En un giro inesperado de la diplomacia entre Estados Unidos y Venezuela, este viernes 31 de enero el presidente Nicolás Maduro se reunió con Richard Grenell, enviado especial de Donald Trump para nuestro país.
Este acercamiento bilateral ocurre en un contexto donde el excandidato presidencial de la extrema derecha, Edmundo González Urrutia, había sugerido una estrategia diferente para abordar el tema de la migración venezolana hacia Estados Unidos.
González Urrutia, en una entrevista con The Washington Post, había solicitado explícitamente al presidente Donald Trump evitar negociar un acuerdo de deportación con el gobierno de Nicolás Maduro. Según el opositor, negociar con el mandatario venezolano “le permitiría utilizar el regreso de los venezolanos para su ventaja política».
Sin embargo, la reunión de este viernes entre Maduro y Grenell supone una apertura al diálogo directo entre Washington y Caracas, lo cual podría implicar negociaciones sobre múltiples temas, incluyendo la migración.
Esta acción de la administración Trump indica en la práctica una total omisión de la supuesta sugerencia realizada por González Urrutia. Todo lo contrario, la decisión del mandatario estadounidense de enfocarse en Venezuela como su primera parada en América Latina, supone un enfoque más pragmático en las relaciones bilaterales.
(Laiguana.tv)
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