A propósito de los hechos violentos acaecidos en los últimos días en el país, auspiciados por la «líder» de la extrema derecha, María Corina Machado, no está demás recordar algunas incongruencias entre lo que quiere  aparentar, cuando necesita gente a favor durante sus campañas y lo que en realidad siente por esa gente de a pie. 

En mayo del presente año circuló un video en el que, durante un acto político en Amazonas, un representante de la comunidad  indígena Huotuja, con mucha dificultad, le entregó una corona de flores a la ultraderechista y esta rechazó el regalo con mala cara y hasta pareció regañarlo por el gesto. Por su parte, el hombre se vio decepcionado, mientras miraba cómo la corona de flores se perdía en manos de los asistentes de Machado.

Lo mismo que el líder, sus seguidores

Posteriormente, el pasado lunes 29 de julio, los seguidores de María Corina Machado salieron a «protestar» en diversos puntos del país, luego que ella les asegurara que el chavismo les quería robar» las elecciones. Sin embargo, no se trató de consignas, pancartas, ni huelgas, sino de destruir todo lo que les recordara a la Revolución. 

Además de destruir sedes del PSUV y estropear las estatuas del comandante Hugo Chávez,  derribaron y arrastraron la estatua del Indio Coromoto, en Guanare, estado Portuguesa, como símbolo de humillación, así como lo expresó al respecto, el propio presidente Nicolás Maduro. «Humillaron a Coromoto», expresó el mandatario. 

La derecha, a la cual pertenece Machado, de por sí desprecia al otro por diferente, por indio, por negro o  porque cree que nació con el derecho de despreciar. 

(Laiguana.tv)

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