lunes, 21 / 04 / 2025
– Publicidad –
– Publicidad –

¿Qué tiene que ver el cocuy con el cine venezolano?: Daniel Yegres se sienta en El Sofá

Publicado el

Daniel Yegres es un director cinematográfico y guionista con licenciatura en Artes Audiovisuales, mención Dirección, por la Universidad Nacional Experimental de las Artes. También es el presidente de Humana Cooperativa Audiovisual.

Ha realizado películas, documentales y cortos. En pocos días se estrenará un largometraje sobre la vida del más afamado cantante popular venezolano, Alí Primera.

Con este cineasta, nos sentamos en El Sofá.

—Daniel, ¿Cómo estáis?

—Bueno, feliz de estar aquí en El Sofá, de estar en mi casa. Laiguana, Laiguana…

—Tú conoces a Laiguana…

—…desde la idea. Desde que era embrionaria. Desde el huevito de iguana, pues. Laiguana comenzó como un proyecto de una página cultural, imagínate, una vaina que era súper vanguardista hace 20 años, y mira cómo ha evolucionado. Y ahora tiene este espacio. Estoy súper feliz que me inviten a esta que siento mi casa, y contigo que tanto te quiero y que tantas cosas hemos vivido y que tantos momentos hemos pasado en el Cordón blue.

—Daniel, a ustedes en Humana Cooperativa Audiovisual les han pasado muchas cosas buenas. Han tenido muchas emociones con Tarkarí de Chivo, la película.

—Chamo, Tarkarí de Chivo ha sido una sensación. Tú sabes que el Tarkarí es un plato coriano y evidentemente en el Zulia también… Nosotros hicimos nuestro plato al tarkarí, que es una comedia venezolana con todas las locuras. Es una comedia de situaciones y acabamos de tener noticias que ganamos varios premios.

—Resulta emocionante porque durante mucho tiempo, el cine venezolano eran policiales, y parecía como que no explorábamos otras temáticas

—El cine venezolano está en una expansión súper interesante de narrativas de búsquedas de historia, y están pasando cosas muy muy buenas estos últimos años con los realizadores.

—Daniel, pero aun así falta algo para la internacionalización. ¿Por qué no estamos en las plataformas de streaming, por ejemplo?

—Bueno, bueno, compadre. Tú sabes que nosotros vamos a tener que crear nuestro propio streaming. Nosotros tenemos buenos materiales, hay cosas extraordinarias y de jóvenes cineastas, cosas que están haciendo que son maravillosas. Ahora hay una realidad, los del norte no nos quieren, ¿entiendes? Por ejemplo, el caso Netflix, tiene un bloqueo a Venezuela. Netflix no invierte en Venezuela. Lo hacen en Colombia, y allá contratan venezolanos. Por eso, buscaremos otros espacios, haremos nuestro propio streaming y buscaremos en otros países que sean más afines con nosotros para mostrar nuestras cosas.

—Pero se sigue creando. Ustedes nada más acaban de terminar una película sobre Ali Primera… y no es tan fácil abordar personajes como ese…

—Sí. Bueno, la experiencia de Tarkarí nos dio mucho bagaje para hacer esta hermosa obra, una obra colectiva que es realmente un espacio de creación con músicos invitados, como Manuel Barrios, que está trabajando con nosotros en la música, con escritores como Carlos Tavares que trabajó con nosotros en la escritura del guion, Álvaro Cáceres, Nayauri Jiménez, Carlos Pérez… mucha que trabajó en una obra que era una deuda histórica con nuestro país y con nuestra cultura.

Y nosotros, ¡imagínate! Yo en mi corazón, en mi condición de coriano, obviamente tenía este sueño desde niño, hacer una película sobre Alí Primera.

—De esa complicación que hablas, ¿qué fue lo más difícil de abordar ese personaje?

—Primero, Alí es un personaje apasionante. Tú lo conoces, pero cuando tú lo estudias mucho más. A nosotros nos dieron tetero de Alí Primera, de niños en nuestra casa se escuchaba a Alí Primera y con padres de izquierda, te imaginarás que el mundo de Alí Primera estaba con nosotros desde la infancia.

