lunes, 21 / 04 / 2025
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¿Por qué todavía hay documentos clasificados de la NASA de Humberto Fernández Morán?: Gloria Carvalho lo cuenta

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Nuestra primera invitada de este año 2025 es una ingeniera electricista, con magister en Telecomunicaciones y doctorado en Dispositivos Electrónicos.

Se ha desempeñado como docente universitaria, pero también es la fundadora de un programa gubernamental que recuperó más de 6 mil aparatos de equipamiento crítico en las áreas de salud y electricidad.

Más recientemente, y esto es una completa novedad, ha publicado un maravilloso libro sobre la vida del científico zuliano de fama mundial: Humberto Fernández Morán.

La científica venezolana Gloria Carvalho Kassar ha venido a sentarse en El Sofá.

—Gloria, ¡bienvenida! ¿Cómo estás?

—Muy bien. Gracias, Ernesto, gracias a ti, gracias a toda tu audiencia por compartir este espacio…

—Nada que ver, gracias a ti por tomarte el tiempo de venir…

—Mira, Gloria, acabas de publicar un libro sobre la vida de Humberto Fernández Morán. Se titula Descubrir lo Invisible, Humberto Fernández Morán, el Tecnólogo Atómico. ¿Qué tal el recibimiento del libro?

—¡Wow! Este… Fue una remoralización para mí y…de seguro para mucha gente que me ha escrito. El libro fue eso, un descubrir lo invisible y sobre todo me sorprendió mucho cómo de tu tierra, del Zulia han salido tantos grandes hombres y mujeres.

—Sí, vale… Mira yo vi la presentación de tu libro y debo decirte que me emocionó mucho la emoción con la que estabas contando la historia de Humberto Fernández Morán. A muchos nos hablan de Fernández Morán y lo relacionamos directamente al bisturí de diamantes… y resulta que hizo eso y no sé cuántas cientos de cosas por este país y por el mundo entero…

—Sí, realmente la trayectoria de Fernández Morán es increíble, es una maldad reducirlo a un bisturí de diamante. Por ejemplo: miniaturizar la información, esa es una palabra que suena raro, pero para nosotros es como un pendrive, ¿no? o una tarjeta de memoria, bueno, eso es un invento de Humberto Fernández Morán. Enviar las cosas vía satélite. Quizás para nosotros es normal hoy día tener internet satelital, pero hay que ver qué significaba eso 50 años atrás, cuando Fernández Morán le decía a la UNESCO, que ponía a la orden del mundo su invento de información miniaturizada para llevar gratuitamente el conocimiento a todos los rincones de la tierra.

Fernández Morán decía que la verdadera libertad es el acceso gratuito al conocimiento.

—Gloria, yo quiero leer esto. Tú eres ingeniera electricista egresada de la UCV. Tienes un Máster en Telecomunicaciones en el Politécnico de Torino en Italia y un PhD en Dispositivos Electrónicos. Tienes estudios postdoctorales en el área de Optoelectrónica de la Universidad Tecnológica de Dinamarca. ¿Cómo fue que llegaste a escribir este libro?, porque estas áreas están alejadísimas en la literatura.

—Sí, así es. Y siempre me rasparon en castellano en el liceo y en la universidad también. Bueno, yo una vez puse que un poeta inspiraba su obra en la pérdida de su madre pero no le puse acento, entonces quedó que inspiraba su obra en la perdida de su madre…(ríe)

Bueno, la verdad es que sentí la necesidad de compartir toda esa magnífica historia, porque empecé por Fernández Morán, pero empezaron a aparecer y aparecer y aparecer genios venezolanos.

—Disculpa, pero empezaste por Fernández Morán por alguna tarea de trabajo…

—Sí, yo en los últimos años he hecho cosas para niños, entonces había trabajado el rediseño del Museo de Ciencias Naturales de Caracas, con una sala que se llama 200 años de electromagnetismo, con la intención de explicarle a los niños cómo fue evolucionando, cómo desde una paloma mensajera, hoy enviamos mensajes por internet, por ejemplo, entonces me pide la ministra Gabriela Jiménez que desarrolle algo para niños, pero sobre el doctor Humberto Fernández Morán. Llevar el entendimiento, la obra, el trabajo de Fernández Morán para los niños.

Obviamente toca estudiar cuál era esa obra de Fernández Morán, cuál era esa trayectoria. Jamás me imaginé que iba a descubrir un Fernández Morán 100 veces más grande de aquel que la literatura nos había contado.

