones impuestas por el Occidente colectivo al crudo siberiano, se han dejado sentir con estridencia en todo el mundo, afectado por una escalada inflacionaria de la que no se ha librado prácticamente ningún país.

Por si la política petrolera de la OPEP+ liderada por el reino saudí y Rusia no fuera suficiente, Arabia Saudita, que fungió como uno de los principales impulsores del derrocamiento del gobierno de Bashar al Asád en Siria y encabezó la expulsión del país de la Liga Árabe la década pasada, hace pocas jornadas envió diplomáticos a Damasco.

Pérez Pirela refirió que según reportes de medios en lengua árabe, el objetivo de estos acercamientos es allanar el camino de vuelta de Siria al bloque regional, que otrora tuvo una importancia decisiva en los enfrentamientos del así llamado conflicto árabe-israelí.

Pese a lo antes dicho reconoció que hay otros obstáculos en el horizonte, como la oposición de Catar al retorno de Siria y la recomposición de los deteriorados nexos sirio-turcos, pero lo que sí luce claro es que Riad parece haber retrocedido en una posición que hasta hace no demasiado tiempo parecía innegociable.

Subrayó que en todo caso, la reanudación de lazos diplomáticos entre Irán y Arabia Saudita no se quedó solo en los micrófonos. A los pocos días de anunciarse la reapertura de embajadas, se conoció que delegaciones de los dos países discutirían cara a cara los detalles para la implementación de la decisión.

Así, el pasado 8 de abril, una comitiva saudita de alto nivel acudió a la capital iraní para hacer seguimiento al proceso de reapertura de sus respectivas misiones diplomáticas y se espera que Irán pronto envíe representantes al reino para reabrir su embajada y un consulado.

La cancillería de Irán sostuvo que este acercamiento beneficiará a todos los países de la región, al servir como garantía de paz, estabilidad y seguridad, sin contar con las ventajas que ello supone para el comercio intrarregional.

«Estamos hablando de una nueva era de las relaciones entre dos países fundamentales en muchos aspectos, especialmente en el plano energético», enfatizó el analista.

El también director de LaIguana.TV indicó que si lo antes expuesto reviste de una importancia innegable y augura mejores tiempos para una zona del mundo ampliamente desangrada por conflictos impulsados por Estados Unidos y sus aliados, la mejor noticia que ha traído la proximidad entre Irán y Arabia Saudita es el eventual fin de la guerra en Yemen, que ha sido calificada por los especialistas como una guerra proxy entre las dos potencias regionales.

Pérez Pirela acotó que aunque escasamente mencionado en los grandes medios Occidentales, este conflicto ha sido uno de los más sangrientos y devastadores de la región, al punto de sumir al país en una miseria inédita –se estima que unos 23 millones de personas requieren asistencia humanitaria– y haber ocasionado la muerte directa de más de 350.000 seres humanos, muchos de ellos civiles, según cifras de las Naciones Unidas de 2021.

Indicó asimismo que habitualmente es presentado como una guerra civil, pero es del dominio público que Riad y Emiratos Árabes Unidos han financiado al gobierno yemení contra los rebeldes hutíes y también se han encargado de bloquear la precaria economía local, al tiempo que Teherán ha respaldado económica y militarmente a las milicias insurgentes.

De acuerdo con los reportes oficiales divulgados en Occidente, también se han unido subterfugiamente al conflicto países como Catar, Marruecos, Jordania, Sudán, Senegal, Siria o Irak, así como la organización libanesa Hizbolá, al tiempo que Al-Qaeda y el Estado Islámico figuran como una tercera fuerza en pugna, si bien su presencia se ha debilitado en los últimos años.

Detalló que aunque en 2022 se acordó un cese al fuego parcial, la amenaza de reanudación de la peor fase de la guerra –cuyos efectos se siguen sintiendo a gran escala– lucía muy real a inicios de abril, cuando se dio por cumplido el octavo año del conflicto.

Pero el pasado jueves, mientras las confesiones cristianas celebraban el Jueves Santo, Reuters informó que Arabia Saudí estaría trabajando con otros gobiernos de la región para poner fin a la guerra rápidamente, noticia que profundizó a partir de lo reseñado por LaIguana.TV ¿Arabia Saudita podría terminar pronto la guerra de 8 años en Yemen? (+Reuters).

Una delegación compuesta por representantes de Arabia Saudí y Omán planean visitar Saná la segunda semana de abril para negociar con las autoridades yemeníes un cese al fuego permanente que permita concluir la guerra en ese país, afirmó Reuters en un reporte aparecido el pasado 7 de abril.

