Siguiendo el hilo de análisis sobre los países y proyecciones Brics, esta semana nuestro espacio Entre Líneas se aboca a Rusia partiendo del intríngulis sobre el acuerdo de granos al que Rusia puso freno y con el que Occidente pretende atribuirle a Putin la culpa de la inseguridad alimentaria global; revisamos en qué punto se encuentra el Kremlin con respecto al grupo Wagner; los planes de Rusia en cuanto a ingeniería inversa en armas occidentales incautadas en medio de enfrentamientos con Ucrania y mercenarios y, por último, las diversas formas en las que Rusia diversifica sus mercados dentro de los Brics ante otros frentes de consumo del sur global: léase África, un territorio en el occidente ha perdido toda credibilidad e influencia.
Putin con pies de plomo
El presidente ruso casi que explicó con plastilina y manzanas durante décadas, lo que le haría iniciar una guerra. Putin hizo un despliegue de memoria histórica y de intereses como nación del que no puede hacer alarde hoy, por ejemplo, el presidente de EEUU, Joe Biden, y aun así se sigue hablando de invasión y desde muchos frentes considerados progresistas se esgrimen banderas de pacifismo intelectual estéril, pero esas palabras del presidente ruso son más que suficientes para resumir los orígenes de un conflicto que está lejos de ser entre Rusia y Ucrania.
Lo que sucede en Ucrania es solo una porción de la batalla de élites en la geopolítica global, una muestra no gratis entre el nuevo mundo y la vieja élite qué no quiere perder ese poder que tantos muertos, salud y recursos de otros le ha costado mantener.
En palabras de Putin, lo que sucede hoy es una guerra de ideologías de superioridad repugnantes y destrucción de valores que hacen humana a una persona; amnesia perversa sobre quien defendió y puso el pecho por Europa ante el nazismo; calumnia sobre los héroes; el estrangulamiento del Derecho Internacional y de cualquier intención soberana de cualquiera; una guerra contra el derecho al desarrollo original y libre de las personas en lo individual y de los pueblos como colectivo.
Aunque todo esto pudiera sonar como propaganda rusa, al escuchar las declaraciones de funcionarios y medios de comunicación occidentales, se puede constatar.
(LaIguana.TV)