—Gloria, yo tuve la oportunidad de revisar tu libro. Vamos a mostrarlo aquí un momentito. Se llama Descubrir lo Invisible, Humberto Fernández Morán, el tecnólogo atómico. Este libro abre las puertas, no sólo a la vida de Fernández Morán que ya es una locura, sino a un montón de gente que eran sus amigos, sus colegas, sus contemporáneos, que hicieron cosas tan fabulosas como las que hizo Fernández Morán y de las que la mayoría, me atrevería a decir, de los seres humanos de este país desconocemos por completo. Así que yo empiezo dándote las gracias por esta maravilla de documento que compilaste.

El libro puede descargarse gratuitamente pulsando aquí.

—Gloria, ¿qué supone para ti descubrir lo invisible?

—Descubrir lo invisible para mí fue descubrir de dónde venimos, descubrir cómo se gestó la ciencia en nuestro país, y ahí, en palabras del propio Fernández Morán, él dice que nuestra historia está amalgamada a la historia de la independencia y él menciona siempre los valores de nuestros libertadores, y hablaba de la generosidad que tuvieron nuestros libertadores en ir a llevar la libertad a otros espacios, a otras tierras.

Entonces, descubrí, y hay mucho más por descubrir, unas raíces valiosas. Es como que si un día te despiertas y te das cuenta que gracias a tus antepasados el mundo tiene hoy un aparato de rayos X, un aparato de un resonador electromagnético, un medicamento para el cáncer, un aparato para tratar las cataratas, y que nadie te cuente eso, de verdad que pareciera como intencionado.

—Que se hizo aquí…

—Sí, nadie dice que se hizo aquí y por el contrario, parece que nos inculcaran que los grandes están en otras tierras, que nosotros no somos capaces, y yo creo que ese descubrir lo invisible es también una remoralización que se demuestra todos los días, porque cuando tú ves una competencia mundial de robótica, con cerca de 200 países, y Venezuela siempre está en el medallero, es porque hay un algo, hay un talento especial que nos diferencia, que nos distingue.

Te lo decía en la conversa que teníamos antes de ingresar al estudio, para mí es increíble que siempre los niños y las niñas del Zulia están en ese medallero. Y estoy segura que tiene que ver con esos genes del éxito de los que hablaba Humberto Fernández Morán.

—Decía Fernández Morán, eso lo leí también en tu libro, que los venezolanos teníamos genes de éxito…

—Así es, así es.

Explícitamente lo repetía en cada ocasión, y a través de eso mencionaba su justificación. Entonces hablaba de los libertadores, hablaba de Simón Bolívar, hablaba del mariscal Sucre, pero también de toda la familia del mariscal Sucre. Hablaba Rafael Urdaneta, pero hablaba también de científicos contemporáneos o un poco mayores a él, como Francisco José Duarte, como Américo Negrete, como Héctor Rojas, un montón de personajes, curiosamente todos del Zulia.

—…y no los conocemos…. Lo de Héctor Rojas es para hacer otra película más. A Héctor Rojas lo llamaban el cartógrafo de la Luna, así es el título que se le dio…

—Así es. El único hombre que conocía a detalle la topografía o la cartografía de la luna era un venezolano, un maracucho, Héctor Rojas, quien comandó las operaciones de alunizaje de la famosa llegada del hombre a la luna, fue un zuliano desde Cabo Cañaveral, estaba en comunicaciones con Neil Armstrong…

Entonces ¿por qué no nos contaron esa parte de la historia?

Tú te metes hoy a la página de la NASA y aparece el método Rojas, por el cual Héctor Rojas calculó las curvas de temperatura en la luna que le pudieron determinar cuál era el sitio más seguro para el alunizaje, le llamaban el Mar de la tranquilidad.

Pero algunas cosas no salieron bien en ese primer alunizaje, y tuvo que ponerse a echar cálculos sobre la marcha y dar instrucciones para que llegara a buen término… A ese nivel le estamos hablando.

—Después de todo lo que hiciste con la investigación para llegar a este libro, aún hoy, enero de 2025, ¿sigue siendo invisible Humberto Fernández Morán?

—Sí, claro que sí, porque no se trata de los inventos que hizo, se trata de los valores humanistas, del compromiso con su país, del compromiso con la juventud.

Reducir a esos hombres y mujeres a unos inventos simplemente, es desmeritar su compromiso con los desfavorecidos, su compromiso con la igualdad, su compromiso con la libertad.

—Revisando tu libro descubrí… yo también descubrí cosas muy interesantes que tampoco sabía, por ejemplo, Fernández Morán, a él le ofrecieron la nacionalidad estadounidense y nunca la aceptó…

—Así es… y Héctor Rojas tampoco la aceptó, porque él decía que él era venezolano, además zuliano, de la patria cañadera.

