El pasado sábado 10 de septiembre, como ya se ha reseñado, el partido entre el Caracas FC y el Deportivo Anzoátegui, celebrado en el estadio José Antonio Anzoátegui de Puerto La Cruz, culminó con un episodio de violencia suscitado en las gradas, entre un grupo de fanáticos.

Debido a estos hechos, cabe destacar, fue juzgado un joven de 29 años, de nombre Carlos Eduardo Conde. El mismo fue condenado a pagar cárcel por intento de homicidio en grado de frustración, detentación de arma blanca y daños materiales con violencia.

Nueve ciudadanos más, entre 22 y 36 años, están siendo acusados por daños y lesiones personales genéricas. Los mismos responden a los nombres de José Birriel (26), Moisés Rojas (27), José Hernández (27), José Sole (31), Víctor Pineda (25), Karls Bermúdez (22), Norwys Guerrero (27), Esteward Segovia (36) y Dhangi Alviares (23).

Conde, según explica el Ministerio Público (MP), habría herido con un cuchillo a un agente policial durante los disturbios. Al parecer, la violencia se desató cuando unos agentes se «sobrepasaron» con las fanáticas que asistieron al estadio, mientras les realizaban las requisas.

Los fanáticos enfurecidos, por este motivo, arrancaron unas 30 butacas del recinto y destrozaron inclusive las bases de concreto. Ante esto, debió intervenir la policía antimotines.

Tras estos acontecimientos la Asamblea Nacional (AN) estaría acelerando trámites para aprobar una normativa, a fin de evitar que se desate la violencia en las instalaciones deportivas.

El mencionado partido, el número 12 del torneo clausura, debió disputarse a puertas cerradas, por disposición de la Federación Venezolana de Fútbol (FVF).

(LaIguana.TV)