lunes, 21 / 04 / 2025
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Francia y Rusia le temen: ¿Quién es el líder de Burkina Faso?

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Burkina Faso ‘la patria de los hombres íntegros’ es el epicentro del análisis Entre Líneas de esta semana. En un contexto de levantamientos e insurrecciones africanas, este país da mucho que hablar tanto por la importancia de sus recursos geoestratégicos como por el impacto de sus liderazgos.

Este país africano, antigua colonia francesa tiene como lengua oficial el francés aún cuando el 90% de su población habla otras lenguas, principalmente el dioula o moré, el gurma, el fulfulde y el tamasheq según los más de 12 grupos étnicos que habitan el territorio. Sus principales productos de exportación y de explotación por parte de Francia desde 1960 son el oro y el algodón.

Burkina Faso se llamó Alto Volta hasta que llegó la revolución liderada por el capitán Thomas Sankara en 1983. Según lo resume la ficha país sobre Burkina Faso de la Unión Europea, “la porosidad de las fronteras y la débil presencia de las fuerzas de defensa y seguridad en las regiones limítrofes con Malí y Níger han facilitado la extensión del terrorismo a Burkina Faso especialmente desde 2018. Debido a la situación de inseguridad, se calcula que hay unos 1,9 millones de desplazados. Hay miles de escuelas cerradas por amenaza terrorista. Se observa malnutrición y falta de acceso a cuidados médicos en ciertos casos. La seguridad del Sahel y concretamente de Burkina Faso es motivo de preocupación nacional, regional e internacional. A diferencia de Mali y Níger, en Burkina Faso no existe misión de las Naciones Unidas ni tampoco misiones específicas de la Unión Europea”. 

Esa es la historia contada desde la perspectiva colonialista y paternalista. En Burkina Faso no existen, ni existirán por lo pronto misiones de este tipo debido a la actuación de la junta militar que hoy preside bajo lineamientos que estuvieron dormidos o silenciados durante 40 años y tienen mucho que ver con Thomas Sankara.

Ibrahim Traoré: con el temor de Francia y el respeto de Rusia

Ibrahim Traoré, hoy presidente interino de Burkina Faso, es ante todo un soldado. Fue enviado a Mali para cooperar con la misión de las Naciones Unidas para estabilizar Malí conocida como la MINUSMA. La ONU lo describe como uno de los combatientes más valientes en Mali. Finalizada esa misión, retornó Burkina Faso a hacer frente al terrorismo yihadista en su país.

Este capitán de ejército en 2022 puso el rostro a la junta que derrocó al gobierno de Burkina Faso.  Ibrahim Traoré leyó un comunicado en el que anunciaba la disolución del gobierno y el cierre de las fronteras del país hasta nuevo aviso. El principal argumento del golpe fue que desde 2015, los ataques recurrentes de movimientos armados afiliados a los yihadistas de Al Qaeda y el mal llamado Estado Islámico, principalmente en el norte y el este del país, ataques que para entonces ya habían matado a miles y desplazado a cerca de dos millones de personas.

En adelante, una cadena de movimientos anticolonialistas: en enero de 2023, expulsó al embajador de Francia en Burkina Faso y exigió la retirada de las tropas francesas del territorio y ha limitado la presencia de medios de comunicación franceses en el país, pero también deja claro que los cambios no obedecen a la búsqueda de una ruptura de relaciones si no a un replanteamiento de ellas: uno en el que Burkina Faso y Francia son iguales.

Traoré promete que en 2024 el país celebrará elecciones. Y dentro de su gabinete ha colocado a figuras conocidas por ser partidarios del legado del líder y ex presidente de Burkina Faso, Thomas Sankara. Desde el inicio de su mandato apeló a la conformación y consolidación de la unión entre los civiles y los militares para hacer frente al terrorismo.

En la arena internacional Traoré firmó en junio un acuerdo de asociación con el grupo Brics para redimensionar el rol de Burkina Faso con los países miembros de ese bloque. En su región, ha afianzado los lazos políticos con Mali y Guinea, y hay proyectos de líneas ferroviarias y en otras áreas para crear redes de resistencia, de seguridad, de comunicación y de industrialización sólidas entre los países.

Tratándose del perfil político de Traoré, vale recordar que no es lo mismo atacar que defenderse, y por muy poco que se asocie a las figuras militares con procesos de paz real, en Burkina Faso se estaría planteando defender con uñas y dientes, con todo lo que se cuente su derecho a otro tipo de vida. Ibrahím Traoré figura como un líder pacifista, pero radical que aspira cortar con la tradición de presidentes africanos complacientes y mendigos. Traoré es peligroso y quien quiera ver se puede percatar del por qué y para quién.

(LaIguana.TV)

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