Las conversaciones indirectas entre Irán y EEUU para abordar el alivio de las sanciones a la República Islámica y cuestiones nucleares han comenzado la tarde de este sábado en Mascate, la capital de Omán, informa la agencia de noticias Tasnim.
Concretamente, se está celebrando una reunión entre el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Sayyid Abbas Araghchi, y el enviado presidencial especial de la Casa Blanca para Oriente Medio, Steve Witkoff, con la mediación del canciller del país anfitrión, Badr bin Hamad Al Busaidi.
En un nuevo intento por reducir las tensiones en torno al programa nuclear iraní, Washington y Teherán han iniciado este sábado negociaciones indirectas en la capital de Omán, Mascate, una ciudad costera sin rascacielos donde una vez más se discuten algunos de los temas más álgidos de la geopolítica de Oriente Medio.
Omán es un mediador clave en la nueva ronda de conversaciones entre EEUU e Irán., que son las primeras desde que Donald Trump iniciara su segundo mandato. Ubicado estratégicamente a lo largo del estrecho de Ormuz, el sultanato siempre ha destacado por la así llamada diplomacia discreta y por servir de una especie de puente diplomático.
EEUU ha dependido de Omán durante años para negociar con Irán, incluidas las conversaciones secretas bajo la presidencia de Barack Obama que condujeron al acuerdo nuclear de 2015 que Irán firmó con las potencias mundiales.
Pese a que Washington exige que Teherán desmantele su programa nuclear, nadie espera que lleguen a un acuerdo de inmediato. Aun así, ambos países tienen mucho en juego en estas negociaciones.
Trump ha amenazado en reiteradas ocasiones con lanzar ataques aéreos contra blancos del programa nuclear iraní si no se llega a un acuerdo, mientras el Gobierno iraní busca reducir las preocupaciones en torno a su programa nuclear, insistiendo en su carácter pacífico. Al mismo tiempo, los funcionarios iraníes advierten con mayor frecuencia de que podrían intentar desarrollar un arma nuclear con sus reservas de uranio ya enriquecido a un nivel casi apto para la creación de armas.
Si bien EEUU puede ofrecer un alivio de las sanciones a la asediada economía iraní, aún no está claro cuánto estará dispuesto a ceder la República Islámica. Bajo el acuerdo nuclear de 2015, la nación persa solo podía mantener una pequeña reserva de uranio enriquecido al 3,67%. Hoy en día, se cree que sus reservas le permitirían construir varias armas nucleares si así lo desea, y se estima que podría tener ya alguna parte de su material enriquecido hasta el 60 %, a un paso técnico de alcanzar los niveles de grado armamentístico.
A juzgar por las negociaciones desde que EEUU se retiró unilateralmente del acuerdo en 2018 bajo el liderazgo de Trump, es probable que Irán insista en continuar con su programa para enriquecer uranio hasta al menos el 20%.
(RT)
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