Se cumple un cuarto de siglo del día, definitivamente histórico, en el que el pueblo votó para aprobar su nueva Constitución Nacional.
Desde ese mismo día, aniversario también de la Tragedia de Vargas, hasta el sol de hoy, la Carta Magna ha vivido peligrosamente, siempre amenazada por las fuerzas oscuras que han procurado derogarla, desconocerla, pisotearla.
Concebida por los poderes creadores del pueblo
El poeta Gustavo Pereira, constituyente autor del preámbulo del texto fundamental, mencionó en su primera línea a los poderes creadores del pueblo, parafraseando al Credo de Aquiles Nazoa. Y no fue una mera licencia literaria, pues el proceso constituyente de 1999 fue una expresión de esa capacidad colectiva de convertir en realidad los sueños.
La Asamblea Nacional Constituyente, como fórmula para refundar la República, fue la promesa básica de Chávez en su campaña de 1998. En ese sentido puede decirse que tiene un récord: es la promesa más rápidamente cumplida por presidente alguno en nuestra historia. Chávez sólo tenía unos minutos en ejercicio de la Presidencia cuando emitió el decreto para convocar al pueblo a decir si quería un proceso constituyente. Pese a las objeciones leguleyescas, esto se concretó de manera ejemplarmente democrática. En abril de 1999 se hizo el referendo consultivo y la mayoría respaldó la iniciativa. En julio se eligió a los constituyentes y en diciembre se sometió el proyecto a una nueva consulta popular.
Y parirás con dolor
Ese 15 de diciembre fue un día de alumbramiento nacional. El pueblo se volcó a darle el visto bueno al proyecto, un hecho inédito en nuestra agitada historia constitucional. Pero el parto fue doloroso, por razones ajenas a la nueva Carta Magna, pues la más terrible de las tragedias se abatió sobre el estado La Guaira (en ese tiempo llamado Vargas) y algunas localidades de Miranda. Deslaves y desbordamientos causaron la muerte de miles de compatriotas y enormes pérdidas materiales. Semejante contexto impidió que la gente celebrara del modo que la ocasión merecía.
Las primeras vacunas
La bebita, a pesar de todo, dio sus primeros pasos en 2000 y el padre (Hugo Chávez, ¿quién puede dudarlo?) decidió que lo más responsable era vacunarla contra males que rondaban en el ambiente. La vacuna principal adoptó la forma de una completa relegitimación de poderes, mediante lo que se llamó las “megaelecciones”.
A pesar de ciertas dificultades técnicas, ese proceso se realizó en julio de 2000 y de él emergió un Chávez ampliamente ratificado, la novísima Asamblea Nacional unicameral, los gobernadores de estados y los integrantes de los Consejos Legislativos. Antes de cumplir su primer añito, la CNB había logrado remozar el paisaje institucional del país y poner en funciones los cinco poderes públicos, incluyendo los dos nuevos: el Electoral y el Ciudadano.
El intento de infanticidio: “Maten a esa niña”
Superada la etapa de reajuste constitucional, Chávez emprendió su labor de gobierno con especial intensidad en la segunda mitad de 2000 y a lo largo de 2001. Las ejecutorias del carismático presidente cada vez le gustaban menos a las fuerzas oscuras (la burguesía nacional, el imperialismo, los viejos partidos desplazados y una porción de la clase media aterrorizada por campañas mediáticas de gran calado).
Los demonios ya andaban sueltos a finales de 2001, cuando Fedecámaras intentó un primer paro nacional. Y la conspiración fue in crescendo en 2002, con la participación de militares traidores, gerentes petroleros autocalificados de “meritócratas” y la más monolítica coalición de medios de comunicación conocida hasta entonces. El 12 de abril se produjo el zarpazo contra la Constitución. Un conciliábulo de ricachones, sindicalistas corruptos y viudos del puntofijismo, con la bendición imperial, degollaron a la niña bolivariana.
En ese momento, derrotados por tan veloz maniobra, muchos revolucionarios pensamos que todo había sido un breve sueño bonito. Padecimos algo del dolor indecible de los padres y las madres que ven morir a un niño. Incrédulos ante lo acontecido, presenciamos el festín de los infanticidas y nos preguntamos cómo algo que costó tanto esfuerzo y sacrificios, que se hizo con tanto apego a los principios democráticos, pudo ser triturado sin piedad en forma tan rápida.