No necesitaba, no idolatraba una nacionalidad distinta a la suya. Incluso, Humberto Fernández Morán llegó a molestarse en 1983, cuando le dieron un premio de El médico de América, y cuando publican la reseña en esa revista, de todo lo que había hecho el doctor Humberto Fernández Morán, colocan que es norteamericano, y él eleva una nota de protesta diciendo soy venezolano, zuliano además de la patria cañadera.

—…de donde era el general Rafael Urdaneta…

—Cierto… y también hay una anécdota bonita allí, ya que uno de los mentores de Fernández Morán, Carlos Brandt, era nieto de un alemán que llegó poco después de la independencia, y conjuntamente con Rafael Urdaneta fundó el primer banco del país… El doctor Américo Negrete, yo creo que el capítulo dedicado a Américo Negrete fue el que más me conmovió. Américo Negrete es también de la cañada, también médico, pero mientras Fernández Morán nació en una familia acomodada, el doctor Negrete era de una familia humilde e igual llegó a ser un científico reconocido a nivel mundial.

Él mismo cuenta que tenía que hacer cola para usar un microscopio electrónico y aún así, descubrió la alteración que produce lo que llamamos “Mal de San Vito” o enfermedad de Huntington, un zuliano también.

—Gloria, a mí todas esas cosas me asombran, por la cantidad de información que hemos desconocido durante mucho tiempo… Mencionaste en la conversación previa a este entrevista a un científico venezolano de 1700…

—Bueno eso no está en el libro, quizás para la segunda parte, no lo sé… Ese científico es Carlos del Pozo. Cuando (Alexander Von) Humboldt llega a lo que ellos llamaban las indias o el nuevo continente, por allá por el año 1799, empieza a escribir un montón de tomos que era como el reporte del viaje. Allí, Humboldt declara a Carlos del Pozo como parte de esos magníficos descubrimientos. Un hombre que tenía aparatos de medición eléctrica creados por él mismo, que había construido pararrayos, que tenía una máquina eléctrica, que había descubierto lo que nosotros hoy llamamos petróleo. Un hombre que había hecho por sí mismo, la vacuna de la viruela en el año 1804. Ese hombre era primo hermano del gran mariscal de Ayacucho.

Nuestro Humberto Fernández Morán idolatraba la vida del mariscal Sucre y se dedicó a estudiar todo el árbol genealógico, de hecho también hizo una biografía de un poeta de esa familia que es José Antonio Ramos Sucre.

—Tu libro está lleno de fascinantes muestras de gente maravillosa. ¿Cuántas partes tiene el libro? ¿qué se encuentra en tu libro?

—Wow! No me acuerdo, me estás haciendo trampa, tengo que abrir aquí los capítulos, estoy viendo la chuleta… El pequeño valiente que es el primer capítulo, realmente me encantó, yo leí unos 300 documentos de la biblioteca de Fernández Morán, hay trabajos científicos, hay cartas, hay escritos que él enviaba a otras personas, y yo me dediqué a tomar frases donde él hablaba en primera persona. Las coloqué como citas textuales y las ordené cronológicamente, entonces El pequeño valiente cuenta en voz de Fernández Morán su vida, ese me gustó mucho.

Luego tenemos a Francisco José Duarte que fue como el padre adoptivo, el padre moral de Fernández Morán, porque él perdió a muy temprana edad a su padre, y tomó en Francisco José Duarte, que pocos sabemos que fue amigo de Albert Einstein, uno de los matemáticos más reconocidos del siglo XX, calculó 200 decimales de PI, calculó las tablas del logaritmos y logaritmos neperianos para el ministerio de obras públicas de Francia, es decir, toda la ingeniería civil que se basa en cálculos tenía sus raíces en Francisco José Duarte… el observatorio astronómico de Mérida lleva su nombre.

—¿Quién más aparece en tu libro?

—Bueno, Carlos Brandt, que era un filósofo muy importante, muy reconocido a nivel mundial.

Para poner un ejemplo de una de las personas que elogió a Carlos Brandt fue Albert Einstein.

Albert Einstein dijo que la teoría de Carlos Brandt sobre la conservación de la vida, en un libro sobre la moral, era al mundo moral lo que era su teoría al mundo físico.

Son palabras de Albert Einstein, no mías. Y bueno, así hay un montón de personajes que también llegaron a Venezuela por ese arrastre, ese imán que era Humberto Fernández Morán.

