La cultura del contrabando de gasolina venezolana en Colombia se encuentra tan normalizada que, en la ciudad fronteriza de Cúcuta, reimpulsarán un programa de “reconversión laboral” para los llamados pimpineros.
Según reseñan medios locales, este proyecto nace con el objetivo de transformar a 400 pimpineros en emprendedores de otras áreas como la elaboración de zapatos o la mecánica; pero por el desconocimiento en el área, la falta de acompañamiento y los pocos beneficios económicos que obtienen –en comparación al contrabando- decidieron “tirar la toalla” y continuar con el negocio del combustible que llega desde Venezuela.
Pese a que esta actividad es completamente ilegal, el programa es impulsado por el Gobierno de Colombia, a través del Innpulsa (entidad del Estado que promueve el emprendimiento, la innovación y el desarrollo productivo), el Ministerio de Comercio y el alcalde de Cúcuta, César Rojas.
De hecho, medios aseguran que la inversión superó los 3.000 millones de pesos y actualmente las autoridades están estudiando cómo recomenzar y reinvertir en los emprendimientos este 2018.
Por otra parte, las y los pimpineros cuentan con un sindicato de nombre Sintragasolina presidido por Yuleima García. La representante explicó que la mayoría regresó a las calles porque «el pimpinero vive del día a día» y «hemos tenido problemas a raíz de que no hay generación de ingresos».
(LaIguana.TV)