Esta semana en nuestro espacio Entre líneas somos fieles y leales a la subjetividad y parcialidad urgente y necesaria muy a propósito de la lucha Palestina, de la tan convencida tergiversación de lo que es una guerra, un agresor y un enemigo, de lo que se entiende por soberanía, y de lo que son Derechos Humanos. El debate interminable sobre lo que es justo o injusto o legal e ilegal en un mundo muy enfermo y muy desigual.
“La operación ‘Diluvio de Al-Aqsa’ es un derecho legítimo de nuestro pueblo a defenderse a sí mismo, a su tierra y a sus santidades”, afirmó en un comunicado el grupo de resistencia Palestino Hamás luego del inicio de una operación devenida en gran conmoción y movilización en el mundo, del pueblo palestino dentro y fuera de su territorio y de quienes se sensibilizan con la causa y contra el régimen sionista israelí, incluyendo a judíos ortodoxos.
Hamas subrayó que la ocupación continuará su política de expansión de asentamientos en toda Cisjordania y la ciudad ocupada de Jerusalén, y legitimará muchos de los establecimientos aleatorios de los colonos en tierras de ciudadanos cisjordanos, en claro desafío a la comunidad internacional y a las decisiones de la ONU que criminalizan los asentamientos.
Hamás también defiende a los prisioneros y detenidos en cárceles sionistas. Hablamos de más de 2 millones de palestinos encerrados por ser palestinos, muchos de ellos durante más de 10 años. Los objetivos de Hamás son: recuperar su Estado soberano con Jerusalén como capital.
En medio de decenas de amenazas de mayor asfixia y respuestas desproporcionadas por parte de Israel (incluyendo el bombardeo de un corredor humanitario mientras ciudadanos Palestinos lo atravesaban, la destrucción de hospitales y zonas residenciales) Hamás advirtió y cumplió: “cada ataque contra nuestro pueblo sin previo aviso será respondido con la ejecución de un rehén civil”. Y así como África ha dicho “la era en la que éramos la mina de Europa, se terminó” pues la resistencia Palestina afirmó que “los momentos del arrase sin consecuencias de los sionistas, se acabaron”.
Israel: ni Estado, ni impenetrable, ni invencible
Sobre la operación diluvio de Al Aqsa, la inteligencia egipcia reveló al Times de Israel que había avisado a sus pares israelíes «que se avecina una explosión de la situación, y muy pronto, y que sería grande, pero subestimaron tales advertencias», agregando que su contraparte israelí se centró en Cisjordania y restó importancia a la amenaza procedente de Gaza.
Hoy después de haber quedado en toalla en medio de la sala, Israel responde a la resistencia palestina usando municiones de fósforo en la franja de Gaza.
La historia de un padre e hijo psicópatas
Se mantuvo el ‘diluvio’ y EEUU envió sus portaviones, lo cual el presidente turco, Recep Tayip Erdogan, no dejó pasar y por lo que acusó a la Casa Blanca de planear una «masacre en la franja de Gaza», como en efecto están ejecutando y acompañando con una transmisión televisiva sin precedentes.
El porqué del accionar de EEUU bien lo supo resumir el activista libanés Georges Zade, en su libro ‘Palestina y la desinformación’ publicado en 2006, donde detalló que EEUU es el abogado defensor de Israel ante cada violación del Derecho Internacional y los principios de convivencia para la paz; es el banco que financia sus necesidades económicas (hablamos de más de 3 millardos anuales); es el laboratorio donde se experimenta con nuevos armamentos de y para Israel; es la fábrica de armas para Israel; es el derecho de Israel al veto en las Naciones Unidas; es el principal medio de comunicación de Israel; y, según se considere, el ejército que invade otros países para que Israel no tenga que moverse demasiado. Y todo esto ¿por qué? porque a su vez Israel es lo que permite a EEUU tener una especie de ojo que todo lo ve en Oriente medio.
¿Quiénes están con Palestina?
De forma muy parecida a como se cuadraron Burkina Faso y Malí recientemente para defender la soberanía de Níger, se han posicionado los países árabes en defensa y profundo respeto a la respuesta de la resistencia armada Palestina a la ocupación israelí.
El apoyo a la causa palestina en el mundo árabe se ha ido haciendo manifiesto y viral recientemente desde el mundial de fútbol en Catar, un evento en el que Israel fue el gran rechazado.
El tema Palestina es intocable aún en medio de cuantiosas diferencias e intereses: Irán saludó y apoyó (aun no militarmente) a Hamás, y tras el inicio del Diluvio de Al Aqsa las calles del Líbano y Turquía se abarrotaron de banderas palestinas. Siguiendo este hilo el miembro del Consejo Político Supremo de Yemen, Mohammed Ali Al-Houthi, dijo que, de intervenir EEUU en la agresión sionista contra el pueblo Palestino, el conflicto se convertiría en una guerra regional.
Es legal
Agresión: empleo de fuerza armada por un Estado contra la soberanía, la integridad territorial o la independencia política de otro Estado. Este concepto aplica a: la invasión o el ataque del territorio de un Estado por las Fuerzas Armadas (FFAA) de otro Estado o cualquier ocupación militar o cualquier anexión mediante el empleo de la fuerza del territorio o parte del territorio de otro Estado.
Aplica para el bombardeo o el empleo de cualquier arma contra el territorio de otro Estado; incluye el bloqueo de los puertos y de las costas de un Estado por las FFAA de otro Estado, y también aplica al ataque por las FFAA de un Estado contra las fuerzas terrestres, navales o aéreas contra la marina y la aviación civil de otro Estado.
Para representar el concepto de agresión estipulado en el artículo 1 del Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados internacionales de 1977, podría usarse como referencia cualquier operación de Israel en territorio palestino.
Ese mismo artículo reseña que el Estado víctima de una agresión tiene derecho a ejercer la legítima defensa. Que no constituyen actos de agresión los actos realizados en el ejercicio del derecho de los pueblos a la libre determinación, así como los que tienen como propósito la lucha contra la dominación colonial, la ocupación extranjera y los regímenes racistas”. Es decir, los propios Convenios de Ginebra dan luz verde a la actuación de Hamás y la resistencia popular y armada en Palestina. Muy a pesar de lo que diga y maquille la prensa internacional. Muy a pesar de lo que podemos nosotros creer o pensar que es preservar la vida, y muy por fuera de lo que para cualquiera puede querer que signifique estar en paz.
(LaIguana.TV)