El mánager de las Águilas del Zulia, Lipso Nava, protagonizó una de las escenas más dantescas del campeonato 2024-2025 de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP) durante el encuentro entre los rapaces y los pájaros rojos que se disputó en el estadio Luis Aparicio “El Grande” de Maracaibo.
En la parte alta del cuarto episodio y con dos outs en la pizarra, el timonel de los rapaces fue expulsado por protestar la zona de strike del umpire principal. Luego de la sentencia, Nava salió airadamente a reclamarle al árbitro de home y, tras recibir una respuesta, este decidió tapar el homplate completamente, mientras seguía esgrimiendo protestas contra el umpire.
Acto seguido, el dirigente de la Águilas del Zulia caminó al montículo donde se encontraba todo el infield reunido hablando con el lanzador y pidió a todos que se apartaran del mismo. Tomó la bolsa que usan los lanzadores para secarse el sudor e hizo un ademán como si estuviera abriendo una granada y lanzó al homeplate donde se encontraban los árbitros.
Luego de toda esa escena, se dirigió al home para seguir protestando e incluso tuvo que intervenir otro de los umpires de la cuarteta arbitral para calmarlo, mientras este levantaba las manos en señal de “no te estoy tocando”. El reclamo del timonel de los rapaces hizo recordar un espectáculo ocurrido en el sistema de ligas menores de los Bravos de Atlanta hace más de 10 años.
El 1 de junio de 2007, en Chattanooga, Tennessee, Phillip Wellman, mánager los Mississippi Braves de la Doble-A, salió airadamente a reclamar al árbitro principal Brent Rice. De pronto, se dirigió al homeplate, lo tapó totalmente y además lo marcó.
Acto seguido se dirigió a la tercera base, para reclamarle al umpire Rusty Barrett, sin embargo, su protesta fue tomar la almohadilla, sacarla de su eje y lanzarla al centerfield, lo mismo hizo con la intermedia.
Posteriormente, se tiró al césped como un navy seals y se arrastró hasta el montículo donde tomó la bolsa que usan los lanzadores para secarse el sudor e hizo el ademán como si estuviera abriendo una granada y lanzó al homeplate donde se encontraban los árbitros.
Las imágenes de aquella escena de Wellman corrieron como la espuma, tanto que el mismísimo Bobby Cox, mánager de los Bravos de Atlanta, lo llamó para bromear. «No sé qué tan gracioso es esto, Bobby», dijo Wellman.
«Es increíble», respondió Cox. «Si pensara que mis rodillas malas me permitirían levantarme del suelo, lo intentaría yo mismo».
Su espectáculo le valió una suspensión de tres encuentros, impuesta por el entonces presidente de los Bravos, John Schuerholz. No obstante, Wellman pasó tres temporadas completas dirigiendo a Mississippi después de la infame expulsión.
(Meridiano)
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