Según la agencia, comentó, fuentes familiarizadas con la situación aseveraron que el acuerdo podría anunciarse antes de la fiesta del Eid al Fitr, que marca el final del Ramadán y empieza el 20 de abril.

Trascendió que las conversaciones se enfocarían en la reapertura de todos los puertos y aeropuertos de Yemen, el pago de los salarios a los trabajadores de la administración pública, la reconstrucción del país y los pasos para asegurar «una transición política».

La agencia informó además que el enviado especial de las Naciones Unidas para Yemen, Hans Grundberg, se reunió en Mascate, capital de Omán, con funcionarios omaníes y representantes de los rebeldes hutíes para avanzar en un proceso de paz.

Varias fuentes dijeron a la cadena Al Mayadeen que el 6 de abril, Riad informó al gobierno yemení sobre las negociaciones que adelantaba con los hutíes y que el ministro de Defensa del reino puso sobre la mesa lo que valoró como «la solución para salir de la guerra en Yemen».

Posteriormente se conoció que lo informado por Reuters y Al Mayadeen era verídico, pues una delegación compuesta por representantes sauditas y omaníes llegó a Saná el pasado sábado para iniciar las conversaciones de paz.

Reuters sostiene que la «solución» saudí implica extender el alto al fuego durante un año más, a cambio de desembolsar el dinero para pagar a los empleados públicos, «la unificación de la moneda y la apertura completa del puerto de Al-Hudaydah», tras lo cual se produciría el anhelado anuncio del fin de la guerra y el fin de la injerencia saudí en Yemen, sintetizó el comunicador.

En concordancia con los esfuerzos de paz comunicados, se conoció que el pasado jueves, la coalición militar encabezada por Arabia Saudita puso fin al bloqueo de todos los puertos yemeníes que había impuesto desde 2015, por lo que ahora la mayoría de los barcos comerciales podrán atracar en los puertos del sur, incluido el estratégico Adén, sin tener que someterse a controles sauditas.

Las acciones de «buena voluntad» saudíes también se extendieron al plano militar. Este 9 de abril, los rebeldes hutíes informaron en un comunicado que Riad había liberado a 13 prisioneros de guerra.

Refirió asimismo que De acuerdo con reportes aparecidos en medios internacionales a inicios de la presente semana, se conoce que las conversaciones de paz están marchando con buen pie.

Sobre esto detalló que el pasado domingo coincidieron en la capital de Yemen funcionarios saudíes para iniciar las conversaciones de paz con los rebeldes hutíes respaldados por Irán, informaron voceros oficiales.

La delegación saudí, presidida por el embajador de Arabia Saudita en Yemen, Mohamed bin Said Al Jaber, se reunió con el jefe del Consejo Supremo Político de los hutíes, Mahdi al Mashat, a los que se sumaron representantes de Omán, mediador en el conflicto.

Uno de los líderes hutíes, llamado Mohamed al Bukaiti, comunicó en Twitter que funcionarios sauditas y omaníes conversarían sobre las «maneras de lograr una paz total y duradera en la región».El portavoz también dijo que alcanzar una paz honorable entre los hutíes y los sauditas sería «un triunfo para ambas partes» e instó a todos los bandos a dar pasos para «preservar un ambiente pacífico y prepararse para dar vuelta a la página», abundó el especialista.

De su lado, el jefe negociador del gobierno de Yemen, Muhamad Abdel Salam, enfatizó que para lograr un alto el fuego permanente, todas las agresiones contra Yemen deben detenerse, incluyendo el bloqueo de sus puertos y aeropuertos.

Adicionalmente, condicionó el éxito de la iniciativa a que se garantice que los funcionarios del Estado puedan recibir oportunamente sus salarios, que todas las fuerzas extranjeras abandonen el territorio yemení sin condiciones y que Riad, en tanto potencia agresora, desembolse reparaciones de guerra y financie la reconstrucción del país.

«Como se ve, el camino a la paz esta lleno de piedras», comentó, antes de advertir que aún es pronto para saber si esta cruzada a favor de la paz en Yemen rendirá los frutos deseados, pero hasta ahora, el descongelamiento visible de las relaciones entre Irán y Arabia Saudita parece apuntar en esa dirección.

¿Qué está detrás de la escalada israelí en Oriente Próximo?

«Moralmente Palestina es invencible, porque lo que está haciendo es un genocidio y el mundo entero se calla», porque mientras que los fuegos de la guerra por aproximación entre Teherán y Riad que se libra en Yemen dan visos de extinción, no sucede lo mismo en los conflictos de Israel con Palestina, Líbano y Siria, dijo Miguel Ángel Pérez Pirela antes de iniciar con el tramo final del programa.

