Después de más de una década de resistencia a la inyección de mercenarios en su territorio, Bashar Al Assad no opuso resistencia, renunció a la presidencia de Siria y solicitó asilo a Rusia. ¿A qué se debe el retroceso de las fuerzas sirias? ¿qué impacto tiene esto en el llamado Eje que resiste a los planes de balcanización y expansionismo de Israel y EE.UU. en esa región? Qué esperar de los otros actores que componen este Eje, entiéndase Líbano y Palestina, junto a sus movimientos de resistencia armada (Hezbollah y Hamás), Yemen e Irán.
Laiguana.tv en su espacio Entre Líneas presenta una serie de programas para aterrizar los últimos acontecimientos en torno a la resistencia anti sionista en Oriente Medio y Asia Occidental, comenzando por un análisis sobre los acontecimientos en la República Árabe Siria, la renuncia de su presidente Bashar Al Assad y la toma del poder del país por parte de grupos extremistas radicales financiados por EE.UU., aliados árabes en la región y alineados con el sionismo israelí.
La guerra mediática
Ahora parece lógico, pero sí tomó un poco por sorpresa la inmediatez con la que se desactivó la masacre en Líbano mediante el alto al fuego firmado entre Hezbollah y el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, y la prensa occidental comenzó a informar sobre la “reactivación de la oposición armada en Siria”. Medios como la CNN, la BBC aseguraron que “se ha reanudado la guerra en Siria”, pero lo cierto es que esa guerra nunca había terminado ni había sido desactivada.
Siria llevaba más de una década recuperando su territorio y al hoy expresidente le correspondía vivir manteniendo el equilibrio entre su alianza estratégica con Irán y Hezbollah (de quienes recibió apoyo desde el inicio de la guerra inyectada en su país) y los intereses de los vecinos árabes que decidieron volver a recibirlo en la Liga Árabe con ciertos condicionamientos y mucha presión implícita. Por cuenta de la oposición armada y más visible, hasta hace dos semanas el gobierno de Al Assad tenía el 80% del territorio controlado, y es por esto que los medios silenciaban lo que ocurría en ese país, habían quitado el foco mientras los mercenarios se lavaban el rostro y mutaban para cumplir su objetivo.
Según relatan sus propias autoridades, Irán había advertido de estos factores de riesgo durante más de seis meses al presidente Sirio, pero este decidió optar por dar un voto de confianza en sus vecinos (Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos) aún cuando durante los peores años de la guerra, fueron Rusia, con su formidable fuerza aérea; Hezbollah con sus combatientes en terreno, e Irán con sus asesores militares, que Siria logró frenar el proyecto de balcanización previsto para su territorio.
No en balde recién derrocado Al Assad, Javar Larijani, principal asesor del Líder Supremo de Irán, el Ayatolá Jamenei, aseguró antes de la toma de Damasco por parte de fuerzas de oposición radical que «las fuerzas del Eje de la resistencia han entrado en el terreno y están organizadas, pero que el Ejército árabe sirio claramente ya no podía defender a Siria. El asunto debió haber estado en manos del Eje desde el principio». Entre tantas especulaciones en torno al tema, la situación pone en vigencia la premisa de que no puedes ayudar a quien no pide ayuda a tiempo o a quien, quizás, ya no desea ser ayudado, y alega haber renunciado por motivos personales.
¿Quiénes controlan el país y qué hacen con el poder?
Según la prensa que propicia y apoya el derrocamiento de Al Assad, los mercenarios son rebeldes, y no terroristas que harán su parte en favor de la construcción del proyecto de expansión “Gran Israel” que necesita EE.UU. en esa región del mundo.
Hoy, sus acciones hablan tanto o más que ellos y revelan características claves del mismo patrón de derrocamiento de gobiernos en esa región: los grupos extremistas primero tomaron Alepo, la segunda ciudad del país, casi sin resistencia. Luego, tomaron Hama y, días después, el centro neurálgico de Homs, aislando a la capital, Damasco. En cuestión de horas, entraron en la capital, sede del poder de Al Assad, y éste renunció y solicitó asilo en Rusia.
