El economista y presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, afirmó que en Venezuela solo existen cuatro escenarios posibles en el ámbito político, que descartan por completo una invasión militar o “un cambio abrupto de Gobierno”.
A través de un artículo publicado el pasado domingo, León explicó que el país no está al borde de una intervención extranjera, “lo que sí enfrentaremos son los impactos de las sanciones generales, de las que debe quedar clara la responsabilidad absoluta del Gobierno por autoritario y hostil, pero también la baja potencia de esta estrategia externa para producir cambios”.
De acuerdo con el economista, dichas sanciones, si bien pueden producir un deterioro adicional al existente, es poco probable que produzcan la salida del Gobierno “y menos ante la pulverización evidente de la oposición institucional interna”.
En este sentido, detalló que ante las interrogantes de quién gobernará a corto y mediano plazo la nación se construyen cuatro escenarios: el primero es la permanencia del actual mandatario, Nicolás Maduro, pese a las presiones y el aislamiento, “que en su mejor versión nos lleva al escenario de dualización económica y apertura parcial para enfrentar la hiperinflación y en su peor versión el escenario de radicalización y cubanización del país en el plano económico y político, sin derechos ni crecimiento ni oportunidades”.
El segundo escenario comprende un cambio político producido por una implosión dentro del chavismo, que produce la sustitución de Maduro por un actor de las filas revolucionarias.
Según León, dicho panorama da espacio a otro escenario más: “el de transición”, pues pese a que el nuevo Gobierno sigue siendo revolucionario, “aprovecha el cambio para abrirse a negociaciones políticas e internacionales que den apertura al rescate de la democracia electoral, sobre todo entendiendo que el legado de Chávez, sin Maduro, podría convertirse en el futuro en el nuevo peronismo, vivo incluso frente a elecciones futuras transparentes”.
El último escenario –puntualizó el analista- se refiere al cambio del actual jefe de Estado por otro chavista más radical, que lejos de abrirse a la negociación se cierra aún más, “llevando al país a una situación similar a la cubanización antes descrita, pero con alta propensión a la guerra, no solo contra la oposición sino también contra sus monstruos internos”.
(LaIguana.TV)