En interés de precisar, mencionó durante la Semana Santa cristiana –y en coincidencia con el Ramadán musulmán y la Pascua judía–, las agresiones israelíes contra Jerusalén ocupada, la Franja de Gaza, el sur del Líbano e instalaciones estratégicas en territorio sirio se intensificaron bajo diversos pretextos.

Criticó asimismo que como se ha hecho tristemente habitual, la así llamada «comunidad internacional» no reprendió a Tel Aviv por esta nueva arremetida y si bien los hechos fueron reseñados más allá del mundo árabe, las notas se colaron como un informe más, sin que se alzaran voces de repudio ante los bombardeos israelíes sobre territorios extranjeros, excepción hecha de China

Durante todo el Ramadán, que este año inició el 23 de marzo y culminará el próximo 20 de abril, colonos israelíes en Cisjordania y Jerusalén han arreciado su acoso sobre la comunidad palestina, aumentando significativamente el número de detenciones arbitrarias y heridos en sitios como la mezquita de Al-Aqasa, considerada el tercer lugar más sagrado para los fieles de confesión musulmana.

En rigor, no es infrecuente que las fuerzas de ocupación israelíes asalten mezquitas durante fiestas musulmanas, pero este año las acciones resaltaron por su virulencia y extensión.

Explicó además que aunque Jerusalén ocupada y Cisjordania están bajo el control de la Autoridad Nacional Palestina a través del partido Al-Fatah, liderado por el presidente Mahmud Abás, tras los incidentes, la organización Hamás –que gobierna la Franja de Gaza– habría respondido a las agresiones desde Líbano, afirmaron fuentes locales, no solo israelíes.

De acuerdo con la cadena panárabe Al Mayadeen, los misiles se dirigieron a la ciudad de Galilea en Palestina ocupada y causaron, además de pánico, al menos tres heridos, según reportes ofrecidos por los equipos de rescate desde el lugar de los hechos.

Se conoció además que la ofensiva desde el sur del Líbano, la peor desde 2006 cuando los dos países estaban en guerra abierta, obligó a las autoridades de Tel Aviv a activar la defensa aérea y a adelantar que responderían cabalmente a lo que calificaron como una agresión.

Pérez Pirela señaló que los platos rotos los acabaron pagando los habitantes de la Franja de Gaza, que el pasado jueves sufrieron los embates de los bombardeos aéreos de Israel.

Para ahondar en esta terrible situación, recuperó el trabajo de LaIguana.TV «¿Dónde está la comunidad internacional? Israel ataca nuevamente la Franja de Gaza (+Imágenes)», elaborado tras el lamentable incidente.

Una lluvia de misiles israelíes cayó el 6 de abril sobre la Franja de Gaza, como respuesta a los ataques lanzados contra su territorio desde el sur del Líbano, que a su vez estuvieron motivados por numerosos atentados y detenciones arbitrarias de las fuerzas de Israel en sitios sagrados durante la celebración del Ramadán en la Cisjordania ocupada.

Informes recogidos por la prensa internacional indican que antes de los bombardeos del Jueves Santo, al menos nueve cohetes se dispararon desde las tierras gazatíes en dirección a varios emplazamientos israelíes, que se sumaron a otros 34 cohetes disparados desde el sur del Líbano, de los cuales al menos cinco habrían dado en el blanco.

Así, la noche del 5 de abril, el gobierno de Benjamín Netanyahu ordenó a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) atacar Gaza y también el Líbano. De acuerdo con el comunicado oficial de la fuerza aérea israelí, se atacaron «objetivos de infraestructura» de Hamás en el sur del Líbano.

En el documento también se advierte que las FDI que no tolerarán que esa formación opere desde el Líbano y, en adelante considerarán «al Estado libanés responsable de todos los disparos realizados desde su territorio».

Según reseña la cadena Al Mayadeen, tras el bombardeo aéreo masivo, «las Brigadas Al-Quds –de Hamás– anunciaron un estado de alerta general para atacar los puestos de control de la ocupación en todas las ciudades, campamentos y pueblos de Cisjordania y Jerusalén ocupadas».

Recordó que a la víspera, Israel había atacado la mezquita de Al-Aqasa, lo que enardeció a las autoridades palestinas, particularmente al jefe de Hamás, Ismail Haniyeh, quien prometió que los ciudadanos palestinos «no se quedarán de brazos cruzados» ante esta nueva arremetida.