Por fortuna, la resurrección fue también instantánea. Tras el aturdimiento inicial, las masas se lanzaron a las calles a defender su Popol Vuh, como llamó Chávez a la Constitución aquella madrugada épica.
Decir que fue un “intento de infanticidio” no le hace justicia a la maquinación, pues la Constitución estuvo, de hecho, clínicamente muerta por unas horas, luego de que el ramplón emperador Pedro Carmona la asesinara mediante un decreto infame.
Sin embargo, la chamita volvió del otro mundo, una vez más, sobre los hombros de un pueblo. Basta recordar al presidente Hugo Chávez, de retorno en Miraflores, blandiendo primero un crucifijo y luego el ejemplar en miniatura de su obra maestra.
Traumas de crecimiento
Cuando el texto tenía siete años, se consideró necesario hacerle ajustes para afrontar los retos de la ruta hacia el socialismo. La chica fue al quirófano de otro referendo, pero las corrientes adversas a la reforma lograron una ajustada victoria y el texto quedó tal como estaba.
Claro que el papá (Chávez, pues) no era de los que se dan por vencidos, así que en 2009 insistió en hacerle un cambio, no tan profundo como el de 2007, sino restringido al tema de la reelección de los cargos de votación popular. Esta vez, en el cuarto referendo del proceso, la aun infantil Constitución recibió su primera enmienda.
La muerte del padre
Tal vez lo peor que le haya podido ocurrir a la CNB (incluso peor que su breve e írrita derogatoria de 2002) haya sido el fallecimiento de su principal artífice, el comandante Chávez, en marzo de 2013. Igual que buena parte del pueblo, esta jovencita, que entonces tenía 13 años, quedó en la orfandad.
La ausencia del progenitor ha menoscabado la difusión y permanente discusión del contenido de la Carta Magna, algo que Chávez hacía con su natural y prodigiosa virtud pedagógica. El presidente Nicolás Maduro y los otros herederos del comandante han hecho el mejor esfuerzo para mantener en alto la deliberación popular sobre la Constitución, pero es redundante decir que nadie tiene la capacidad que tenía el líder bolivariano para incentivar debates en todos los niveles de la sociedad, inclusive entre los adversarios.
Crisis en la adolescencia
El episodio más riesgoso en la vida de la muchacha ya con 16 años cumplidos fue la correlación de fuerzas de la AN electa en diciembre de 2015. Las primeras bravatas de la dirigencia opositora, anticiparon que intentarían desmontar el entramado jurídico de la República Bolivariana, comenzando con la Carta Magna.
Apoyándose en su mayoría parlamentaria, las fuerzas opositoras intentaron aprobar leyes abiertamente inconstitucionales, lo que generó conflictos con el Ejecutivo Nacional. Varios instrumentos jurídicos con estas características fueron a parar a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, órgano que, de acuerdo a la Carta Magna, debe dirimir esta clase de conflictos. Fue tan recurrente el empeño de poner en vigencia esas leyes que el TSJ optó por declarar a la AN en situación de desacato.
La rama pirómana de la oposición tomó la vía violenta en 2017 (como lo había hecho en 2014) para intentar dejar sin efecto el orden jurídico. En 2018 intentó un magnicidio y en 2019 montó el tinglado del gobierno interino, sin ninguna base constitucional. Ese engendro aprobó un tal Estatuto de Transición mediante el cual se quiso derogar, de facto, la Constitución de 1999.
Una joven siempre amenazada
Los afanes asesinos contra la Ley Fundamental no han cesado. En este final de 2024 siguen en marcha y ya se atisban las primeras maniobras para 2025. Ella, una joven robusta y rebelde, no se amilana. La Constitución Nacional Bolivariana, nacida del proceso constituyente de 1999, aprobada en referendo popular hace hoy un cuarto de siglo, siempre ha vivido peligrosamente. ¡Bravo por ella!
[Para esta crónica se utilizó parcialmente una nota publicada en el diario Ciudad Ccs en diciembre de 2015]
(Clodovaldo Hernández / Laiguana.tv)
Hoy se cumplen 25 años de nuestra Constitución.
— LaIguanaTV (@la_iguanatv) December 15, 2024
Desde el primer día el pueblo venezolano la ha defendido y la seguirá defendiendo de los conspiradores contra la Patria pic.twitter.com/mqin570idq