Pasamos tres años haciendo una investigación sobre Alí y descubrimos cosas maravillosas

—¿Cuántos Alí Primera te encontraste en esos tres años?

—¡Uf! Muchísimos. Ahí tuvimos un desafío narrativo.

—Entonces, ¿cuántos Alí Primera va a haber en la película?

—Veremos al Alí Primera que vivía en Europa, al que hablaba sueco, francés, alemán. Un Alí niño, que tiene 3, 4 años, otro pre-adolescente que está descubriendo el mundo. Y después tienes al Alí Primera grande, que lo inmortaliza de una forma magistral mi hermanito y mi querido compañero de trabajo Eduardo González.

—Daniel, ¿en algún momento tuvieron alguna presión para retratar a Alí Primera de alguna forma específica?

—En lo absoluto. Tuvimos una completa libertad creativa para nosotros construir el personaje, porque recuerda que es un personaje histórico, pero nosotros estamos haciendo una película de ficción, construyendo una especie de historia, de narrativa para plasmar la esencia de un ser humano pero que este no está dentro del registro del documental. Un universo que a nosotros nos gusta mucho. Pero se trata de una película de ficción. Es una poesía.

—¿Cómo le fue con la familia de Alí? la familia nuclear, digamos…

—¡Extraordinario! A Sol Mussett la conozco desde hace bastante tiempo, y ella nos abrió las puertas de su casa y de su corazón, dándonos este mucho cariño, es una persona muy dulce, es una mujer combativa, aguerrida, que sale en la película, no hace de ella misma, hace de su mamá.

—Daniel, hablamos de Tarkarí de Chivo, hablamos de Alí, digamos que tu cine, tu narrativa es bastante del occidente de Venezuela…

—Por ahí hay un escritor venezolano, que ahora que está en boga. Él dice que mi narrativa es muy caribeña, que toda la filmografía es caribeña, y sí, occidental también…

—Pero tú naciste en Caracas… ¿Qué te aportó a ti Falcón culturalmente hablando?

—Todo. El primero que me chalequea con eso es Pérez Pirela: “tú naciste en Caracas”. Y es verdad, yo nací en Caracas. Pero coriano nace donde quiere, compadre. Coriano nace donde le da la gana… Bueno fui criado ahí en La Pastora. Mi mamá y mi papá, gente de la Universidad Central de Venezuela… Y estos locos, mis padres, son llamados para fundar la Universidad Francisco de Miranda en Falcón. Y ellos se van, con 40 años, con sus hijos pequeños. Mi hermano Juan Carlos tendría tres años y yo 6 o 7, y nos vamos a vivir a coro. Mi primera infancia fue en Caracas, pero cuando yo llego a Coro, compadre, con 6 años, y yo veo esa tierra agreste, ese atardecer en los médanos, esa luz mágica, lo que llaman la hora dorada, donde cae el sol del occidente, los vientos alisios….

—Así habla una persona enamorada de su tierra….

—Totalmente, y te voy a decir una cosa, nosotros hemos buscamos dignificar a ese maravilloso pueblo falconiano, que cuando digo Falcón también es el centro occidente, somos primos de los barquisimetanos, de los larenses, de los quiboreños. Somos primos de los caroreños, somos primos de la gente del Zulia, de los maracaiberos. Hay un vínculo muy fuerte en ese occidente.

Ahora, ¿a mí qué me aportó Coro? Cónchale, Coro es donde realmente mis padres me dieron la oportunidad de entender que sea humana la humanidad. Es un pueblo bondadoso, generoso. ¡Hey, y pelión! ¡No te metas con los corianos porque te va a ir mal…

—Entonces, tú naciste en Caracas, pero eres falconiano y así como nadie te llama José…

—¡Nadie me llama José! Bueno, es que José es un hombre que llegó por el calendario pastoral. ¡Tú sabes lo que es el calendario pastoral! Papá, si tú naces el 19 de marzo, no tienes dónde coger. El 19 de marzo usted es José, ¿entiendes?

—En la historia del cine mundial hay muchos duetos hermanos realizadores… ¿Cómo te ha ido a ti con eso de crear junto con tu hermano?