«Nuestro pueblo palestino y los grupos de resistencia palestinos no se sentarán sin hacer nada», dijo Haniyeh a la AFP tras una reunión con otras autoridades del país celebrada en Beirut, en la que instó a «todas las organizaciones palestinas a unificar sus filas e intensificar su resistencia».

De su lado, Netanyahu convocó a un gabinete de emergencia y anunció que Israel «devolverá el golpe a sus enemigos, y pagarán el precio por cualquier agresión». «A él le encanta compartir este tema antipalestino para tratar de ganar indulgencias en medio de una crisis de Estado», agregó.

Todo esto se vio aderezado con un ataque terrorista en Tel Aviv presuntamente perpetrado por un extremista israelí, que dejó como saldo una persona muerta y siete personas más heridas, que se sumó al deceso de dos extranjeros –uno de ellos británico– en Cisjordania tras haber sido asaltados con un cuchillo.

El experto mencionó que mientras esto se sucedía, el gobierno libanés informó que denunciará la nueva agresión israelí en el seno del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Además, el Ministerio de Defensa aseveró que responderá a los ataques y hará lo que sea necesario para proteger a su población.

La fuerza de mantenimiento de paz de la ONU desplegada en la región, calificó la situación como «extremadamente peligrosa», mientras que el gobierno chino pidió moderación a todas las partes, especialmente a Israel, para evitar una escalada del conflicto.

Entre otros asuntos, Beijing alegó que entonces se estaban celebrando el Pesaj y el Ramadán, las celebraciones religiosas más importantes para judíos y musulmanes, respectivamente, y cualquier disputa podría ser la chispa que encendiera la pradera.

Según declaraciones ofrecidas por la portavoz de la cancillería, Mao Ning, la solución para el largo conflicto entre Israel y Palestina consiste en la implementación de la solución de dos Estados, que consagra la existencia de una Palestina independiente.

Pérez Pirela subrayó que en relación con el rol de la comunidad internacional, el gobierno chino considera que sus miembros están obligados a actuar mucho más diligentemente, prestar atención a las demandas palestinas e implementar «medidas reales» para cumplir con lo prometido al pueblo palestino tras la firma de los Acuerdos de Oslo en 1993.

Aunque Mao no mencionó actor alguno, sus dardos parecen estar dirigidos a un solo lugar: Estados Unidos, país que aunque sirvió como garante de los precitados acuerdos de paz, en tres décadas no ha hecho nada concreto para frenar el expansionismo israelí sobre el territorio palestino y tampoco para frenar política, diplomática o militarmente a Israel, que actúa a sus anchas como un Estado forajido.

A la enumeración anterior, el analista agregó que en medio de esta escalada de tensiones, misiles israelíes cayeron nuevamente sobre Siria, como respuesta a un supuesto ataque perpetrado contra los Altos del Golán, territorio sirio bajo ocupación israelí.

Informes de Tel Aviv destacaron que no fue necesario desplegar la defensa aérea, pues los proyectiles no causaron muertos ni heridos y fueron interceptados por aviones no tripulados.

Semanas atrás, el ejército israelí bombardeó zonas sirias con un pretexto semejante y el evento solo fue reseñado por algunas cadenas del mundo árabe y persa, así como por medios rusos y chinos.

Pérez Pirela advirtió que todo esto podría parecer «más de lo mismo», a no ser que mientras Israel levanta el hacha de la guerra, el gobierno ultraconservador liderado por Benjamín Netanyahu vive sus horas más oscuras, tras enfrentar más de dos meses de multitudinarias manifestaciones contra una reforma que aumentaría la influencia del Ejecutivo sobre el sistema judicial.

Medios y analistas de los más variados signos políticos –con independencia de su respaldo a Israel– han asegurado que esta revuelta popular es la peor que ha tenido que enfrentar el Estado israelí en sus 75 años de existencia. Al mismo tiempo han aseverado que este malestar incesante –la reforma fue puesta en el congelador por un mes– parece estar dando cuenta de algo mucho más profundo, que ha derivado en una creciente polarización con posibilidades de convertirse en una guerra civil.

En criterio del presentador, el meollo parece ser que casi inadvertidamente se quebraron los fundamentos liberales que han soportado la democracia israelí para darle paso a las demandas de grupos religiosos ultraortdoxos, con el subsecuente abandono de la laicidad y la proscripción de prácticas consideradas pecaminosas bajo el estamento religioso.

«¿A eso se le puede llamar una democracia? ¿Es Israel una democracia o una teocracia, es decir un Estado conducido bajo criterios religiosos», cuestionó.

