Kilmar Ábrego García es el joven salvadoreño que fue deportado por error desde Estados Unidos a El Salvador y se encuentra detenido en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT).
La Corte Suprema gringa ordenó la semana pasada al gobierno de Donald Trump sacar a Ábrego García del CECOT y devolverlo a la citada nación norteamericana.
A pesar de ello, la administración yanqui se lavó las manos y dejó la responsabilidad sobre los hombros del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quien este lunes 14 de abril se negó a devolver a esta persona argumentando que es “absurdo” el “contrabandear a un terrorista a Estados Unidos”.
Ábrego García, de 29 años, llegó a Estados Unidos cuando tenía 14, huyendo de la banda delictiva MS-13. Irónicamente fue deportado tras ser acusado de pertenecer a este grupo.
Según el portal América Noticias, el migrante salvadoreño creció en la capital de ese país, San Salvador, junto a sus tres hermanos, un varón y dos hembras. Su padre era un exagente de la policía y su madre vendía pupusas, que es un plato tradicional de esa nación.
Barrio 18, una banda delictiva local, comenzó a amenazar y a extorsionar a la familia. Los ojos de los delincuentes estaban puestos sobre el hermano mayor, César, a quien pretendían reclutar si no pagaban una suma determinada de dinero.
La situación llegó a tal punto que César debió ser enviado a Estados Unidos, por lo que quedó en la mira Kilmar. La presión de la extorsión continuó, por lo que la familia debió mudarse a Guatemala, lo que no alivió la situación, dado que, por ser países fronterizos, la familia fue localizada rápidamente.
Fue tal el acoso que Kilmer fue enviado junto a su hermano, quien vivía en Maryland. Pronto rehízo su vida, comenzó a trabajar en el sector construcción y se casó con una ciudadana estadounidense con quien tuvo un hijo.
En 2019 fue acusado por la policía de Maryland de pertenecer a la MS-13, acusación que negó. Fue detenido por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), señalando que un informante confidencial y confiable aseguraba que sí pertenecía al grupo delictivo, específicamente a una rama de la MS-13 en Nueva York, lugar donde nunca ha vivido.
Ese mismo año un juez de inmigración dictó una medida de protección a su favor, para evitar que fuera deportado a El Salvador, con el argumento de que podría ser perseguido por la citada pandilla, que ya en una ocasión había acosado a su familia.
Tras ser puesto en libertad, Ábrego García acudía anualmente al ICE y esperaba que el Departamento de Seguridad Nacional le emitiera un permiso de trabajo.
En febrero de este año, el gobierno de Trump declaró a la MS-13 como organización terrorista, lo que dio pie a una cacería de brujas entre migrantes salvadoreños para ser deportados a su país de origen.
Ábrego García fue detenido el 12 de marzo cuando se encontraba con su hijo en las afueras de la tienda Ikea, ubicada en Baltimore. La policía llamó a la madre del menor para decirle que tenía 10 minutos para buscar al niño o sería pasado a servicios de protección infantil.
El alegato para detenerlo y vincularlo a la banda criminal fue la detención de 2019 y las extorsiones de las que fue víctima su familia.
Hasta los momentos el futuro de este migrante es incierto, mientras los gobiernos de El Salvador y Estados Unidos se lavan las manos sobre su caso.
(Laiguana.tv)
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