Es difícil pensar en artículos que se puedan comprar con un billete de 100 bolívares, el de mayor denominación del cono monetario venezolano. A pesar de que los índices inflacionarios de este y el año pasado acumulan tres dígitos, la familia de billetes y monedas no experimenta ningún cambio desde 2008, cuando se efectuó la reconversión monetaria.
Los problemas en los cajeros automáticos proliferaron; para extraer cinco mil bolívares -el monto máximo que permiten los equipos de gran parte de las entidades bancarias- se necesitan 50 billetes de Bs. 100. Esa paca representa un costo de impresión de 20 dólares al Estado. Y es que, según el diario El Nacional, hace seis años, cada billete de la mayor denominación tenía un importe de 0,4 dólares.
De acuerdo con The Wall Street Journal, arribaron al país a principios de este año tres docenas de Boeing 747 desde varios países con un cargamento de cinco millones de billetes autorizado por el Gobierno. Presuntamente, el Banco Central de Venezuela habría iniciado conversaciones para encargar otras 10 mil millones de unidades más. Y es que la Casa de la Moneda en Maracay no cuenta con suficiente papel de seguridad y tinta para fabricar la cantidad de billetes que requiere el país debido a su elevada inflación.
El Fondo Monetario Internacional pronostica una inflación de más de 700 por ciento para el cierre de este año. Ante el constante incremento de precios, el Gobierno nacional solo ha ejecutado medidas para proteger el ingreso familiar, aumentando el salario mínimo tres veces durante este año.
Según el Banco Central de Venezuela para el 26 de agosto de este año se registraron 67 millones 470 mil 443 billetes más en la economía, un monto que le habría costado al Gobierno 26 millones 988 mil 177,2 dólares. Economistas y diputados de la Asamblea Nacional han expresado en reiteradas oportunidades la necesidad de la emisión de billetes de mayor denominación para facilitar las transacciones. Consideran que son necesarios papeles que representen 500, mil, dos mil, dos mil 500 y cinco mil bolívares.
“Hay gastos excesivos en adquisición de billetes y monedas. Hay que cambiar eso ya. Que hagan billetes de cinco mil, dos mil y dos mil 500. La denominación de 100 ya no tiene ningún valor”, opina José Guerra, diputado miembro de la Comisión de Finanzas y Desarrollo Económico del Parlamento. Considera “un disparate” la pretensión de esconder la inflación al no efectuar la modificación. Opina lo mismo sobre las monedas pues “no hay nada que cueste un bolívar”.
Biaggio Pilieri, diputado de la AN, concuerda y ejemplifica con la unidad de 100 bolívares, que “no compra ni un café pequeño”. Critica que a la falta de producción del país se le unan gastos mayores con poca cantidad de divisas disponibles. “Yo estoy consciente de que debe haber billetes de mayor denominación, por lo menos de 500 y de mil. Eso no puede ser una medida aislada, tiene que establecerse de policías de incentivo producción freno de inflación porque solo estampando billetes de mayor denominación no vamos a resolver el problema”.