«La izquierda debe prepararse para volver a tomar el poder», consideró el vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Álvaro García Linera, en el foro organizado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), en el estadio de Ferro, de Buenos Aires, publicó Página 12.
El político boliviano dijo, en el segundo día del Foro Mundial del Pensamiento Crítico, que la nueva ola conservadora que se expande por la región lleva como bandera un neoliberalismo zombie: «El neoliberalismo que ha triunfado recientemente en algunos países de América Latina es fosilizado. Están repitiendo las viejas recetas que hace 20 años fracasaron. No hay inventiva, no hay creatividad, no hay esperanza. Lo que ahora tenemos es una especie de neoliberalismo zombie que sobrevive. Pero yo insisto en que esto se va a acabar».
En su conferencia «El futuro de la izquierda y la dignidad humana», el vicepresidente boliviano consideró que «la primera oleada progresista que recorrió la región en la última década y media pareciera haber terminado» y que había que ser fríos y reparar en los límites y errores cometidos en el transcurso de esa primera oleada, «porque tenemos que prepararnos para la segunda», reseñó Página 12.
Analizó algunos logros obtenidos por los gobiernos progresistas de esta parte de la América en esa primera oleada, comenzando por señalar la redistribución de la riqueza.
«¿Qué significa ser de izquierda?», preguntó a la vez que respondió: «Haber sacado a 72 millones de personas de la pobreza». A lo anterior sumó el fortalecimiento de los sindicatos y las organizaciones sociales, la democratización creciente, las políticas de integración y la soberanía continental.
Habló de los límites y fue claro al referirse a las debilidades de las transformaciones del sentido común y aseveró que «en el fondo, la política es una lucha por la construcción del sentido común. Y los gobiernos progresistas supieron utilizar un discurso específico en el momento preciso en que un pedazo del sentido común –que apostaba al mercado para la satisfacción de las necesidades, que delegaba en empresarios los problemas de los pobres, etc.– se resquebrajó en un momento de catarsis social».
Refirió que cuando se llega al Gobierno se tiene la creencia de que ese nuevo sentido común está enraizado, pero se ha entendido que “el sentido común es un sedimento conservador y que si los gobiernos progresistas no hacen un esfuerzo planificado y sistemático en todos los aspectos para transformarlo, el viejo sentido común volverá a reconstruir y desplazará al nuevo sentido común progresista superficial”.
“De ahí la paradoja”, expresó Álvaro García Linera y en seguida lanzó la interrogante: ¿Cómo es posible que compañeros que salieron de la pobreza fruto de las políticas progresistas voten en contra de un Gobierno progresista? Parece una traición. No lo es”, aseguró.
Reiteró el político que la izquierda debe prepararse para volver a tomar el poder y además expresó que la posible oleada de gobiernos progresistas “cuente con apoyos de otros lugares del mundo. Miramos a España, a Inglaterra, a Francia, a Italia, a todas las partes del mundo, con la esperanza de que no nos dejen solos, con la esperanza de que la siguiente oleada pueda ensamblarse con una oleada continental y mundial”.
(AVN)