Eduardo Cunha de 57 años y economista de profesión es el presidente de la cámara brasileña de Diputados es quien autorizó abrir un juicio político con fines de destitución a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, tras considerar procedente una acusación por supuestas irregularidades fiscales ocurridas en 2015.

Es también uno de los líderes en la convocatoria de la destitución de Rousseff, bajo el alegato de que la Presidenta viola la ley brasileña.

A pesar de que declare que no tiene aspiraciones política,  si el impeachment, aparta de su cargo a Rousseff, esta sería sustituida por su vicepresidente Michel Temer. Y el siguiente en la línea de sucesión es el propio Cunha. ¿Será la presidencia de la República su objetivo final?, algunos dicen que detrás de sus pactos con la oposición y movimientos conspirativos, derrocar a Dilma es solo uno de los pasos para llegar a la presidencia.

Vinculado a la corrupción y al lavado de dinero

En octubre de 2015, las autoridades brasileñas pusieron en marcha una investigación penal por lavado de dinero, luego de que las autoridades suizas proporcionaran a los fiscales brasileños los detalles de cuatro cuentas bancarias suizas en su nombre.

Además, la Procuraduría General de la República lo acusó de recibir cinco millones de dólares en «propinas» por la contratación de dos navíos para la estatal Petrobras y por utilizar una iglesia de Río de Janeiro con fines de blanqueo de capital.

Su papel protagónico en el golpe de Estado que se desarrolla en contra de la presidenta Dilma, podría hacerlo merecedor de una amnistía, así lo han hecho público los promotores del Golpe. Cunha merece el perdón debido a su papel destacado en el proceso de destitución de la presidenta Rousseff.

(VTV)