—Nosotros hicimos la prolongación de lo lúdico. Es decir, que Juan Carlos y yo, como estuvimos confrontados a una situación de padres científicos, biólogos moleculares, metidos en el mundo de la ciencia, estuvimos confrontados a viajar mucho, en muchos lugares. Entonces, mi hermano y yo estábamos en una situación donde teníamos que crear ese universo del juego, y eso se fue construyendo, y nosotros fuimos criados en una casa donde nuestros padres trabajan juntos, o sea que nuestros papás son científicos ambos y han hecho una carrera de investigación juntos, como equipo de trabajo. Nosotros crecimos en un modelo de padres que trabajan bajo el mismo estandarte, hacia el mismo fin, y esto fue lo que nos pasó cuando nos entra la fiebre del cine, ¿entiendes?

—Daniel, pero también viviste un poco más de 10 años en París?

—12 años. Hice el intento de estudiar idiomas, pero rápidamente llegaron otras pasiones.

—¿Qué te hizo dejar todo eso y regresarte a Venezuela?

—Mirá, yo llegué a París por culpa de una mujer y me quedé por culpa de otra, pero cuando me regresé ya no era por culpa de ninguna mujer, era por culpa de Chávez… por culpa de un soñador. Yo estaba viviendo en Europa y llevaba vida de bohemio, de artista, de soñador. Allá tuve la oportunidad maravillosa de conocer, de forma fortuita, a Miguel Ángel Pérez Pirela, en un encuentro completamente casual en la Sorbona.

Y de repente llega este tipo, con esas ganas de soñar y de transformar al mundo, y ahí eso fue como un vendaval, llegó Chávez y eso fue como un vendaval y dijimos: tenemos que estar en esto,… pues es un momento histórico de nuestra vida.

—Visto todo el tiempo que ha pasado, ¿valió la pena dejar esa vida de París como me la describe y venirte detrás de un sueño?

 —Justamente, me pasó que tuve que ir a París por una cuestión familiar. Hablando con un amigo, 20 años después, uno recorre las mismas calles, los mismos cafés, las mismas sonrisas, la misma gente, y de repente yo le decía: bueno a lo mejor hay un Daniel que se quedó y otro que se fue, o sea hay un multiverso, hay los universos confluyentes, paralelos y el amigo me decía no, haberte ido fue lo mejor y yo estoy de acuerdo con él.

—En esa época de París hiciste tu primer corto de ficción: “Encerrado”. Después de 20 años ¿Qué le cambiarías?

—A Encerrado no le cambiaría nada. Porque es lo que es. El fracaso que te permite aprender, ¿entiendes?

—Ustedes han hecho películas, campañas publicitarias, cortos, documentales, grabaron discos. ¿Qué más hace Humana?

—Humana es un hervidero, es un semillero de ideas. Bueno, hicimos cosas maravillosas. Hacemos discos porque tenemos un estudio de grabaciones… Humana es muy versátil y eso nos ha permitido también tener una serie de herramientas para resolver cosas en lo cotidiano, y nuestra narrativa está embebida de todos esos elementos.

—Un cineasta tiene una película ideal. ¿Cuál es la que no han hecho todavía?

—Que bonita pregunta… tú si eres malo. Ernesto, tú sabes que, ese es el gran desafío. Yo hablaba del desafío del escritor, que el desafío del escritor siempre es la página en blanco, para nosotros los cineastas, que trabajamos con la materia prima, que es la luz. El asunto es ¿dónde vas a poner luz? Y en Falcón sobra la luz, más bien hay de más. Nuestro abismo es la pantalla negra.

La gran pregunta es ¿qué vamos a hacer ahora? ¿con qué sueño? Sueño en muchísimas cosas… sueño con hacer una película de ficción sobre la vida del Chema Saher.

(Ernesto J. Navarro / Laiguana.tv)


Más noticias y más análisis de LaIguana.TV en YouTube, X, Instagram, TikTok, Facebook y Threads.

También para estar informado síguenos en:

Telegram de Miguel Ángel Pérez Pirela https://t.me/mperezpirela

Telegram de Laiguana.tv https://t.me/LaIguanaTVWeb

WhatsApphttps://whatsapp.com/channel/0029VaHHo0JEKyZNdRC40H1I

El portal de Venezuela.

Artículos relacionados

Continue to the category