Así, continuó analizando, el ascenso al poder de representantes de grupos religiosos ultraconservadores a través de la coalición que lidera Netanyahu y la imposición de sus agendas, pondría en peligro ya no solo la pretendida independencia del Poder Judicial, sino un conjunto de conquistas sociales que los israelíes no ortodoxos estiman irrenunciables.

A su juicio vale la pena preguntarse qué gana Netanyahu –además de un respaldo político circunstancial para formar gobierno, algo que resulta cada vez más difícil en Israel– al embarcarse en una reforma tan cuestionada y ampliamente rechazada.

Del mismo modo, la persistencia y virulencia de las manifestaciones también nos hace pensar que, sin restarle legitimidad de origen, han estado alentadas por factores internos opuestos a la actual administración israelí.

El especialista valoró que en ese marco cobra sentido lo que se indica en algunos de los recientemente filtrados documentos secretos del Pentágono, según los cuales el Instituto de Inteligencia y Operaciones Especiales (Mossad), habría sido esa fuerza interna que alentaba la oposición contra Netanyahu.

Como cabía esperar, el organismo negó toda implicación en el asunto, pero su cruento historial de injerencias, ejecuciones de personalidades de alto nivel de países enemigos y la comisión de otros numerosos crímenes, le da algún crédito al sobrevenido despacho estadounidense filtrado en las redes sociales.

En todo caso, la crisis interna israelí no ha pasado inadvertida para sus adversarios regionales, especialmente de Irán y Siria, que han visto en la última escalada una demostración de su debilidad.

Desde Teherán, el presidente iraní, Ebrahim Raisi, aseguró que la más reciente ofensiva israelí contra Palestina y otros países demuestran la decadencia del proyecto de Tel Aviv, tesis que fue secundada por su homólogo sirio, Bashar el Ásad. El mandatario de Irán también alzó la voz contra las incursiones israelíes en Siria y se manifestó a favor del respeto a la integridad territorial de todos los países.

Los dos líderes subrayaron que Israel puede perpetrar sus ataques impunemente por el respaldo estadounidense y el silencio de la comunidad internacional, si bien advirtieron que esta situación está cambiando, porque el así llamado mundo unipolar se está desmoronando.

Pérez Pirela consideró que acaso puede resultar exagerado y hasta aventurado plegarse acríticamente a las posiciones de Siria e Irán, porque han sido dos de los blancos privilegiados de Washington e Israel en Oriente Próximo durante décadas, pero en algo parecen tener razón: el escenario internacional está cambiando y la influencia de Estados Unidos se está reduciendo.

El extenso inventario de acontecimientos acaecidos durante las últimas semanas en esa región del mundo compilamos para el presente programa, deja claro que no son deseos ni discursos sino hechos.

Refirió asimismo que al cierre de esta investigación nos enteramos que Catar y Baréin reanudaron sus relaciones diplomáticas por intermediación de Arabia Saudita. Las partes manifestaron su interés en desarrollar las relaciones bilaterales y fomentar la integración dentro del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo, sobre la base del respeto de los principios de igualdad entre los Estados, soberanía e independencia nacional, integridad territorial y buena vecindad.

En ese orden recordó que en 2017, Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Baréin rompieron con Doha, alegando que esa nación socavaba la seguridad regional al financiar grupos fundamentalistas como Al-Qaeda y el Estado Islámico, una especie rechazada con vehemencia por las autoridades cataríes.

Así las cosas, dijo para redondear, el fragmentado «mundo árabe» –que incluye a Irán–, parece estar viviendo una nueva etapa de aproximaciones y recomposición de lazos diplomáticos y comerciales, particularmente en Oriente Próximo, lo que podría aportar estabilidad y paz a la región, así como privilegiar el comercio interregional.

Empero, algunos países como Irak, Siria, Yemen o Palestina han padecido lo peor de las guerras en data reciente y están lejos de poder incorporarse favorablemente a una dinámica comercial altamente competitiva, pues aún deben poner fin a los conflictos armados, reconstruir sus golpeadas infraestructuras y atender las necesidades de su población.

El especialista consideró que en este escenario, las potencias regionales como Arabia Saudita o Irán, además de China y Rusia, cuyo papel se ha acrecentado en la última década, podrían ser el punto de apoyo fundamental para que esa zona del mundo logre superar su dependencia de Occidente y emerja en el escenario internacional como un bloque de alta relevancia, no solo por sus indudables riquezas energéticas, sino por su unidad política en torno a temas comunes. Veremos.

(LaIguana.TV)

Artículos relacionados

Continue to the category