Imágenes de miles de personas celebrando en las calles de Venezuela causaron confusiones tragicómicas en la comunidad internacional. Esto se debió a que se hizo viral un video de la rumba popular con la leyenda: ¡Por fin ganaron los escuálidos! 

Ya iba a pronunciarse el vejete de la Casa Blanca con un comunicado de júbilo por la caída del rrrrégimen, y si se salvó del ridículo (esta vez) fue porque en Washington DC andaban un poco atareados capeando una rebelión interna en Texas, y no exactamente con los Rangers. 

Preparaba un comunicado el secretario Almagro, celebrando la victoria de la democracia, cuando le aclararon que no habían ganado los escuálidos, sino el equipo escualo, rebuscado sinónimo que los ocurrentes periodistas deportivos de antaño encontraron para los Tiburones. 

Luego, cuando esto se aclaró, decidieron emitir de todos modos sus comunicados porque para hablar contra Venezuela no se debe desperdiciar ninguna oportunidad: es algo que se puede hacer salga pajarito o salga sardina. 

A través de uno de sus voceros, la Casa Blanca —mientras sigue con tres en base sin outs en el asunto texano— va a decir que “ve con preocupación” el campeonato de La Guaira porque los juegos del Round Robin y la final no fueron libres, creíbles ni transparentes. 

Almagro cantará fraude, denunciando que todo fue perpetrado para complacer caprichos de Diosdado Cabello. Exigirá que se repita la final, con supervisión de los honorables expresidentes del Grupo de Lima, aunque ninguno de ellos tiene ni peregrina idea de cómo se juega béisbol. 

Algunos fanáticos muy abollados de Cardenales de Lara dijeron que no están de acuerdo con la injerencia beisbolística imperial, pero que si la comunidad internacional desconoce el campeonato de los Tiburones, el título les toca a ellos, como subcampeones. 

Pero otros, caraquistas recalcitrantes, dicen que nada de eso, que lo que corresponde es mantener a los campeones de la temporada anterior, los Leones, algo así como la AN de 2015, que sigue deliberando por Zoom y cobrando por Zelle, aunque ya tiene tres años vencida. 

Escuálidos que son a la vez fanáticos del conjunto escualo vaticinaron que, en vista de que —definitivamente— “este es el año”, también la oposición disfrutará las mieles del triunfo en las presidenciales. 

Desde el lado chavista-sabermétrico les aclararon algo, estadísticas en mano: el escualidismo sólo lleva 25 años sin alcanzar el campeonato. Para igualar a La Guaira aún les faltan otros 12. Y dijeron aquello de que el juego no se termina hasta que se acaba. 

(Clodovaldo Hernández) 

Más noticias y más análisis de LaIguana.TV en YouTube, WhatsApp, X, Instagram, TikTok, Facebook, Threads y Telegram.

El portal de Venezuela.