Se presentaron saqueos en el Banco Central de Siria, se irrumpió en el palacio presidencial, se difundieron videos de los “rebeldes” violentando símbolos del gobierno, quemando la tumba del ex presidente Hafez Al Assad, padre de Bashar, e incrementando la tensión en torno a santuarios importantes para la comunidad islámica chiita (siendo esta la vertiente del islam que defiende a capa y espada a cualquier oprimido en cualquier lugar del mundo), lo cual evidencia el carácter intolerante de las fuerzas mercenarias que hoy ostentan el control territorial en Siria.
A la fiesta del caos se sumó Israel detonando sus fuegos artificiales y bombardeando Siria en total impunidad y asegurando que los Altos de Golán le pertenecerán por toda la eternidad, además los medios de comunicación israelíes indicaron que las fuerzas israelíes ocuparon el territorio sirio del Monte Hermón en una flagrante violación de las resoluciones de las Naciones Unidas en esa materia. En Damasco, se irrumpió en la embajada de Irán en lo que es según el Derecho Internacional una violación a la soberanía territorial de otro país y un casus belli, un motivo de guerra. Los diplomáticos tuvieron que abandonar el recinto y las autoridades iraníes abogan por que se reanuden los lazos entre ambas naciones en términos de diplomacia y respeto.
Como resultado general, en paralelo al genocidio televisado en Palestina, Siria hoy es el escenario del gran logro de los grupos proxy de odio que inyecta occidente para generar tensiones y rediseñar el mundo y el futuro de los pueblos a su antojo.
¿Quién es Abu Mohammed Al Jawlani?
Muhammad Al-Jolani dirige el grupo fundamentalista Hayat Tahrir al Sham (la facción de Al-Qaeda en Siria). Dice ser sirio nacido en la región de los Altos del Golán (un territorio tomado ilegalmente por Israel, pero otros periodistas ha dicho que nació en Riad, Arabia Saudita y se crio en Damasco. Sea cual sea su origen verdadero, en ambos territorios están inyectadas las pretensiones sionistas, separatistas, y la lucha ante el chiismo.
Al jolani tiene prontuario de abuso y violación de Derechos Humanos y esto lo reconoce incluso la prensa aliada a occidente, entre esa, la BBC. Aunque Al Jolani lleva unos cuantos años lavando su rostro para intentar presentar una imagen más moderada hacia el mundo, EE.UU sigue ofreciendo una recompensa de 10 millones de dólares por su captura.
En 2010, las fuerzas estadounidenses en Irak arrestaron a Al Jawlani y en su reclusión se unió al Daesh al punto que su líder le encomendó comenzar las acciones separatistas y terroristas en Siria en 2011 como comandante del frente Al Nusra y en 2013 se les rebeló y puso a su gente bajo el control de Al Qaeda.
En 2017, Al Jawlani declaró que sus combatientes se habían unido a otros grupos rebeldes en Siria para conformar el HTS y controlar la ciudad de Idlib en el noroccidente sirio.
Idlib fue vista durante años como un oasis en el desierto generado por Assad (según la guerra mediática). Esa ciudad tenía una población de 2,7 millones antes de la guerra, y se estima que alcanzó unos 4 millones debido a la llegada de personas desplazadas.
Allí Al Jawlani instauró un llamado «gobierno de salvación» que suministra servicios de salud, educación y seguridad interna. ¿De dónde provenían sus recursos si no tenía el control de Damasco? Al Jawlani expresó en 2021 que esa región no representa una amenaza de seguridad para Europa y EE.UU. Y con eso lo dijo todo.
En la práctica, su grupo impone la ley islámica en las áreas que controla, pero según la prensa occidental lo hace de una manera sustancialmente menos estricta que otros grupos yihadistas. Realmente, de cara a la galería, se relaciona con cristianos y no musulmanes, pero tiene cero tolerancia con los musulmanes chiítas y esto es vital para los intereses de occidente aún cuando también de cara a la galería el HTS sea clasificada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas como una organización terrorista. Occidente sabe que debe jugar a dos bandas. Que una vez se activa y oxigena la locura mercenaria, nadie la puede controlar.
Es en esos barnices estéticos y buena estrategia de prensa, más el fatal exceso de confianza del gobierno sirio a lo interno, el haber subestimado los consejos de sus aliados rusos e iraníes y en su voto de confianza en sus vecinos árabes, que se abrieron las fisuras y finalmente el boquete de caos que hoy ha desactivado al gobierno sirio del Eje de la resistencia.
(Laiguana.tv)
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