Imagínate lo que significa, en el año 1954, ser uno de los más destacados médicos en fisiología en Suecia y que te convenza este zuliano para hacer de Venezuela el centro de investigaciones de usos pacíficos de la energía nuclear más grande del mundo.

Entonces hay un montón de nombres de personas extranjeras que llegaron y se sembraron en esta patria, se nacionalizaron venezolanos y estuvieron hasta el último año de sus vidas entregando su conocimiento a la ciencia del mundo, pero desde Venezuela.

—Gloria, yo entiendo que muchas cosas de Fernández Morán se supieron después de su fallecimiento, incluso algunas comenzaron a hacerse públicos mediante documentos desclasificados, ¿por qué tanto secreto alrededor de este señor?

—Bueno, lo primero que te tengo que decir es que pasarán muchos años para que terminemos de ver la magnitud del trabajo de Humberto Fernández Morán y de Héctor Rojas, porque aún al sol de hoy, a pesar de que han pasado 50 años, hay documentos que han tenido la negativa de desclasificación.

Por ejemplo, Fernández Morán creó su propia técnica y su propia instrumentación para estudiar materiales a nivel atómico, para observar el material.

Tanto es así que en 2017 entregaron el premio Nobel por la criomicroscopía electrónica. Esa es una técnica que se usa para evaluar cosas vivas. Y ese veredicto del Nobel del año 2017 reconoce que esa técnica es originaria de Humberto Fernández Morán en 1950… ¡Está en la página del premio Nobel!

Entonces, Fernández Morán desarrolló la única instrumentación que había en el mundo para estudiar los materiales que venían de la luna. Las rocas lunares, todo lo que se trajo en todas las misiones de exploración de la luna… hoy día es público, se puede acceder en la página de la NASA, fueron estudiadas por Humberto Fernández Morán.

—¿Y dónde están?, ¿hay rocas de esas aquí?

—Sí, en el IVIC (Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas) las puedes ir a visitar en la sala de Humberto Fernández Morán.

También Humberto Fernández Morán y eso está entre los archivos, estaba propuesto para hacer una misión a la luna, porque se dieron cuenta que las cosas que traían de la luna se contaminaban al llegar a la tierra, entonces esto no ha sido formalmente desclasificado, pero está entre los documentos originales de Fernández Morán, la NASA le encomienda construir 4.000 metros cuadrados de laboratorio en lo que llaman condiciones de limpieza extrema, para que no se contaminara el material vivo que traían del espacio exterior.

—¿A qué se refieren con eso? ¿material vivo?

—Material vivo… o la vida, que puede ser desde microscópica hasta macroscópica.

Pero, bueno, para eso le dieron un importante financiamiento para construir 4 mil metros cuadrados de laboratorio. Están las fotografías, el reporte de cómo él iba avanzando en el uso de esos recursos. Y bueno, era una figura indispensable porque no es sólo lo que se traía de la luna, hay que recordar que en el espacio exterior hay unas condiciones de radiación cósmica muy diferentes a las que hay en la tierra, entonces también había que desarrollar, le llamaba los materiales que aguanten el trancazo, es decir, las altas temperaturas y a los altos niveles de radiación electromagnética…

—Leí algo, y después de lo que nos cuentas, esto puede sonar anecdótico, pero me llamó la atención este fragmento de la hoja de vida de Fernández Morán, dice: habla y escribe español, inglés, francés, alemán, sueco, noruego, danés, latín, alemán, alemán medieval, lee húngaro, italiano, portugués, holandés y parcialmente sánscrito, japonés y mandarín….

—Bueno yo ni sabía que era sánscrito y tuve que buscar por internet que era eso…

Pero esa nota, forma parte de un currículum que él escribió en 1980. Él falleció en 1999, o sea, 19 años después. Donde él dice ahí, “parcialmente”, con seguridad cambió en el tiempo, porque entre sus documentos hay cosas escritas en mandarín, por ejemplo, en esta historia fascinante que te estoy diciendo, cuando se funda el hoy IVIC, él trae personas de todas partes del mundo y era como que tú llegas en la mañana y yo a ti te hablo en alemán para contarte lo que tienes que hacer, a él le hablo en sueco, al otro le hablo en húngaro y bueno y en un día se paseaba por 5 o 6 idiomas. Si eso no es fuera de serie…

La entrevista completa con la científica venezolana Gloria Carvalho Kassar es más extensa que lo publicado en este texto. Todo lo demás está en el podcast El Sofá, de Laiguana.tv, que puedes ver en vivo en nuestras redes sociales y en nuestro canal de YouTube:  https://www.youtube.com/@LaIguanaTV-Television.  

(Ernesto J. Navarro / Laiguana.tv)


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