Durante un acto realizado este miércoles frente a la institución Cayuga Centers -reconocida por su política de separación familiar- ubicada en East Harlem, (ciudad de Nueva York, EEUU), la administración del presidente Donald Trump fue acusada por un grupo de políticos, representantes religiosos, militantes de diversos movimientos sociales y abogados de mantener separados a más de 250 niños inmigrantes de sus familias.
El centro Cayuga posee en la actualidad un contrato con el Gobierno estadounidense, y desde el pasado mes de mayo recibió a más de 250 niños que fueron enviados desde la frontera mexicana, sin que sus padres fueran informados de su traslado, según lo reseñado por La Agence France-Presse (AFP).
Pese a que “oficialmente” esta política de separación fue abandonada por el Gobierno de Trump, los defensores estadounidenses denunciaron el trato infame que siguen padeciendo las familias inmigrantes.
A su vez, exhortaron a la población estadounidense a emprender una lucha para abolir la policía de fronteras (U.S. Immigration and Customs Enforcement), ICE.
Los manifestantes expusieron el caso de Héctor, un padre hondureño que demandaba asilo, a quien le impidieron reunirse con sus pequeñas hijas -retenidas en Cayuga desde el pasado junio- y al que las autoridades le colocaron una tobillera electrónica.
Héctor esperaba llegar a Nueva York para ver a sus hijas este miércoles, sin embargo, los servicios de inmigración que deben autorizarlo a viajar, se lo imposibilitaron según lo manifestado por uno de sus defensores, Michael Avenatti.
Avenatti acusó el miércoles al Gobierno de «seguir enviando un mensaje viciado» que dice «a los hombres blancos que para que triunfen se debe privar de su dignidad a las mujeres, los musulmanes, los migrantes (…) Pero ellos también son nuestros», sostuvo el abogado.
(LaIguana.TV)